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Cuando el bulo te toca a ti (presencias en el TS)

Reunión del pleno del CGPJ presidida por Carlos Lesmes

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La verdad adelgaza y no quiebra, y siempre anda sobre la mentira como el aceite sobre el agua

Miguel de Cervantes

Los montajes y falsedades contra jueces son un clásico en nuestro país desde la Transición. Nada nuevo bajo el sol. Sucedían incluso cuando no había redes sociales, solo que entonces los intoxicadores no contaban con la viralidad de los infundios a los que uno puede ser sometido. Un ejemplo, el día 10 de junio de 2006, el financiero Javier de la Rosa se plantó en el despacho del presidente de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional haciéndose el agradable y con el “loable” objetivo de “ayudarle”. Le entregó un sobre en el que se incluían unas fotocopias con unos supuestos ingresos efectuados por una empresa del entorno del grupo KIO a nombre del magistrado –que juzgó varias piezas del Caso KIO– desde el año 2004 y en una cuenta en Suiza. Obviamente cuando te pasa esto te puede dar la risa –solo tú sabes cuán lejos de tu realidad está tener cuentas helvéticas– o puedes darte cuenta del sutil chantaje que tienes ante los ojos, si tales papeles son difundidos a tus enemigos. El juez lo puso en ese mismo momento en conocimiento de la Comisaría de la Audiencia Nacional y de la Fiscalía y en la denuncia figuraba el intento verbal realizado por esa persona de “implicar en el montaje a Garzón, Navalón, Saavedra y Martín Pallín”. Ahí es nada con el invento. Solo tres días después, la Policía informaba del burdo montaje, ya que ni el número de cuenta corriente del que procedían en la fotocopia los ingresos correspondía a esa empresa de KIO ni esas cuentas ni esas operaciones se habían producido. Un montaje similar a los que en su día se intentaron contra Jiménez Villarejo, José María Mena o Baltasar Garzón. Afortunadamente la inventiva y el arte de la falsificación no forman parte del bagaje de los personajes que suelen andar detrás de estas historias.

Eso mismo sucede ahora con el abyecto intento de un ex juez –apartado por prevaricador y condenado a prisión por otra causa– que está intentando explotar en redes y ante aquellos que se hacen pasar por periodistas historias similares, con el apoyo de las redes profundas de desinformación de la ultraderecha. Que a un individuo como Fernando Presencia se le siguiera haciendo el más mínimo caso era un escándalo, pero ahí tienen a medios aparentemente especializados en información jurídica, a puntales de la ultra derecha y a la red de cuentas bajo la apariencia de falsos diarios de ese sector aplaudiendo los denodados esfuerzos del tipo “contra la corrupción”. Y es que el juez delincuente creó una supuesta asociación llamada ACODAP para darle una pantalla justiciera a sus desmanes y, sobre todo, para pedir dinero a los incautos en su papel de batallador represaliado contra el sistema. Todo un caso. Yo ni me pregunto como un personaje, candidato a estar entre rejas y también a recibir ayuda allí, intentó esta loquísima carrera hacia adelante en el delito sino cómo hubo gente dispuesta a difundir sus bulos, darle pábulo, hacerle la ola y presentarlo como una víctima. 

Cuando el condenado ex juez Presencia acusó falsamente a Margarita Robles y a su jefa de gabinete de haber sacado seis millones de euros de España y de varias mentiras más, no solo se produjo el habitual repique de los ultras, sino que hasta el senador del PP, Rafael Hernando, se lo llegó a sacar a la ministra en el Senado. Ahí dejó claro en qué fuentes bebe el caballero. Silencio en el mundo judicial. 

Este mismo individuo, a través de su asociación pantalla, presentó hace poco denuncia en la Audiencia Nacional contra Dolores Delgado y José Luis Rodríguez Zapatero por otra delirante historia sobre un dinero que ZP le habría pagado en el extranjero a la fiscal general. Llegó a hacer correr por esos circuitos de la derecha montaraz que habían sido imputados cuando lo que sucedió fue que el juez Gadea archivó tal montaje. Silencio en el mundo judicial.

