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Prueba en ruta del Peugeot 3008 Hybrid: la batería también cunde en carretera

Peugeot 3008 Hybrid.

Pedro Urteaga

Una presentación organizada por Peugeot en carreteras burgalesas y riojanas nos ha servido en bandeja la ocasión de conducir la versión híbrida enchufable del 3008, uno de sus modelos más populares, fuera del escenario habitual para este tipo de pruebas, que no es otro que la ciudad y sus alrededores. Por la misma razón, la experiencia replica la que se tiene en un viaje normal que se inicia con la batería del coche completamente cargada y prosigue luego ya con ella consumida y haciendo uso del motor de combustión.

En el 3008 Hybrid, el sistema híbrido enchufable se compone de un motor de gasolina PureTech de 180 CV y otro eléctrico de 81 kW que rinden conjuntamente 225 CV. La batería, de 13,2 kWh, permite una autonomía en modo eléctrico de 55 kilómetros. Una versión más potente del mismo modelo dispone de dos motores eléctricos y un propulsor térmico de 200 CV, con lo que consigue 300 CV totales, 58 km de alcance eléctrico y tracción total.

En nuestro caso, iniciamos la ruta con energía suficiente para recorrer 44 km sin consumo ni emisiones, de acuerdo con el ordenador de viaje del 3008. Puesto que no estaba previsto recargar la batería durante la jornada, nos pusimos en marcha escogiendo el modo Hybrid, en el que el sistema se encarga de gestionar el funcionamiento del motor de gasolina y el eléctrico, para comprobar hasta dónde alcanzaba la energía y cómo afectaba eso al consumo. Al precio actual de los combustibles, esto último es algo que todos hacemos con frecuencia últimamente.

El recorrido comienza en la estación de tren de Burgos y transcurre de forma mayoritaria por la bella Sierra de la Demanda, con un primer destino en la localidad riojana de Ezcaray. A la velocidad que marca la vía en cada momento, cubrimos los 88 km de trayecto habiendo gastado solo 4,4 litros/100 km y con 4 km aún disponibles en la batería. El descenso final atravesando Valgañón y Zorraquín se solventa sin gasto alguno, ni de carburante ni de energía eléctrica, de modo que podemos dedicar la mínima autonomía eléctrica restante a la segunda etapa del día.

La jornada se desarrolla bajo un calor abrasador que no permite ni pensar en ser más eficientes prescindiendo del uso de la climatización, lo cual no es un apunte menor. De cualquiera manera, avanzada la tarde, ponemos rumbo a Briñas, a 40 km de distancia y otros tantos grados de temperatura. La batería se agota definitivamente cuando llevamos acumulados 91 km desde la mañana y terminamos el día con un consumo todavía por debajo de los 5 litros/100 km, cifra destacable para un vehículo de estas proporciones (4,45 metros de longitud, más de 1.800 kilos) y esta potencia.

El regreso a Madrid, a la mañana siguiente, consiste en 330 km prácticamente en su totalidad por autovía y que discurre con temperaturas más agradables. En estas condiciones, el modelo de Peugeot, ya sin batería de la que tirar, ronda los 7,5 litros/100 km, y el conjunto de la ruta se solventa con unos 7 litros/100 km de consumo medio: lo que cabe esperar de un coche relativamente grande, de silueta SUV, menos aerodinámica que la de un turismo, y que al fin y al cabo depende de un motor de gasolina en los desplazamientos largos.

Confort empañado por el ruido aerodinámico

Por lo demás, el 3008 ofrece un elevado grado de confort a bordo, con buenos asientos y amplitud en todas las plazas, y al que solo puede reprochársele no ser lo bastante silencioso cuando se circula a alta velocidad en vías rápidas. La mayor proporción del ruido es aerodinámica, más que de rodadura, e impide que la experiencia del viaje llegue a ser completamente satisfactoria, además de generar cansancio tanto al conductor como a sus acompañantes.

Otro pequeño inconveniente, este solo de las versiones enchufables, consiste en la pérdida de volumen de maletero, que pasa de los 520 litros de sus hermanos de gama térmicos a únicamente 395. Aunque no deja de ser una merma considerable, lo cierto es que el usuario solo aprecia -aparte de que le caben menos cosas- que el plano de carga se halla ligeramente más alto, algo que por otra parte puede resultar más cómodo a la hora de introducir o sacar el equipaje.

Contra la tendencia imperante, aquí se conserva un depósito de capacidad correcta, 43 litros, de forma que los viajes de largo radio no precisan de más paradas de la cuenta, como sí requieren otros híbridos enchufables cuya autonomía total -sumando sus dos fuentes de energía- no supera en ocasiones los 400 km, menos de los que pueden realizar hoy en día algunos modelos 100% eléctricos.

A los mandos encontramos la última evolución del Peugeot i-Cockpit, solución que tiene tanto adeptos como detractores y que ahora, guste más o menos, tiene la virtud de que la visibilidad del cuadro de instrumentos no se ve impedida por la posición del pequeño volante achatado. Lo demás va en gustos y no se puede ser demasiado tajante al respecto.

El 3008 Hybrid de 225 CV está a la venta desde 43.000 euros -ayudas aparte- y, merced a sus 55 km de autonomía eléctrica, lleva el distintivo 0 emisiones que concede la DGT. Para corresponder a los beneficios que esto conlleva, el usuario debe molestarse en enchufar el coche a la red antes de usarlo diariamente, en trayectos que según estudios de Peugeot se sitúan en 50 km para un conductor español medio.

El vehículo se suministra de serie con un cargador de 3,7 kW y, como opción, puede incorporar uno de 7,4 kW. En este último, la batería se rellena por completo en 1,45 horas si utilizamos un poste de idéntica potencia.

En España, las versiones híbridas del 3008 acumulan ya el 35% de las ventas del modelo, que se ofrece también con motores de gasolina y diésel -ambos de 130 CV-, y el porcentaje asciende ya al 47% en el caso de los clientes particulares.

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