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El Gobierno vasco reconoce como víctima policial a un miembro de ETA herido en Navarra tras la fuga de Segovia

Escena de la película 'La fuga de Segovia', de Imanol Uribe.

Rodrigo Saiz

Pamplona —

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Tras haberse fugado de la cárcel de Segovia junto con otros 28 presos en abril de 1976, el miembro de ETA Mikel Unanue fue herido de bala por la Guardia Civil en la localidad navarra de Burguete, donde fue interceptado con otros compañeros de fuga tratando de huir a Francia. Durante el enfrentamiento con los agentes murió Oriol Solé Sugranyes, activista anarquista catalán, mientras que él recibió dos disparos en el brazo y en la espalda. 47 años después, el Gobierno vasco, en aplicación de la ley autonómica de violencia policial, le ha reconocido como víctima.

El reconocimiento como víctima de la violencia policial le permite acceder a una indemnización fijada en 350.678,38 euros para los “heridos de bala, bote de humo, pelota de goma, u otros tipos de golpes”. Además, la comisión adscrita al Gobierno que analiza estos casos señala que Unanue “desea que se conozca la violencia y la represión, mayormente silenciadas, que provocaron el surgimiento de movimientos y organizaciones como la suya, nacida como reacción a aquella violencia del Estado”.

Mikel Unanue cumplía en la cárcel de Segovia una pena de 12 años de prisión que le impuso un tribunal militar. El 5 de abril formó parte de la conocida como fuga de Segovia, en la que tras seis meses de preparación 29 presos escaparon del penal por un túnel de 800 metros excavado por ellos mismos tras unos lavabos y que les llevó hasta un polígono donde les esperaba un comando exterior.

Lograron huir escondidos en un camión hasta Erro, localidad navarra cercana a la frontera con Francia, donde fueron interceptados por la Guardia Civil después de que no se presentase una persona que les iba a ayudar a llegar hasta la muga. Los 29 presos se dispersaron en grupos, el más grande de ellos, compuesto por 21, tuvo un enfrentamiento con los agentes en el que Unanue resultó herido de bala y Oriol Solé falleció. Tan solo cuatro de los participantes de la fuga lograron llevar a Francia, los 24 restantes fueron de nuevo arrestados.

La comisión que analiza los casos de violencia policial en Euskadi ha entregado este jueves su informe anual explica que, en total, 66 nuevas víctimas serán reconocidas, con las que se eleva a 145 el recuento total. De las nuevas, nueve fueron asesinadas, ocho salieron del ataque o atentado con lesiones graves, 49 sufrieron torturas y 13 fueron amenazadas. 

Navarra también cuenta con ley foral de reconocimiento y reparación de las víctimas de la violencia policial o de grupos de extrema derecha, que tras ser modificada en 2022, reconoce a estas víctimas las mismas indemnizaciones que perciben las víctimas de ETA. Al igual que en Euskadi, es una comisión de expertos la que se encarga de analizar cada caso de manera individualizada para posteriormente decidir si reciben la condición de víctima y fijar una indemnización, que en el caso navarro son mayores a las que otorga el Ejecutivo vasco.

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