Que nadie hable por nosotras
En los últimos días, hemos tenido que volver a salir a la calle a gritar que no vamos a permitir que nos sigan matando, cuestionando, invisibilizando y, que este sistema patriarcal en que estamos inmersas, nos siga poniendo cada día en la diana por el mero hecho de ser mujeres. No estamos dispuestas a aceptarlo.
Y, aunque en los últimos años las gentes de Izquierda Unida, y de otras tantas organizaciones, hemos sido testigos y partícipes con emoción de cómo las movilizaciones en defensa de los derechos de las mujeres han pasado de ser minoritarias a convertirse en un tsunami de dignidad y feminismo, somos conscientes del gran camino que nos queda por delante para acabar con un machismo enraizado en todos los estamentos de la sociedad. Buena prueba de ello es que, durante este año, la única movilización que no se ha permitido realizar por el contexto sanitario ha sido, precisamente la del 8 de marzo, y no por casualidad.
Nos hemos movilizado para defender nuestros derechos, pero sobre todo, para luchar por una vida digna de ser vivida, por una sociedad totalmente distinta. Y, para aquellas que pertenecemos a una organización política, una parte fundamental de nuestra vida es la propia militancia y por eso tenemos que empezar por nuestras organizaciones, pensando y trabajando para acabar con el machismo estructural que sufrimos día a día dentro de nuestras filas.
Las mujeres de la candidatura “La izquierda para Madrid”, que aspiramos a que nuestra propuesta política resulte mayoritaria en la próxima Asamblea regional de IU Madrid, estamos hartas de que se nos señale como meras acompañantes o comparsas. Estamos cansadas de tener que recordar que nuestro papel es fundamental en el presente y de cara al futuro de Izquierda Unida.
Estamos aquí, en el centro, escuchando y siendo escuchadas, acompañando y siendo acompañadas, empujando en un proceso en el que nuestro papel es vital. Y no estamos dispuestas -menos aún, en nombre del feminismo- a que se nos utilice como excusa ante la falta de argumentos de algunos. Porque pocas cosas hay más machistas que apartar deliberadamente a las mujeres del debate o situarlas en una posición de víctima y/o agente pasivo.
Es evidente, que ningún espacio está libre de testosterona. Pero no lo es menos que, a menudo, se banaliza y se instrumentaliza dicha cuestión por ciertos intereses. Por tanto, no vamos a dejar que hablen por nosotras ni que nos hagan cómplices de un supuesto machismo, que, teniendo claro que existe, no puede ni debe usarse como un arma arrojadiza.
Si algo hemos aprendido muchas de nosotras militando en el movimiento feminista todo este tiempo, especialmente durante los procesos de las Huelgas Feministas de los últimos años, es que una vez se consiguen ciertos avances a base de muchísimo trabajo, suelen aparecer determinados agentes que intentan reapropiarse de lo conseguido, para darle la vuelta y utilizarlo de cara a sus propios intereses, perdiendo así la potencia y los objetivos de dichos avances (como por ejemplo ha ocurrido con la mercantilización del Orgullo o con la asunción de parte del discurso feminista por parte de sectores neoliberales de la sociedad). Lo mismo ocurre en las organizaciones políticas, desgraciadamente también en la mía, el feminismo es utilizado y malinterpretado para la consecución de determinados intereses. Por eso, hay que señalarlo.
No en nuestro nombre, no en nombre del feminismo.
Y, para terminar, desde La Izquierda Para Madrid tenemos una propuesta política muy amplia, construida de manera colectiva (por todas y todos) en la que el feminismo no se afronta desde lo cosmético y la superficialidad, sino que se basa en el feminismo que se pone el centro la vida, en el centro la mejora de las condiciones materiales de las mujeres madrileñas.
Nuestra propuesta se basa en el trabajo colectivo, en equipo, con liderazgos colectivos y con el respeto a las decisiones, órganos y responsabilidades acordadas. En la presencia e intervención cotidiana en los espacios feministas de nuestros barrios, pueblos y municipios. Alejada de las grandes declaraciones en redes sociales; . de las decisiones tomadas por unos, sí unos pocos en despachos; alejada también del feminismo de grandes focos; y como no, alejada de la violencia horizontal entre mujeres.
La IU Madrid que queremos tiene que tener la capacidad de ser referente de la lucha feminista desde la acción política y para eso, no valen medias tintas, ni excusas. Hay que empezar por casa, pero, que nadie hable por nosotras. Porque nosotras, seguimos construyendo.
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