The sun also rises

Pantalones blancos, camisetas blancas, pañuelico, faja, parece que lo tengo todo. El pañuelico tiene el escudo de Cascante por un intercambio a las tres de la madrugada, pero también me vale.

Son los últimos sanfermines de la legislatura, y parece todo igual, que nada cambia en un ritual que repetimos desde niños.

Miras el programa, sin sorpresas, sin imaginación, sin sentido del humor si me permitís esta apreciación, denota agotamiento de modelo, repetición, aburrimiento e, incluso, soledad y alejamiento de la sociedad.

Se nota que ahí no mete la mano más que UPN desde hace mucho tiempo. Se nota en demasiadas cosas que ahí solo mete la mano UPN, que se niega la participación a la gente, a la que ni tan siquiera se la escucha.

La gente que ha hecho grandes estas fiestas es silenciada, no se le da voz y eso se nota. Es la dinámica general. No escuchar, imponer un modelo de fiesta y de ciudad. Un modelo de sociedad. Cuando las cosas se hacen desde la participación surgen las cosas con calidad, con valor añadido.

La campaña “Por unas fiestas libres de agresiones sexistas” es una prueba de cómo sí se puede hacer las cosas con la gente, con las organizaciones implicadas en la acción social, tanto dentro como fuera de la fiesta, velando y proponiendo cosas que hacen que nuestras fiestas funcionen mejor, y que todas y todos disfrutemos de ellas.

Que se realice esta campaña ha sido fruto de la demanda popular, de la presión de la gente, y esperemos que desde el Ayuntamiento pierdan el miedo a trabajar con los demás, por que tiene efectos más que positivos. Pero ni el sexismo es problema exclusivo de las fiestas, es un problema que sufrimos todo el año, ni los problemas de todo el año desaparecen en San Fermín.

La gente que pasa dificultades, que no tiene techo, o que ve como sus hijos pasan hambre siguen ahí, aunque estemos de fiesta. Son tiempos en los que vemos un aumento notable de la pobreza entre nuestros vecinos y no es bueno cerrar los ojos ni tan siquiera durante 8 días. Nosotros no lo hacemos, pero es muy triste que nuestro ayuntamiento si lo haga. También durante los sanfermines y durante el verano debemos garantizar los servicios a las personas más necesitadas, sobre todo la infancia y los más vulnerables.

Como una piedra de toque, las fiestas evidencian la separación entre la gente, sus anhelos, sus necesidades, sus preocupaciones, y UPN, que solo mira por sus preocupaciones, sus necesidades, sus anhelos. Y que estos anhelos de UPN, no son resolver los problemas de la gente, ni escuchar sus preocupaciones. Los anhelos de UPN están con los de las constructoras, con esconder los trapos sucios de la CAN, con mantenerse en el poder. Pero guste o no, la ciudadanía habla.

Asistimos a un empoderamiento social imparable. Desde el 15M hace unos años y que esta muy vivo, a las Marchas de la Dignidad, que han revolucionado y evolucionado a la sociedad provocando junto a otros factores la caída del bipartidismo por debajo del 50%, incluso en la abdicación del Rey, estos procesos de empoderamiento han tenido mucho que ver.

Por esto, estas últimas fiestas de la legislatura pueden ser las últimas en muchas otras cosas también. Pueden ser las últimas de un modelo. Pueden ser las últimas de unas instituciones ciegas, sordas y mudas frente a los problemas de la mayoría social.

Si la mayoría social nos enfrentamos a este reto encarando los problemas que nos afectan a todos, si lo hacemos desde la unidad podremos cambiar este modelo de sociedad. Esta en nuestra mano y tenemos esa responsabilidad.

Llevamos demasiado tiempo viviendo entre las tinieblas del paro, de la pobreza infantil creciente, entre desahucios, llevamos demasiado tiempo con el mismo programa de fiestas y de todo.

Disfrutemos de estas fiestas como lo hemos hecho siempre, en la calle, desde la espontaneidad, pensando que el sol, tarde o temprano, también saldrá.