Ahora en el Tribunal Supremo están que echan chispas porque el mismo elemento ha repetido la jugada contra todos los magistrados de la Sala II que tendrán que ver el recurso de casación contra la condena de 2 años y 10 meses de prisión que le fue impuesta a Fernando Presencia por calumnias y denuncia falsa contra el fiscal de Talavera de la Reina, De la Cruz Andrade. Así que se han visto tocados de pleno por una carrera delincuencial que viene de lejos. Las falsas denuncias contra Manuel Marchena, Carmen Lamela, Vicente Magro, Pablo Llarena y Sánchez Melgar –acusándoles de tener cuentas en Liechtenstein, en Luxemburgo y supongo que en cualquier otro paraíso fiscal que conozcan– han sido presentadas por este grupito que ya la emprendió en su día con fiscales y jueces catalanes. A Sánchez Melgar le presentaron denuncia inventada ante la AEAT el ultra Alberto Royuela –iniciado de pequeñito en la guardia de Franco– y otro tipo llamado Martínez Grasa que tal baila. ¡Por dios, que esta peña ha convocado manifestaciones en Madrid acusando a un fiscal catalán de haber ordenado 400 asesinatos!

En la carta remitida por el presidente de la Sala II a Lesmes –además de la denuncia a la Fiscalía– se recoge “no solo la indignación que nos asalta por la gravedad de las imputaciones radicalmente falsas, calumniosas, sin relación alguna con la verdad de nuestra situación patrimonial, sino por el irreversible daño que se está ocasionando a la credibilidad de la institución como el Tribunal Supremo”.  Y llevan razón al mostrarse así de cabreados, aunque creo que deberían de haberse escandalizado antes, cuando las fake y los bulos salpicaban a los demás. Espero, además, que esto les lleve a darse cuenta de la necesidad de estudiar jurídicamente todo este asunto de los bulos. Las falsedades urdidas por unas mentes perversas –como poco lo dejamos en eso–, no tendrían ni la mitad de su efecto si no fueran aventadas y compradas por infra medios y por medios que algunos quieren considerar incluso serios. Aunque los medios que no entran en su fiesta de la difamación también han sido acusados en vídeos que corren por las redes, por estos personajes de cobrar en el extranjero, del PSOE (y ahí meten a toda la cúpula de PRISA, A3, Vocento, Grupo Moll, Telecinco y el de la moto).  

Estoy encantada de que Lesmes y Marchena se hayan dado cuenta de lo que pasa. Del peligro de las difamaciones y denuncias falsas y de su impune difusión en medios fake de la ultraderecha. Ahora solo les falta no intentar negar las informaciones veraces, las que hacemos algunos con pruebas y documentos reales, las que saben que son ciertas. Es que cuando uno niega en un pleno, a preguntas de vocales escandalizados, la credibilidad de mis columnas revelando los problemas con las designaciones a dedo del CGPJ en la AN o para la cooperación internacional, solo da muestras de que ha llegado a un nivel de cinismo asombroso en torno a la verdad y a la veracidad y a la credibilidad. Pero yo no les deseo ningún mal. Espero, por contra, que sean capaces, ya que tienen el poder de hacerlo, de hacer una limpia en ese estercolero de la calumnia y la injuria que existe en las redes. Si ya de paso, además de para ustedes, hacen un esfuerzo jurídico por aliviar a los miles de afectados de todo tipo por los bulos, al menos saldrá algo limpio de tanta mierda.

La investigación debería ir hasta el fondo de la cloaca. Necesitamos un Estado de Derecho que proteja a todos –y no solo a las togas– de este problema. Necesitamos rasgarnos las vestiduras frente a la ignominia afecte a quien afecte porque, en último término, afecta al sistema democrático y nos afecta a todos. 

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