Contrapunto es el blog de opinión de eldiario.es/navarra. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de la sociedad navarra. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continua transformación.
Burla, burlando...
Como si del soneto de Lope de Vega que le manda Violante se tratara, la legislatura de Navarra va dos por delante. El otro día escuchando que Podemos empezaba a construir la candidatura de Errejón para las elecciones a la Comunidad Autónoma de Madrid me di cuenta de ello.
El tiempo en política es más vertiginoso que en la vida cotidiana. Las victorias son efímeras y las derrotas provisionales. Estamos en pleno ecuador; dentro de dos años, en marzo del 2019, se disolverá el Parlamento de Navarra. Han pasado ya dos años de lo que para unos fue una catástrofe que conducía a Navarra a la ruina y para otros un triunfo que anticipaba un nuevo amanecer. Basta el tiempo y la edad para comprender que no suele ocurrir ni lo uno, ni lo otro. Recuerdo que Labordeta, en sus memorias, relataba que su amigo Mario Gabiria, en una noche electoral de triunfo, animaba ilusionado a los trabajadores a no acudir al día siguiente a trabajar porque había ganado la izquierda.
Por mucho ímpetu que se tenga por cambiar siempre habrá espacios institucionales, políticas estables, inercias administrativas... Además, en este caso, la mayoría social que tiene este gobierno es exigua como para cambios radicales. Por otra parte, con esta legislatura ya todos los partidos parlamentarios de Navarra han acreditado experiencia de gobierno. Todos han gobernado. Todos forman parte del Sistema. Mediante su experiencia en tareas de gobierno han aprendido que las políticas públicas tienen muchos límites y que aquello que se propone tiene que ser viable.
El actual gobierno empieza a tener pasado. Ya no es una promesa, es una realidad. Por sus hechos, desde la posición política de cada uno, se le valorará. Esgrimir la herencia recibida todavía será tentador como recurso argumental pero será poco creíble. Este gobierno tiene ya la madurez suficiente que le da el tiempo trascurrido. Los ejes de su acción de gobierno se han centrado en los dos caracteres principales de su naturaleza. Por un lado, medidas de izquierda tales como la reforma fiscal y políticas sociales. Por otro lado, el centro del debate político se ha centrado en cuestiones de identidad nacional. El componente nacionalista predominante del gobierno ha hecho que éste sea el foco prioritario.
El gobierno también se ha posicionado en dos obras públicas de gran importancia para el desarrollo de Navarra. La segunda fase del Canal de Navarra y las infraestructuras necesarias para una vía rápida de ferrocarril. Ambas dependen de acuerdos con el Gobierno de España. Se ha posicionado a favor de ellas; ahora falta ver cómo se traducen estos compromisos adquiridos en hechos.
Como se suele decir en el argot taurino, hasta el rabo todo es toro. Todavía hay camino por recorrer en este gobierno. Puede haber sorpresas pero empieza a ser predecible en sus acciones. Ya tenemos una perspectiva de lo que supone este gobierno. Un gobierno que por composición política es muy singular; nada que ver con otros de España, ni siquiera con el Gobierno vasco.
En las pasadas elecciones, la demanda social de cambio fue la clave que propició este gobierno. Todavía es pronto para saber cuál será la clave principal para el próximo. Tres son las líneas básicas a futuro: continuidad, corrección o cambio. Continuidad en el actual modelo conformado; corrección del modelo con otros socios o cambio de modelo por otro. En el tiempo que queda sabremos sobre qué se inclina la ciudadanía; porque el presente está preñado de futuro.
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