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El 15M facha, Rufián y un giro de guión

El portavoz de Esquerra Republicana (ERC), Gabriel Rufián, en una rueda de prensa en el Congreso

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“La pregunta es cuántas más veces pasará. Ni en 150 discursos el Gobierno podrá justificar que, habiendo una alternativa republicana y de izquierdas, escogió a quienes gobiernan con quien recorta en ayudas contra la violencia machista, como Vox en Andalucía, y con quienes repartieron cacerolas entre el fascismo, como Ayuso en Madrid. Ni en 150 discursos. Creyeron romper el bloque de la derecha cuando solo alimentaron a uno de sus miembros. Hoy el PSOE sacrifica a ERC a cambio de los votos de Cs”. Quien así habla es Gabriel Rufián en 'El 15M facha. Ideas para un futuro en disputa',  un texto editado por Temas de Hoy en el que el portavoz de los republicanos en el Congreso se pregunta cómo salimos de esta.

La pandemia, las políticas sociales, el fortalecimiento de lo público, la lucha por los derechos conquistados y por conquistar… Todo forma parte de una reflexión escrita en los días más duros del confinamiento y al hilo de la entente entre el PSOE y Ciudadanos en las sucesivas prórrogas del estado de alarma que abrieron la puerta a un nuevo escenario de alianzas en el universo político con la posibilidad de que Pedro Sánchez se apoyase en la derecha política para sacar adelante los próximos Presupuestos Generales del Estado.

“Si no somos capaces de ponernos de acuerdo frente a la vida, ¿cómo lo vamos a hacer frente a todo lo demás? Si no somos capaces de ponernos de acuerdo en torno a los efectos económicos, sociales y políticos de una pandemia mundial, ¿cómo lo vamos a hacer ante unos presupuestos? (...)”, se pregunta.

He ahí la cuestión: si el Gobierno se apoyará en los 10 diputados de Cs para sacar adelante las cuentas públicas o en la mayoría que hizo posible la investidura. El cupo de decepciones y sobresaltos de los socialistas con los republicanos ya está cubierto. El contexto catalán, los intereses electorales, la permanente competición con los ex convergentes… Demasiados imponderables para una España que necesita con urgencia unos Presupuestos Generales. “ERC es muy volátil y nos gustan las certidumbres”, aseguran en el Gabinete de Sánchez para justificar el acercamiento a los de Arrimadas que hizo saltar todas las alarmas en la coalición de Gobierno y obligó al PSOE a acordar una solución de emergencia con Unidas Podemos después de que los de Iglesias amagaran con no apoyar las cuentas públicas para 2021 si se pactaban con Ciudadanos. 

Nada está cerrado, pero cuando en la escena todo apuntaba a que socialistas y naranjas transitaban por una línea de interlocución permanente con la que dar oxígeno, visibilidad y protagonismo a Ciudadanos a cambio de su apoyo a los Presupuestos de repente Sánchez ha vuelto a situar a Arrimadas en la “foto de Colón”, junto a Vox y el PP.

“Igual que ellos de cuando en cuando suben el tono y nos llaman desde la tribuna bolivarianos y amigos de los proetarras, no puede sorprender que el presidente les recuerde lo que son y dónde están”, se justifican en La Moncloa.

Sin embargo, hay algo más en la decisión esta semana del Gobierno de señalar de nuevo a ERC como socio prioritario. En el giro de guion, que coincide en el tiempo con la primera derrota parlamentaria del Gobierno en la votación del decreto de superávit de los ayuntamientos, no solo está el empeño de los morados en consolidar la mayoría de la investidura y alejarse de Ciudadanos, sino también el compromiso adquirido por los republicanos ante Sánchez de negociar las cuentas sin mirar de reojo a los ex convergentes ni al tablero electoral en Catalunya a cambio de que se convocase este mismo septiembre la mesa de diálogo entre Gobierno y Generalitat, a ser posible antes de que Tribunal Supremo revise el próximo día 17 la condena por desobediencia de Quim Torra.

ERC puso sobre la mesa una petición más: que después de tres años en prisión, se allane el camino para el indulto a los independentistas condenados por el proceso. De momento, el Gobierno ha retomado su compromiso de rebajar las penas por sedición en el Código Penal, algo que no convence a ERC porque la reforma pasaría por una ampliación de los tipos penales que “condenaría  la siguiente generación de políticos independentistas”. Catalunya, en todo caso, vuelve al foco y ERC a entenderse con Sánchez. Hay viraje y hay un nuevo cortejo inesperado. Atentos porque en las conspiraciones de salón cabe todo y anticipar escenarios, un ejercicio político y periodístico de alto riesgo.

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