La Agencia Internacional de la Energía espera grandes bajadas de precio de los eléctricos este año
La industria automotriz mundial está experimentando un cambio radical, seguramente el más significativo de su siglo y medio de historia. La electrificación es el motor de dicha transformación y, pese a no avanzar al ritmo que algunos desearían -y de hacerlo sobre todo a ritmos muy desiguales según las distintas regiones del planeta-, está modificando para siempre lo que ahora se conoce como movilidad.
La última edición del Global Electric Vehicle Outlook, que publica cada año la Agencia Internacional de la Energía (AIE), muestra que las ventas globales de automóviles eléctricos alcanzarán un nuevo récord este año, ampliando su participación en el mercado de automoción en general a cerca de una quinta parte y liderando, además, una gran metamorfosis de la industria que tiene implicaciones para el sector energético, especialmente el del petróleo.
El informe señala que en 2022 se vendieron más de 10 millones de coches eléctricos en todo el mundo y que para este año se espera un crecimiento de otro 35% que elevaría la cifra hasta los 14 millones. Este aumento que la AIE califica de “explosivo” significa que el porcentaje de modelos de baterías ha pasado de alrededor del 4% en 2020 al 14% el año pasado; esa cuota alcanzará el 18% en 2023, según las proyecciones del organismo. Una consecuencia previsible de este incremento es la ansiada bajada de precios de estos coches y la no menos esperada paridad con los de los vehículos convencionales de combustión interna.
“Los vehículos eléctricos son una de las fuerzas impulsoras de la nueva economía energética global que está emergiendo rápidamente, y están provocando una transformación histórica de la industria de fabricación de automóviles en todo el mundo”, ha afirmado al respecto el director ejecutivo de la Agencia, Fatih Birol.
“Las tendencias que estamos presenciando -ha ahondado Birol- tienen implicaciones significativas para la demanda mundial de petróleo. El motor de combustión interna no ha tenido rival durante más de un siglo, pero los vehículos eléctricos están cambiando el statu quo. Para 2030, evitarán la necesidad de al menos 5 millones de barriles diarios de petróleo. Los automóviles son solo la primera ola: los autobuses y camiones eléctricos les seguirán pronto”.
De acuerdo con el estudio, la gran mayoría de las ventas de coches eléctricos se concentra hasta la fecha en tres mercados principales: China, Europa y Estados Unidos. China es la potencia aventajada, con el 60% de las entregas mundiales de estos vehículos en 2022; es más, hoy por hoy más de la mitad de todos los eléctricos en circulación en el mundo se encuentran en el gigante asiático. Europa y Estados Unidos, que son el segundo y tercer mercado más grandes, también experimentaron un fuerte crecimiento el año pasado, con ventas que aumentaron un 15% y un 55%, respectivamente.
Los SUV, más lejos de la paridad de precios
La Agencia Internacional de la Energía dice confiar en que las ambiciosas políticas adoptadas por las principales economías, como el paquete Fit for 55 en la Unión Europea y la conocida Ley de Reducción de la Inflación en los Estados Unidos, hagan aumentar aún más la participación de los vehículos eléctricos en el mercado durante esta década y más allá en el tiempo. Para 2030, su cuota sobre las ventas totales en China, la UE y los Estados Unidos rondará el 60%, según sus cálculos.
Con las ventas de eléctricos creciendo y sus precios disminuyendo, se acerca el esperado momento en que adquirir uno de estos vehículos represente un desembolso similar al de hacerse con uno térmico de características equiparables. Sobre esto, Timar Güell, jefe de Política de Tecnología Energética de la AIE, ha indicado: “Nuestra expectativa actual es que podremos ver la paridad de compra en los coches eléctricos pequeños y medianos en los mercados de Europa y América del Norte a mediados de esta década. Para otros más grandes, como los SUV, es probable que llegue más tarde, probablemente en la década de 2030”.
Todas estas tendencias, que la AIE considera “alentadoras”, también están teniendo efectos colaterales positivos para la producción de baterías y las cadenas de suministro. El informe destaca que los proyectos de fabricación de baterías anunciados serían más que suficientes para satisfacer la demanda de vehículos eléctricos hasta 2030, en el escenario de emisiones netas cero para 2050 contemplado por la Agencia y por otras instancias internacionales.
Sin embargo, se advierte, la fabricación sigue estando muy concentrada, cómo no, en China. Este país domina el comercio de baterías y componentes, y su participación en las exportaciones mundiales de automóviles eléctricos llegó a superar el 35% el año pasado.