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Madrid Central, un beneficio para todas las personas

Señalización del área de Madrid Central

Inés Sabanés / Jorge García Castaño

Estamos a un mes de la entrada en vigor de Madrid Central, la Zona de Bajas Emisiones (y a la vez una “superárea de prioridad residencial de 472 hectáreas) que convertirá la práctica totalidad del Distrito Centro de Madrid en un espacio con un 37% menos de tráfico y, por ello, en un entorno más saludable, más amable, más seguro... en definitiva, en un centro más vivo y más vivible. Y, sin embargo, Madrid Central no es una medida exclusiva para el centro de Madrid: Madrid Central beneficiará a todas y todos.

Tratándose de una medida con incidencia no solo en el espacio público sino, más aún, en la calidad del aire, su ámbito de repercusión se extenderá a todo Madrid (e, incluso, más allá de nuestra Comunidad Autónoma). Como medida principal del Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático, esta gran zona de bajas emisiones tiene como objetivo garantizar la protección de la salud frente a los efectos de los contaminantes atmosféricos y contribuir a la lucha contra el cambio climático reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. ¿Y por qué actuar directamente en el centro de la ciudad será beneficioso para todo Madrid? La clave es la concentración por acumulación de emisiones contaminantes, producidas por miles de coches atravesando simultáneamente y día a día un espacio reducido como es el centro de Madrid. Una vez producida la concentración de emisiones, la dispersión irá arrastrando esa nube tóxica según la dirección del viento en cada momento, pudiendo llegar a alcanzar ciudades vecinas. Sin embargo, si se distribuyen los viajes de paso entre otros modos sostenibles y las circunvalaciones (autopistas creadas precisamente con este objetivo) ya sea la M30, la M40 o la M50, la concentración de emisiones será menor, y por lo tanto menos contaminante; su efecto, consecuentemente, será menos negativo en la salud de Madrid y todo su entorno: de Torrelodones, a Toledo; de Guadalajara, a Talavera de la Reina.

Además los incentivos e impulso de tecnologías más limpias, especialmente vehículos eléctricos tendrán su efecto de transición para el conjunto de la ciudad Pero, como hemos dicho, Madrid Central en tanto que área de prioridad residencial, supondrá igualmente una medida muy beneficiosa en términos de movilidad. El colectivo más beneficiado será el de usuarios del transporte público (1.200.000 viajes, el 59% de los desplazamientos diarios en Madrid Central) especialmente autobús , metro o cercanías (pero también taxi o BiciMad), que se disfrutará de mejores frecuencias gracias a una menor intensidad del tráfico y, por tanto, mayor fluidez. Igualmente, favorecerá enormemente a todas aquellas personas que realizan sus desplazamientos caminando (el 27% de los viajes que se producen en Madrid Central son a pie, unos 550.000 desplazamientos al día). Todas estas personas agradecerán sin duda la reducción y pacificación del tráfico, que junto a las rehabilitaciones y ampliaciones de aceras, la generación de ejes peatonales y la mejora progresiva de diversos entornos del ámbito, ya facilitan, y facilitarán aún más, su deambular diario. Un deambular que, además, se realizará en un entorno mucho más saludable, con menos humos y mejores condiciones de accesibilidad universal y seguridad vial. Por último, tampoco se debe olvidar que también los usuarios del coche notarán la mejora: hablamos fundamentalmente de residentes del distrito y sus personas invitadas, pero también profesionales de transporte y servicios, y demás colectivos autorizados; en definitiva, todos los viajes internos, así como los externos con origen o destino en Madrid Central. Y es que, lejos de lo que han tratado de hacer ver quienes defienden el uso del coche privado por encima de todo, los criterios de acceso al área no supondrán ni mucho menos una restricción generalizada. De los 230.000 viajes diarios en coche que se producen actualmente en Madrid Central, que corresponde únicamente a un 11% del total de desplazamientos, tan solo se pretende actuar sobre el tráfico de paso y los vehículos más contaminantes. Todos somos conscientes que los centros de las ciudades no son atajos, y sin embargo 58.000 coches diarios utilizan el centro de la ciudad como un atajo (hablamos de un 2,8% del total de desplazamientos en Madrid Central, pero que supone hasta un 25% de los que se realizan en coche). Ello a pesar de que se trata de desplazamientos que tienen múltiples recorridos alternativos, y a menudo incluso más rápidos. Más allá de estos vehículos, que realmente no necesitan acceder al centro porque no es el centro el destino de su viaje, únicamente verán limitado su acceso aquellos coches muy contaminantes que no se benefician de las excepciones, unos 18.000 vehículos que suponen un muy reducido 0,70% del conjunto de viajes en un área con una enorme oferta de transporte público, y que además cuenta con otras muchas posibles formas de transporte. Y sin embargo, con la afección como vemos a menos de un 1% de los viajes diarios en Madrid Central y, especialmente, la eliminación de los viajes de paso, vamos a conseguir una reducción del 37% del tráfico en la zona y un ahorro de emisiones de más del 40% que beneficiará muchas personas, afectando a muy pocas. El resto de coches encontrarán un área mucho más despejada con un tráfico más fluido para realizar sus actividades.

