El nuevo Mégane eléctrico, bajo el microscopio
Con su quinta generación en ciernes, el nuevo Renault Mégane pasa a desdoblarse en dos modelos diferentes. Por un lado seguirá a la venta el que se comercializó en 2020, con motores térmicos de gasolina y diésel, y por otro se añade una versión 100% eléctrica que acompaña la singularidad de su modo de impulsión con un diseño completamente distintivo y una gama también inédita en su configuración.
El Mégane E-Tense mide solo 4,20 metros de longitud (casi 16 centímetros menos que el Mégane que conocemos), pero gracias a la plataforma CMF-EV del Grupo Renault, específica para vehículos eléctricos, lleva las ruedas en los extremos de la carrocería y habilita 2,68 m de distancia entre ejes, lo que da lugar a un habitáculo relativamente amplio para cuatro personas.
Más llamativa aún -en un coche de aire SUV- es su cota de altura, de solo 1,50 m, a pesar de la cual se acomodan bien en las plazas traseras pasajeros de hasta 1,80 m de estatura. El maletero cubica unos respetables 440 litros, 66 más que en el modelo de combustión, aunque en este caso el plano de carga se encuentra más de un palmo por debajo de la boca del compartimento.
Que el E-Tech sea tan bajito se debe a que el pack de baterías, colocado en el piso del coche, tan solo levanta 11 cm del suelo. Gracias a esto se consiguen varios objetivos, entre ellos una posición al volante menos tumbada que en muchos otros eléctricos y un coeficiente aerodinámico más ventajoso, lo que se traduce a su vez en menores consumos y una superior autonomía: el combo perfecto.
El Mégane eléctrico, ya abierto a pedidos y cuyas primeras unidades se entregarán a partir de abril, puede adquirirse con motor de 130 o de 220 CV, asociados respectivamente a baterías de 40 o 60 kWh que logran un alcance de 300 y 450 km en ciclo WLTP. Hay una sola excepción, la de una versión pensada especialmente para flotas que combina el motor pequeño y la batería grande y que se vende con el acabado Evolution ER. Las demás pueden solicitarse en terminación Equilibre y Techno, y la de motor de 220 CV y batería de 60 kWh está disponible además en el lujoso acabado Iconic.
Conviene aclarar que el modelo básico, a la venta desde 35.200 euros (sin descuentos ni Moves), únicamente permite, de serie, una potencia de carga máxima de 7,4 kW, y en corriente alterna. Para contar con recarga a 22 kW -y 85 kW en corriente continua, como la de una instalación pública- hay que desembolsar 1.500 euros adicionales, una opción que cuesta 1.900 euros para las versiones con batería de 60 kW y que en su caso incluye carga rápida a 130 kW y a 22 kW en corriente alterna. Estas últimas tienen un precio de partida de 40.200 euros, por 41.200 de la Evolution ER.
Hemos podido conducir el E-Tech de 220 CV y 60 kW durante una jornada de pruebas en la que ha acreditado una notable eficiencia de su tecnología de baterías y, en especial, de su sistema de regeneración de energía. A ritmo ligero y por carreteras de curvas, el coche ha consumido menos de 15 kWh/100 km y ha recorrido 187 km con el gasto eléctrico equivalente a 109 km: iniciamos el trayecto con 333 km de autonomía y lo terminamos con 224.
No es difícil que el alcance total reflejado en el indicador señale los mismos 333 km iniciales una vez hemos cubierto ya más de 40, pero para extraer conclusiones fundadas sobre el consumo general habría que haber añadido a la ruta un tramo de autovía, donde la velocidad sostenida suele jugar en contra de la autonomía de cualquier vehículo de baterías.
Un generalista con Google a bordo
En cuanto al interior del Mégane eléctrico, estamos ante uno de los primeros modelos con equipo multimedia basado en Google y que por tanto permite utilizar el navegador más popular entre los conductores de medio mundo, además de otras funciones del conocido proveedor de internet. El sistema es compatible también con Apple CarPlay y Android Auto, y tanto con servicios conectados -de la mano de la app My Renault- como con actualizaciones inalámbricas.
Frente al conductor se despliega un panel integrado por dos pantallas de 12,3 pulgadas para el cuadro de instrumentos y de hasta 12“ para el sistema multimedia, que se presenta en formato vertical salvo en el modelo básico, donde es también de menor tamaño (9”).
Como opción para todas las versiones, Renault ofrece (por 1.000 euros) un avanzado dispositivo de gestión térmica de la batería que incluye una nueva generación de bomba de calor y una gestión predictiva de la recarga que utiliza el trayecto programado en el navegador para poner la batería a la temperatura correcta (unos 35º) al acercarse al punto de carga previsto.
Como gadgets merecedores de mención reseñaremos la luz interior que cambia cada 30 minutos en función del ciclo circadiano humano, la bandeja de carga inalámbrica para móvil hábilmente dispuesta bajo la pantalla central y el guardaobjetos/apoyabrazos que se desplaza longitudinalmente entre conductor y acompañante. También la secuencia de bienvenida que recibe al usuario cuando se sienta al volante.
Entre las 26 ayudas a la conducción embarcadas destacan el control de velocidad adaptativo y ligado a la cartografía, la alerta de tráfico cruzado por detrás del coche y el sistema de salida segura de los pasajeros.
El Mégane E-Tech incorpora un equipo de sonido Arkamys con seis altavoces o bien uno de Harman Kardon equipado con nueve altavoces y dos módulos de bajos. Para disfrutar de la música, o del silencio, Renault ha ideado un habitáculo con efecto cápsula, el que proporciona la espuma comprimida colocada entre las baterías y el espacio destinado a los ocupantes. Gracias a ella se reducen las vibraciones perceptibles en el interior y el ruido de rodadura, tres decibelios inferior al de la última generación del Zoe, el otro eléctrico puro de la firma francesa.
