El 'software' español que reduce las emisiones de los diésel en episodios de alta contaminación
Las restricciones de tráfico por altos niveles de contaminación son una realidad en medio mundo, de París a Bogotá. Los vehículos diésel, en particular, están en el punto de mira de las administraciones locales, como demuestra la reciente decisión del Ayuntamiento de Oslo de prohibir circular a este tipo de coches por las calles de la ciudad.
Un equipo de investigadores españoles y austriacos ha desarrollado recientemente un sistema que permitiría revertir el actual estado de cosas. Se trata de una tecnología capaz de reducir en tiempo real las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) de los vehículos de gasoil si los índices de contaminación superan el límite.
El ‘Journal of Automobile Engineering’ ha publicado el estudio realizado por Benjamín Pla y Carlos Guardiola, miembros de la Cátedra de Motores Térmicos (CMT) de la Universidad Politécnica de Valencia, y sus colegas Pau Bares y Harald Waschl, de la Universidad Johannes Kepler de Linz (Austria).
La Cátedra de Motores Térmicos, conocida por desarrollar su labor con fines prácticos y de comercialización de sus proyectos a través de marcas de automóviles y de componentes, ha confirmado el interés de diversas empresas del sector en su sistema de calibración, según informa a eldiario.es Benjamín Pla.
El trabajo se ha probado en una sala de ensayo de la CMT con “resultados prometedores” que han convencido al Ministerio de Economía y Competitividad para impulsarlo dentro de un proyecto denominado ‘Estrategias de control basadas en la información contextual del vehículo para la reducción del consumo de combustible y las emisiones en condiciones reales de conducción’, que permitirá a los ingenieros continuar con su línea de investigación.
Pero ¿cómo opera este sistema de calibración? Básicamente utiliza dos bancos de información, el primero de los cuales incluye un conjunto de modelos que recogen el histórico de condiciones de funcionamiento del coche y una base de datos de ensayos del motor. Esta última da cuenta del modo de reducir el consumo de combustible –y las emisiones correspondientes– a través de actuaciones sobre el tiempo y presión de inyección o la posición de válvulas como la EGR y de la turbina de geometría variable.
En segundo lugar se recurre a la información en tiempo real sobre sobre límites de contaminación que el vehículo puede recibir directamente de las infraestructuras. Para compensar la posibilidad de error inherente al uso de modelos, el sistema emplea además un sensor de NOx, disponible ya en muchos coches diésel, que garantiza que se cumplen las restricciones.
Pla explica que el abismo actual entre las emisiones oficiales de los vehículos y las reales, que da lugar a los episodios de alta contaminación en combinación con factores atmosféricos, se debe a los irreales ciclos de homologación usados hasta ahora. Afortunadamente, “las próximas normativas van a considerar las emisiones en condiciones de conducción real (RDE)”, señala Pla.
También hay que culpar, en opinión del ingeniero, al hecho de que el control actual de los motores de gasóleo se basa fundamentalmente en calibraciones estáticas cuyas tablas no tienen en cuenta ni el estilo de conducción del usuario ni las condiciones del tráfico ni los propios niveles de contaminación.