Así es como una medida que actúa sobre viajes que tienen otras opciones mejores para realizarse y sobre una pequeña cantidad de viajes altamente contaminantes, consigue notables ahorros de emisiones, al tiempo que mejora en gran medida la movilidad peatonal, ciclista y del transporte público.

Finalmente, aunque desde luego no menos importante, Madrid Central supone una medida de mejora del espacio público. Queremos un Centro para quienes lo viven, con barrios para sus residentes. La recuperación del espacio público para vecinas y vecinos del distrito está avanzando así de forma imparable durante estos años. Hemos ampliado y renovado aceras, y estamos generando nuevos ejes para la movilidad peatonal (eje Magdalena-Carrera de San Francisco, eje Amaniel). Invertimos también en mejorar sus plazas, parques y jardines, zonas infantiles o deportivas. Quienes residen en centro ya disfrutan de un incremento de plazas para residentes en el distrito, con un saldo positivo de más de 1.000 nuevas plazas en los últimos tres años, incluso descontando las plazas que se han ido eliminando en las diversas actuaciones de urbanización y mejora de la accesibilidad universal y movilidad peatonal. O de la ampliación de reservas de aparcamiento para motos, que se han duplicado durante el presente mandato, para dar respuesta a una realidad que desde hace años se viene reflejando en la disminución del número de coches en el distrito, frente al aumento de motocicletas y ciclomotores. La reducción de un 37% del tráfico gracias a Madrid Central facilitará la circulación rodada en el entorno pero, sobre todo lo notará su vecindario, que se beneficiará -como ya ocurren en las actuales APR- de calles más amables, más seguras, con menos ruido y un reparto del espacio más acorde cada vez con su uso real, y capaz de dar especial protección a quienes más lo necesitan (infancia, mayores, colectivos con diversidad...) La nueva ordenanza de circulación, a su vez ha limitado la velocidad máxima a 30 o 20 km/h en la práctica totalidad de las calles del distrito, además de regular la circulación y aparcamiento de motos, bicis y patinetes para avanzar en una protección real del peatón para que pueda recuperar un uso real de las aceras. Porque, como corresponde a un enfoque feminista del urbanismo y la movilidad como el que queremos para nuestra ciudad, que priorice las funciones ligadas a la reproducción social y que ayudan al mantenimiento de la vida, las relaciones sociales o las necesidades personales, si cuidamos a quienes más lo necesitan, estaremos beneficiando a todas las personas.

En definitiva, Madrid Central supone un paso necesario y decisivo hacia el modelo de ciudad que queremos, una ciudad con un aire más limpio y que resulte más amable y vivible para todas y todos.

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