Prueba del Volkswagen ID.4 GTX, un eléctrico candidato a 'coche único'
En una época en que los monovolúmenes escasean cada vez más, un vehículo como el ID.4 que mezcla las formas de un SUV, un station wagon y un monovolumen es tal vez de lo más aconsejable si se necesita un coche único para una familia típica compuesta por cuatro integrantes. La singularidad del modelo de Volkswagen a este respecto residiría en que se trata de un eléctrico puro; eso sí, capaz por autonomía de cubrir de sobra las necesidades de movilidad durante varios días y hasta de plantearse algún viaje, siempre que la recarga en ruta esté bien planificada.
Si centramos el tiro en el ID.4 GTX que acaba de pasar por nuestras manos, nos hallamos con un extra de potencia con respecto a las demás versiones que transforma por completo el nivel de prestaciones, especialmente el de aceleración. Los 299 caballos que proporcionan sus dos motores eléctricos, uno por eje, permiten acelerar de 0 a 100 km/h en 6,2 segundos, así como pasar de 80 a 120 km/h en solo 4 segundos, lo que resulta vital a la hora de adelantar.
Lo mejor es que este plus de rendimiento, dicho sea para quienes quieren darse esa alegría aun conduciendo un vehículo de vocación eminentemente familiar, no perjudica gran cosa a la autonomía eléctrica, de 499 kilómetros según cifras oficiales. En circunstancias reales de conducción, uno puede llegar a recorrer con el GTX unos 430 km si se mueve sobre todo por ciudad y acercarse a los 350 en caso de circular de manera predominante por autovía, a la velocidad máxima permitida.
A pesar de que el coche supera los 2.200 kilos de peso, el consumo eléctrico medio es contenido, de alrededor de 18 kWh/100 km, que se van a los 21 kWh/100 km durante un viaje a 120 km/h mantenidos. Todos estos registros pueden variar de forma sensible en función de la temperatura, sobre todo si hace mucho frío, que es como es sabido uno de los peores enemigos de todo coche de baterías.
A este respecto, conviene subrayar la conveniencia de solicitar, si se vive en zonas poco cálidas, la bomba de calor que Volkswagen ofrece como opción a un precio de 1.040 euros. Con ella, el uso de la calefacción impacta mucho menos en el consumo y, por tanto, en la autonomía.
Como ya señalamos aquí cuando probamos el ID.5 GTX, gemelo de carrocería cupé del modelo que hoy nos ocupa, disfrutar de unas aceleraciones fulgurantes no supone forzosamente que se conduzca un vehículo deportivo. Aquí, más que un comportamiento digno de ese calificativo, encontramos una respuesta aplomada y previsible, muy segura, que se acompaña además de una suspensión confortable pero firme a la vez y de una notable precisión de guiado. Exactamente lo que se pide de un coche para llevar a la familia, pero con el aliciente de un motor que empuja con enorme contundencia en cuanto asoma la sombra del pie sobre el pedal del acelerador.
Amplio y sofisticado
Además de prestaciones, el ID.4 GTX ofrece varias cualidades reseñables. Las primeras, espacio interior sobrado para cuatro y hasta cinco personas, luminosidad a raudales y -no menos importante en un vehículo que no llega a los 4,60 metros- gran sensación de amplitud, a la que contribuyen sin duda una extensa superficie acristalada y el carácter diáfano del habitáculo, sin túnel de transmisión que sobresalga ni otros obstáculos. Con 543 litros de capacidad (1.575 si se pliegan los asientos traseros) y formas del todo regulares, el maletero permite cargar el equipaje de todos los pasajeros sin necesidad de hacer mil cábalas antes de la operación.
Como también dijimos aquí a propósito del ID.5, reinan en los modelos de la familia eléctrica de VW una modernidad y un refinamiento que resumíamos en dos elementos poco vistos: la ID. Light, una banda de luz situada en la base del parabrisas que es tanto un elemento decorativo como una especie de ángel de la guarda contra posibles peligros, y las secuencias de bienvenida y despedida al conductor que ejecutan tanto las ópticas delanteras -matriciales- como traseras.
Menos satisfactorio es un sistema multimedia que, pese a las mejoras introducidas, sigue resultando tardo de respuesta, así como que las teclas de superficie táctil que se han dispuesto en el volante y debajo de la pantalla central no respondan siempre a la primera, especialmente estas últimas, de acuerdo con nuestra experiencia.
A quien tenga previsto utilizar el GTX con frecuencia en ciudad le vendrá bien saber también que, siendo un coche muy rápido y que se mueve bien en ese tipo de tráfico, tiene un diámetro de giro peor que el resto de la gama (11,6 metros frente a 10,2), con lo que se precisan más maniobras en aparcamientos y demás espacios angostos.
Esta variante del ID.4 que combina el espíritu tranquilo y familiar con una apetecible dosis de picante tiene un precio de 55.360 euros en el que no se contempla el descuento del Plan Moves III. Para los que no gusten de estas prestaciones o no puedan permitírselas están disponibles otras versiones más económicas que, con un solo motor eléctrico, rinden 174 o 204 caballos y cuentan, compartiendo todos la misma batería de 77 kWh útiles, con hasta 531 km de autonomía.
La GTX, aparte de pequeños detalles distintivos en la carrocería, dispone en el interior del aliciente de una decoración específica que incluye cuero de color azul oscuro X-Blue en la zona superior del tablero de instrumentos y en las puertas, costuras rojas y la inscripción GTX en el volante, los respaldos delanteros y las molduras del umbral de las puertas.