Empieza la legislatura
Se trata de saber cómo será y cuánto durará la legislatura, que dan ganas de llamar próxima porque parece que esta no se ha inaugurado aún.
Los socialistas se van a abstener y aún no sabemos cómo, si justo los once, si una mayoría de sus escaños, si no se abstendrán los siete diputados del PSC, los dos baleares, si los hasta ahora presentados como contrarios a la abstención acabarán votando finalmente “no es no”.
Lo único cierto es que empieza a jugarse el partido de esta legislatura sui géneris, sin precedentes en la trompicada historia política española de los últimos cuarenta años.
El PSOE ha comprado tiempo, que es una mercancía muy cara, así en la vida en general como en la vida política en particular, y podrá intentar poner en pie una oposición a un gobierno del PP que estará necesariamente en precario.
No se trata sólo de saber cómo cerrarán los socialistas sus heridas, sino de definir cuál es su papel en esta política española, como le ocurre a la socialdemocracia europea.
No han sido capaces de rentabilizar políticamente esta resignada abstención de ahora. Podrían haber arrancado, en diciembre, algo de Rajoy a cambio de su abstención, pero no lo hicieron, golpeados quizás por el resultado y con el catalejo enfocado a su ombligo. Podrían haberse ofrecido a los electores en su conjunto como un partido que se sacrifica , pero que impone condiciones por el bien de los españoles. No lo hicieron y ahora llegan a la misma conclusión, sin gloria y fracturados.
El próximo sábado, cerca del día de difuntos, echará a andar una legislatura para la que nadie parece estar preparado. El PP, porque en los últimos cuatro años ha vivido tumbado en el no hacer nada por la mañana y por la tarde pasarlo a limpio. En pensar que las cosas solo se arreglan cuando se pudren y en impedir a toda costa que la realidad te malogre la siesta, en gobernar a golpe de decreto ley. Ahora deberán negociar hasta el horario de los plenos y no han demostrado cintura para ello.
Los socialistas, porque han sufrido un desgarro político y emocional por su mala gestión de esta abstención, que se podrían haber ahorrado de haberla planteado nada más concluir el recuento de los votos del 26 de Junio.
Podemos-Unidos ha decidido entregarse a la lucha interna por un lado, como si fuera IU, y a un discurso en el que tratan de negar la realidad: ya están dentro de las instituciones y no pueden seguir en el 'no nos representan', porque ellos ya representan a una buena porción de votantes en el Congreso, en las comunidades y ayuntamientos.
Lo que queda de Convergencia puede acabar definitivamente diluido por ERC y resultar irrelevante en la pugna en Cataluña, donde tampoco se sabe muy bien en que acabará el calendario nacionalista.
El PNV, bien gracias. Sigue en el poder, que es lo suyo, y pactará con las socialistas para hacer las políticas, unas y sus contrarias, que le permitan seguir gobernando.
En este batiburrillo partidista que monopoliza la agenda política y mediática -especialmente en el caso socialista, pero no sólo-, parece que los problemas realmente existentes se hubieran licuado. No es así, sigue pendiente, cada vez con más urgencia, saber qué pasara con nuestras pensiones, por supuesto sigue la sangría de los jóvenes preparados que se van del país, no desaparecen los asesinatos machistas, auténtica prueba del nueve para demostrar que no todas las españolas viven en libertad; qué decir de la precarización estructural, de los mileuristas como privilegiados, de las condiciones lamentables de tantos trabajadores, de la penuria en la investigación, de los desahucios vigentes, de la corrupción sin fin…
Los medios dedicamos mucha más atención a los problemas de los partidos, especialmente a los del PSOE, como si los partidos fueran un fin en sí mismo y los medios de comunicación un fin en sí mismo de audiencia, y nos olvidamos de una realidad que sigue siendo dura, plomiza, sangrante para miles y miles de españolas, plural inclusivo.
No habrá terceras elecciones, Rajoy formará gobierno, no sabemos con qué ministros, también aquí hay bronca, entre sorayas y cospedales. Deberá aprender a negociar, cosa para la que parece genéticamente incapacitado. Y no creo que sea arriesgado pensar que esta falta de cintura de Rajoy hará que la legislatura sea breve.
Los socialistas tratarán de buscarse a sí mismos en esta legislatura que acaban de inaugurar con la decisión de su Comité Federal.
Unidos Podemos ensanchará sus diferencias internas. Seguirá pendiente de arreglo, la solución parece imposible, la situación en Cataluña.
No parece que estén en la agenda política y mediática los problemas reales que siguen afectando a miles y miles de españoles.