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Citroën reúne lo mejor de la inventiva española en su Museo del Confort virtual

Citroën ë-C4.

Paula Ulloa

26 de enero de 2021 14:33 h

Espoleada por la era de la pandemia que tenemos la desgracia de protagonizar, Citroën se ha lanzado a crear un museo virtual que recoge los mejores inventos españoles, entre los que se precia de considerar a su nuevo C4, fabricado en España -en la planta madrileña de Villaverde, concretamente- para todo el mundo. El Museo del Confort by Nuevo Citroën C4 es el primero albergado en una cuenta de Instagram, @museodelconfort, y recoge 50 grandes hallazgos de mentes de nuestro país que han triunfado en el terreno del diseño y la comodidad para las personas.

Esta colección única recopila ingenios que forman parte de nuestra vida, que incluso utilizamos en nuestro día a día, y que, a pesar de su familiaridad, no solemos identificar como made in Spain. Hablamos de la popular fregona, que debemos a un oficial ingeniero del Ejército del Aire Español, Manuel Jalón Corominas, o del no menos conocido invento de Enric Bernat, el Chupa Chups, entre otros muchos.

La iniciativa de Citroën nos permite visitar desde la pantalla de nuestros dispositivos móviles esta original muestra que ha contado con el asesoramiento de Juli Capella, reconocido arquitecto español especializado en diseño. El museo se ha dividido en cuatro salas en las que Capella invita a adentrarse a todos los interesados en esta materia. “No solo es un parque de atracciones de objetos -afirma-, sino también un reto de conocimiento y cultura” donde, además, “van a descubrir inventos que les van a sorprender y cuyo origen español seguramente no conocían”.

En la primera sala figuran genialidades como la jeringuilla desechable, creada también por Manuel Jalón, el abrelatas de José Valle Armesto, la Minipimer de Gabriel Lluelles, el ya mencionado Chupa Chups y el milenario abanico, creado en China pero perfeccionado con un mecanismo plegable en España antes de su popularización en toda Europa.

La segunda estancia virtual, consagrada al diseño, alberga creaciones brillantes como el futbolín, creado en 1937 por Alexandre Campos (alias Alejandro Finisterre), la forma más cómoda y divertida de llevar la emoción de la competición futbolística al salón de casa; el interruptor Simon, patentado en 1916 por Arturo Simón Vibet, fundador de lo que hoy es un grupo empresarial con presencia en más de 90 países; la imprescindible grapadora de José Enrique Aranzábal y Juan Solozábal (1930, y la carabela de Enrique el Navegante (siglo XV), con la que los intrépidos exploradores renacentistas consiguieron recorrer el mundo, entre otras.

La tercera sala, dedicada a la tecnología española que más ha contribuido a mejorar la vida en este planeta (e incluso más allá), incluye inventos como el traje de astronauta creado en 1935 por Emilio Herrero, un primer prototipo del atuendo que más tarde perfeccionaron los soviéticos para protegerse en sus primeros paseos orbitales, el submarino de Narciso Monturiol (1859) y el aún más célebre autogiro de Juan de la Cierva (1923), así como el laringoscopio de Manuel García, de 1855.

La electricidad como protagonista

La cuarta y última sala, con la electricidad como protagonista, acoge otros hallazgos españoles como el teleférico de 1887 de Leonardo Torres Quevedo, el Da Vinci español, que se ha extendido por el mundo como la forma más cómoda de superar desniveles, y su pionero puntero láser, que desde 1930 nos hace la vida más sencilla al alargar nuestro índice hasta donde alcanza la vista. También podemos pasear nuestra vista por el Talgo de Alejandro Goicoechea (1941), la máquina de rayos portátil del manchego Mónico Sánchez (1909) y una larga serie de otros ingenios electromecánicos.

En la presentación -también virtual- del museo, su artífice Juli Capella ha hecho un llamamiento a enmendar nuestro carácter inconstante en el campo del diseño como en tantos otros. “Los españoles tenemos una gran creatividad, pero no nos olvidemos de que la paella hay que terminarla -ha dicho muy expresivamente-. Siempre hay que tener en mente el producto final”.

De igual modo, Capella anima a hacer la interpretación más amable del controvertido “Que inventen ellos” de Unamuno, en el sentido de que los españoles podemos aportar mucho a la tecnología y el diseño creados en otros países y, en consecuencia, “españolizar Europa” -o el mundo- gracias a nuestro ingenio e idiosincrasia particulares.

Además de las visitas virtuales, el Museo del Confort ofrece diversas actividades programadas, como visitas guiadas y charlas sobre tendencias en diseño. Con estas propuestas se pretende ofrecer un lugar de encuentro virtual en el que se puedan entablar debates y acceder a la opinión de expertos de la talla de Marisa Santamaría, investigadora, docente y divulgadora de tendencias globales del diseño, que en su primera colaboración, titulada Nuevas carreteras y corrientes del futuro. Las tendencias en movimiento, los movimientos de las tendencias, analizará los nuevos desafíos y destinos del diseño como foco principal de la evolución de la vida del ser humano en los diferentes ecosistemas y entornos actuales.

Por último, el museo prevé la celebración de un concurso dirigido a jóvenes diseñadores, que deberán centrarse en crear un producto capaz de hacernos a todos la vida más confortable, como nos la han hecho la fregona, el abrelatas o la Minipimer.

Junto a esta extensa selección de la inventiva española, Citroën exhibe los últimos avances -tecnológicos y algunos de puro ingenio- del nuevo C4, entre ellos los asientos Advanced Comfort, la suspensión de amortiguadores progresivos hidráulicos y el Smart Pad Support, un soporte adaptable para todo tipo de tablets

Se pueden ver dispositivos de asistencia a la conducción

También puede presumir de dispositivos como el head-up display, el Highway Driver Assist, un asistente que combina el regulador de velocidad adaptativo y la alerta de cambio involuntario de carril, y el Park Assist, que lleva la maniobra de aparcamiento a un plano de total comodidad en el que solo es necesario usar el freno y el acelerador.

Un motivo de orgullo adicional para la marca de los chevrones es el tren de propulsión 100% eléctrico que puede incorporar su C4 y que le otorga 350 kilómetros de autonomía entre recargas.

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