Populismo cultural o histeria histórica
El Presidente mexicano López Obrador reclama que el Vaticano y el Reino de España pidan perdón por los crímenes de los conquistadores españoles en la conquista de México, hace ya 500 años.
Bien, comencemos por el “comenzamiento”.
Dado que el Presidente es nieto de cántabros, considerando la bárbara conquista romana de su tierra de origen, en buena lógica deberían la República Italiana ¡y el gobierno de Euskadi! pedir perdón ya que fueron las legiones romanas apoyadas por los protovascos autrigones quienes arrasaron los valles y montañas cántabro-asturianas pasando a cuchillo mujeres y niños y esclavizando a los prisioneros.
Aunque, también es verdad aquellos cántabros indómitos tenían la poco amable praxis de robar ganado y mujeres a los vecinos autrigones.
Pero en cualquier caso, como en el rascar, todo es empezar.
¿Qué decir de la República de Túnez por la anterior invasión cartaginesa? ¿Y de nuevo a Italia por la conquista y genocidio cultural que significó la colonización romana... Monty Phyton y La vida de Brian como simpar referente.
Y siguiendo el tránsito, excusas del Reino de Suecia al de España por las invasiones de suevos, vándalos y alanos, extendiéndolo a Ucrania y Rumanía ya que los visigodos salieron de esas tierras. Y en rosario sin fin, el Reino de Marruecos, la República de Yemen, y el Reino de Arabia Saudita por la invasión árabe/bereber que se inició en el 711 tras la batalla de Guadalete. Y, tras ellos, a Carlomagno por su imperialismo expansivo en la Marca Hispánica. (que el Presidente francés Macron se ponga a ello).
Y argelinos y tunecinos por la poco grata costumbre de capturar en nuestras costas mujeres para sus harenes y hombres y niños, para sus galeras y otros menesteres.
Y, también el Frente Polisario y la República de Mauritania por la invasión de los pre-talibanes almorávides y almohades. Y la República turca (o Grecia) por la invasión del sudeste español. (cosas del Imperio Bizantino).
Como Francia ya habría pedido excusas, olvidemos sus invasiones del País Vasco o Cataluña (anexión del Rosellón y Cerdaña incluidas) o la napoleónica de 1808... Pero ¡¡albricias!! nos queda Gran Bretaña y Holanda por sus intervenciones en la Guerra de Sucesión en el Siglo XVIII, sin olvidar en tal ocasión a los hermanos de la República de Portugal.
Y puestos en harina, resulta que el imperialista-fascista Hernán Cortés en la conquista del imperio mexicano contó con la entusiasta alianza de los pueblos vecinos que habían “gozado” de la inapreciable cultura y hábitos los pacíficos aztecas (el canibalismo, sacrificios humanos, la conquista y pillaje, son anécdotas sin importancia que los pueblos víctimas, los aliados de Hernán Cortés, no fueron capaces de apreciar, como tampoco admitían de buen gusto que violaran a sus mujeres o que les arrancaran en vivo el corazón. Cosas de su intolerancia al multiculturalismo).
Así que los estados mexicanos de Puebla, Veracruz y Tlaxcala (por los totonacas, cholultecas y txacaltecas) deberían pedir perdón a los chilangos del Distrito Federal.
Y México capital a todos ellos por la barbarie imperialista/fascista de sus antepasados.
Y los cromagnones a los neandertales.
Y López Obrador por su analfabetismo y extremo populismo. Porque si se da una vuelta por la historia de Mexico se encontrará que su independencia nace del pacto de Iguala entre el General Agustín de Iturbide (luego emperador) con Guadalupe Victoria (el líder independentista derrotado por Iturbide).
¿Por qué una vez las insurrecciones indígenas, mestizas de Hidalgo, Morelos y del español Javier Mina fueron aplastadas por las muy reducidas tropas coloniales ¡¡con el apoyo de las milicias locales lideradas por Iturbide!!, los criollos blancos/blanquísimos hijos de españoles proclamaron la (su) independencia?
Y desde entonces, con la corta experiencia de Juárez, el poder SIEMPRE ha sido de los descendientes de los gachupines/españoles.
Y por aquello de la cinco veces centenaria paja en el ojo ajeno y presente viga en el propio, recordemos al Señor Presidente que de los 10 millones de indígenas en México 7, SIETE, viven en la pobreza, que el 78 % no tienen seguridad social o que el 56 % carece de agua corriente. Cosas “corrientes” de inferior trascendencia a los brindis históricos al sol del Señor López Obrador.
Que fue durante la República mexicana cuando se casi exterminó a los indios yaqui o se produjo la bárbara guerra de las castas en el Yucatán donde se persiguió como animales a los mayas.
Y que incluso el Parlamento Nacional Indígena de México ha denunciado la ocurrencia presidencial reclamando se cumplan las promesas del presente, no las obsesiones del pasado.
Desde luego España tiene muy negras páginas en su historia. Y otras deslumbrantes. Como todos. Pero el pasado está para los historiadores. Para que todos aprendamos de él. No para estériles desplantes electoralistas. Para transformar la historia en histeria.
Concluyo. La ocurrencia de López Obrador ha tenido el inestimable apoyo de Podemos. En este país, y en México, ya no cabe un tonto más.