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Sobre este blog

Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.

Guía de viajes por la España de la corrupción

Iker Armentia

Sol en la costa y patrimonio cultural en el interior. Es la oferta turística de la Marca España, pero hay una tercera vía mucho más trepidante: viajar por la España de la corrupción. Ahí va.

1. El Museo Guggenheim

Poco conocido por el gran público, el Museo de Todos los Museos también ha sufrido su particular caso de corrupción. El director financiero del Guggenheim, Roberto Cearsolo, se apropió indebidamente de medio millón de euros durante casi una década. Siguiendo el manual de la corrupción en España, nadie sabía nada, era una cosa pasajera y fue condenado después de que su abogado llegara a un acuerdo con la fiscalía y el propio museo. En resumen, Cearsolo podría considerarse el Lee Harvey Oswald de la corrupción en Euskadi.

Pero no es por este caso de mangoneo por lo que citamos al museo, sino por el Efecto Guggenheim al que centenares de políticos españoles, obnubilados por el éxito de Bilbao, intentaron sumarse ejerciendo el sacrosanto Derecho Universal A Contratar Un Arquitecto Internacional Y Salir En El New York Times. Para los profanos, el Efecto Guggenheim es el proceso de transformación urbana que convierte una Ciudad Extremoduro en una Ciudad Rihanna. El saldo final: decenas de imputados por corrupción, edificios a medio hacer o en quiebra y arquitectos con aviones privados aparcados en sus garajes.

La visita al Guggenheim consiste en acercarse al edificio de Gehry y decir “qué bonito ha quedado Bilbao”, para después marcharse a tomar unos vinos. Existe la alternativa remota de acceder a su interior. Al parecer, hay obras de arte.

2. El Madrid de los Gürtel

A bordo de un Jaguar descapotable y con un kilo de confeti para cada viajero, los visitantes de “El Tour del Madrid de los Gürtel” admirarán algunos de los lugares más destacados de esta trama legendaria. Antes de iniciar el recorrido, se proyecta el vídeo “Esperanza Aguirre, una cruzada contra la corrupción a ver si cuela que me está entrando la risa”.

Durante el trayecto se para a tomar un aperitivo en el monasterio de El Escorial donde vendedores ambulantes ofrecen bigotes postizos, puros y chaqués del chino para que los turistas puedan fotografiarse y pasear como lo hacían los corruptos de verdad en las bodas de las hijas de los presidentes del Gobierno, la época dorada de la corrupción en España.

Posteriormente, se visitan la Audiencia Nacional y la sede del Partido Popular en la calle Génova. La cercanía de ambos edificios es un asunto controvertido. Hay historiadores que sostienen que obedece a la necesidad de que los jueces reciban las órdenes del partido con celeridad. Otros, apoyados en recientes excavaciones arqueológicas, defienden que el objetivo es que los cargos del PP no sufran tendinitis por caminar demasiado cuando tienen que comparecer ante los tribunales. El debate sigue abierto.

Hay una extensión de esta excursión con paradas en Soto del Real y Suiza.

3. De ERE por Andalucía

Aquí no hemos inventado nada nuevo. Se trata del clásico recorrido turístico por Andalucía, pero el gazpacho se sustituye por cocaína (la droga es gratuita para el turista gracias a una generosa subvención del Departamento de Empleo de la Junta de Andalucía).

4. Los narco-cruceros

Los cruceros están de moda pero suelen resultar aburridos. Siempre cruzándote con la misma gente y cenando en el mismo sitio. En esta guía, sin embargo, ofrecemos la novedad de navegar en yate con narcotraficantes y disfrutar de sus anécdotas de juventud en el contrabando de tabaco y de cómo llegaron a alternar con políticos de copetín. Con un poco de suerte, y si el tiempo acompaña, el narcotraficante te dejará lanzar un par de fardos de hachís al agua cuando se acerque la patrullera de la Guardia Civil. Toda una aventura.

El único inconveniente es que está prohibido el uso de cámaras fotográficas porque los narcotraficantes no son narcotraficantes y luego siempre hay alguien que se guarda una foto y la prensa lo manipula todo y, bueno, quiero decir que no son narcotraficantes todavía aunque, en realidad, sí lo son, pero sólo un poquito. Un poquito mucho, más bien. En fin, vaya lío. Mejor que lo explique Núñez Feijóo.

5. Más que un Palau

En Barcelona, el Palau de la Música ofrece a sus visitantes el sugerente cursillo: “Cómo quedarte el 3% de los gastos familiares para tu ocio personal”. Políticos catalanes en rehabilitación nos enseñarán a convencer al frutero de nuestro barrio para que nos cobre un poquito menos sin que aparezca en las facturas, a cambio de seguir comprándole fruta todas las semanas. Al llegar a casa, enseñamos la cuenta y nos guardamos las vueltas. Como preparación para el curso, el Palau recomienda visionar las seis temporadas de Los Soprano o leer la prensa diaria.

Por supuesto, el precio del curso no incluye el 3% del IVAC (Impuesto sobre el Valor Añadido Catalán) y no se admiten tarjetas de crédito ni billetes de 500 euros, que cantan mucho.

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Iker Armentia es periodista. Desde 1998 contando historias en la Cadena Ser. Especializado en mirar bajo las alfombras, destapó el escándalo de las 'preferentes vascas' y ha investigado sobre el fracking. Ha colaborado con El País y realizado reportajes en Bolivia, Argentina y el Sahara, entre otros lugares del mundo. En la actualidad trabaja en los servicios informativos de la Cadena Ser en Euskadi. Es adicto a Twitter. En este blog publica una columna de opinión los sábados.

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