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PP: disparar al bulto

Dolors Montserrat, durante su intervención en la última sesión de control

Rodolfo Irago

En el PP van a acabar echando de menos los silencios de Mariano Rajoy. Muchos se desesperaban ante las desapariciones del presidente del gobierno. Rajoy evitaba todo lo que podía el contacto con los medios de comunicación saliendo por el garaje del Senado, dando los buenos días, comentando cómo llovía o compareciendo en su mítico plasma.

El nuevo líder del PP, Pablo Casado llegó dispuesto a cambiarlo todo en Génova y a hacer olvidar al político pontevedrés. Así que desde el primer día se multiplicó en comparecencias, actos y ruedas de prensa, varias al día. El y todo su equipo se enfrascaron en una hiperactividad agotadora que sin embargo no les ha llevado muy lejos. Parece que llevan corriendo tres meses para estar en el mismo sitio; bueno, no; en todo caso han corrido todavía mas hacia la derecha.

De la mañana a la noche, a todas horas se oyen voces del PP, pero que la mayoría de las veces solo provocan hilaridad, perplejidad o vergüenza ajena, incluso dentro de sus filas. Una auténtica cacofonía que va desde el desconcertante Viva el Rey para todo hasta las loas baratas y patrioteras a la Hispanidad pasando por el atolondrado discurso de Dolors Montserrat o ultimo patinazo de Tejerina con la educación en Andalucía.

El PP está nervioso; apenas remonta en las encuestas y teme como un nublado a las elecciones andaluzas en donde Ciudadanos sigue comiéndole terreno. Dicen también en las filas populares que hay mucha inquietud ante el fenómeno de Vox que puede hacerle daño en plazas claves como Madrid o Valencia. Y para colmo, los dirigentes territoriales andan muy preocupados porque se acercan las municipales y siguen sin candidatos en casi todas partes. Ni los tienen ni los encuentran según lamentan en privado.

Pablo Casado es el líder de la oposición y además no quiere dejar ni un hueco para Albert Rivera; así que es normal que pretenda ocupar todos los espacios, pero tal vez alguno de los veteranos que le rodean debería decirle que antes de hablar, hay que decidir que se va a decir y que todo debe estar dentro de una estrategia general.

No se trata de hablar por hablar sino de acertar con lo que se dice. Como señala un diputado con experiencia, cuando disparas tienes que apuntar a un botón, no al bulto. Y a veces, si no sabes qué decir, es mejor callarse, al menos un rato.

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