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La innovación y la solvencia energética, características de una gran marca

Coche eléctrico cargando la batería

NEDGIA Navarra (antigua Gas Navarra) es la nueva marca de la distribuidora de gas en esta comunidad autónoma del Grupo Naturgy. Con este cambio de marca, NEDGIA inició una nueva etapa enfocada en el crecimiento y la transformación de su actividad con el objetivo de aportar bienestar a 10,7 millones de usuarios en España, a través de más de 5,3 millones de puntos de suministro, de los que más de 145.000 se encuentran en Navarra.

NEDGIA Navarra opera en la Comunidad Foral desde hace 30 años y actualmente abastece a más de 290.000 navarros en 106 municipios y cuenta con más de 2.200 kilómetros de redes. Además, la compañía suministra a cerca de 41.200 viviendas que disponen de instalaciones de calderas centralizadas de gas natural. Esto supone que más del 93% de la población de Navarra tiene acceso a esta fuente de energía.

NEDGIA aúna dos conceptos fundamentales para la compañía: la innovación unida a la experiencia y solvencia que aporta pertenecer al Grupo Naturgy y haber desarrollado durante los últimos 25 años la expansión del gas natural en España.

NEDGIA apuesta firmemente por la decisiva contribución del gas natural en la mejora de la calidad del aire en las ciudades españolas. Por ello, trabaja en el desarrollo de soluciones innovadoras y eficientes para hacer llegar el gas natural a nuevos usuarios, y promueve los nuevos usos del gas, como la movilidad sostenible -como alternativa a combustibles tradicionales-, o el gas renovable, una opción sostenible y económicamente competitiva para impulsar un sistema energético descarbonizado y luchar contra el cambio climático. Además, la compañía está trabajando en la digitalización de todos sus procesos con el objetivo de aprovechar al máximo las nuevas tecnologías para hacer más eficiente y eficaz su actividad y conectar con la nueva realidad más tecnológica y exigente.

Respecto a la contaminación atmosférica, conviene tener presentes algunos datos para entender la dimensión de este problema en las ciudades. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), más de 400.000 personas mueren prematuramente cada año en la Unión Europea (UE) por la mala calidad del aire, y varios millones padecen enfermedades respiratorias y cardiovasculares provocadas por la contaminación. Además, el 92% de la población mundial vive en lugares donde no se respetan las directrices de la OMS sobre la calidad del aire.

La Comisión Europea advirtió, en febrero de 2017, a España (y a otros cuatro países de la UE: Francia, Alemania, Italia y Reino Unido) por superar continuadamente los límites de contaminación permitidos. En el caso de nuestro país, el problema radica sobre todo en las dos ciudades principales, Madrid y Barcelona, cuyos ayuntamientos lanzaron ya el año pasado medidas para restringir la circulación.

Mejora la calidad del aire

La calidad del aire de cada municipio, aunque depende exclusivamente de dicha localidad, se ve perjudicada principalmente por tres motivos: el transporte, la calefacción doméstica y los procesos industriales peri-urbanos. Por lo que mejorar la calidad del aire urbano sólo será posible, según los expertos, a través de tres vectores: disminución de las emisiones de CO2 de todas las energías convencionales, la reducción drástica de SOx y NOx, origen del smog urbano; y una reducción de emisiones de partículas sólidas PM10, dañinas para la salud.

El gas natural es la fuente de energía más limpia, menos contaminante y con menor contenido en carbono de todos los combustibles tradicionales. En comparación con otros combustibles, el gas natural reduce considerablemente las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y casi completamente las emisiones de partículas en suspensión y óxidos de azufre (SOx), principales causantes de problemas de salud respiratorios.

Además, el gas natural cada vez más tiene un origen renovable, tanto por el reciclado de residuos urbanos y agrarios, como por transformación de la energía eléctrica renovable sobrante, reduciendo así su emisión neta de CO2 a la atmósfera.

Cambiar el transporte

El transporte es uno de los sectores que más contaminan y un gran emisor de CO2. En este sentido, el gas natural, tanto en estado comprimido (GNC) para el transporte ligero, como en estado licuado (GNL) para barcos y transporte pesado, está llamado a ser el combustible del futuro debido a sus múltiples ventajas.

Según cifras de Gasnam (la Asociación Ibérica de Gas Natural para la Movilidad), las matriculaciones de vehículos propulsados con gas natural aumentaron un 112% en 2017 en España con respecto al año anterior. Así, el parque total de vehículos propulsados por gas natural en nuestro país es de casi 8.500 unidades.

Todo esto se debe, en primer lugar, a que el gas natural es más económico. Comparado con otros combustibles, el coste por kilómetro de un vehículo que funciona con gas natural es un 30% menor que con gasóleo y un 50% menor que el de gasolina. Asimismo, el gas natural es también un combustible más silencioso, limpio y respetuoso con el medio ambiente, cosa que lo convierte en una alternativa real a los combustibles tradicionales actuales.

Europa se mueve con gas natural

Entre las líneas de trabajo de NEDGIA se encuentra potenciar la implementación del gas natural como combustible alternativo para una movilidad más sostenible. Por ello, lidera el proyecto ECO-GATE, una iniciativa financiada por la Comisión Europea que tiene como objetivo el desarrollo de las infraestructuras y estaciones de repostaje a lo largo del Corredor Atlántico y el Corredor Mediterráneo. Gracias a este proyecto, se hará posible el despliegue rápido y masivo de la movilidad con gas natural y se implementarán mejoras técnicas importantes y soluciones tecnológicas innovadoras en las estaciones de carga. 

Este proyecto contempla la construcción de 21 gasineras en la red de carreteras de España, Francia, Alemania y Portugal. En nuestro país, las instalaciones se localizarán Barcelona, Burgos, Madrid, Murcia, Salamanca, Irún, Tordesillas, La Junquera, Córdoba y Cartagena, entre otras ciudades.

El uso del gas natural como combustible para vehículos está ampliamente extendido desde hace muchos años en diversos países del mundo, especialmente en Latinoamérica, pero también en muchos países europeos como Italia. En España, las matriculaciones de estos vehículos aumentaron un 112% en 2017, hasta alcanzar los casi 8.500 vehículos de este tipo en nuestro país.

 

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