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Yo voy con Grecia

Javier Gallego

No es la economía, idiota. La crisis griega es una cuestión más política que económica por mucho que traten de convencernos de lo contrario. Todo problema tiene varias soluciones y es una decisión del Eurogrupo intentar imponer a Grecia una única salida: la que dicta la Troika. El rapto de Europa por los mercados. Para ellos nunca hay más alternativa que la suya, así que no hay alternativa. Si dicen que los griegos tienen que tirarse por el Monte Taigeto desde el que los espartanos lanzaban a los delincuentes, a los traidores y a los niños no aptos, los políticos europeos se ofrecen gustosamente a darles el empujón. Y esto es lo que han hecho, ordenar que sean arrojados al pozo de la austeridad como si fueran deshechos, vulgares ladrones, traidores al dios financiero.

Tsipras ha hecho lo que tiene que hacer un presidente de una democracia y lo único que podía hacer para seguir siéndolo: preguntar a su pueblo en un referéndum. Parece una locura en estos tiempos pero era lo más sensato. Fue votado para oponerse a la austeridad, no tiene la legitimidad de una mayoría absoluta para elegir por su cuenta y una decisión tan crucial debe consultarla. Si hubiera aceptado las condiciones de la Troika, habría tenido que dimitir. Si los griegos eligen aceptar el plan europeo, ha insinuado que lo hará para convocar elecciones. Es su manera de presionar a los suyos, claro, pero también un compromiso. La democracia otra vez viene de Grecia. Me das un ultimátum, te doy un referéndum. Es una mezcla de espíritu ateniense y espartano. Espartanos, si tenemos que morir que sea matando. Atenienses, si vamos a pelear que sea con el voto en la mano.

El Eurogrupo ha reaccionado muy deportivamente tirando de la soga mientras empuja con el pie la banqueta. Quiere ver hasta dónde se tensa la cuerda y cuánto resiste el cuello de los griegos. Ha decidido cancelar la ampliación del rescate que tendría que haberse producido hoy si el gobierno de Tsipras hubiera aceptado las cláusulas que querían imponerle. ¡Pero luego dicen que el chantaje lo hacen los griegos! Hay varias perversiones en el discurso de nuestros mandatarios. Primera: te estamos dando dinero, no puedes proponer cómo devolverlo. Entonces no son condiciones, son órdenes. No es un rescate, es un secuestro y ésta es la nota de los secuestradores: “Tenéis dos opciones: os morís para pagarnos u os matamos para que nos paguéis. Vosotros elegís”. Tsipras ha elegido desafiarlos. Hombre, me echas a los leones, te echo encima a los helenos.

La segunda falacia de nuestros representantes es decir que Grecia tiene que cumplir sus compromisos cuando lo que quieren decir es que tiene que cumplir con lo que se le manda. Lo dice gente como Rajoy que no mantenido una sola vez su palabra. El primer compromiso de Tsipras es con sus votantes y por eso se niega a imponerles más recortes sociales, bajadas de sueldos y flexibilidad laboral como quieren los mercados en su plan para conseguir mano de obra explotada barata. El gobierno griego quiere cumplir con sus obligaciones pero a su manera, subiendo los impuestos a grandes empresas, rentas altas y también a los pensionistas. Un poco de austeridad pero no austericidio. Que paguen también los más ricos.

Eso es lo que la Troika quiere evitar. De eso va todo el asunto. El sistema no puede permitir que un país encuentre la manera de pagar cobrándoselo también a los de arriba porque otros podrían querer hacer lo mismo. Por eso obligan a Grecia a seguir los recortes del FMI que han hundido el crecimiento y han hecho aumentar el paro. Por eso Alemania se niega a reestructurar la impagable deuda griega, aunque Europa perdonó la mitad de la alemana tras la guerra. Pero otros podrían querer imitar a los griegos y no es plan. El plan es hacerles pagar con sangre. El plan es dejarles en coma, como se hizo en Latinoamérica en los 70, para poder sacársela a bajo precio, gota a gota. Realmente no querían echar a Grecia del euro y por eso el BCE le inyecta transfusiones de liquidez mientras el Eurogrupo presiona. Quieren echar a Tsipras y Varoufakis pero Tsipras y Varoufakis lo han estropeado todo.  

No van a por Grecia porque tampoco les conviene que Grecia desestabilice el continente de esta manera. Van a por Syriza. Van a por los partidos y votantes que se atrevan a desafiar el orden establecido. Por eso les ha molestado tanto la jugada de Tsipras porque les ha puesto en jaque cuando lo creían rendido. Cuando creían que iba a doblar la rodilla, les ha echado un pulso que les puede obligar a sacarlos del euro, que es lo último que quieren. Lo que quieren es que Grecia se someta como el resto. Quieren una Europa de ciudadanos domados y sumisos que no levanten la voz cuando les pisan. Por eso tienen miedo del clamor de los griegos porque los demás podríamos levantarnos. Podríamos querer echarles. No temen tanto que se contagien las economías como se contagie la gente. Temen que vuelva la democracia.

Quizá lo mejor que podría pasarles a los griegos es salirse de esta moneda que es una tiranía para los más débiles. Todos deberíamos salirnos de una Europa que tiraniza a los más débiles y empezar otra si es que aún es posible. Por eso, #yovoyconGrecia.

Javier Gallego es el director de Carne Cruda que se emite los martes y jueves a las 12h en www.carnecruda.es. Hoy hablan en directo con Atenas, entrevistan al ensayista británico Owen Jones, autor de El Establishment, y explican qué van a significar las Leyes Mordaza. El Establishment

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