Berlín y París activan el consejo bilateral para la integración de inmigrantes

Los Gobiernos de Alemania y Francia activaron hoy un consejo bilateral, destinado a favorecer la integración de los inmigrantes en sus respectivos países y a reforzar la cooperación en ese ámbito.

“El objetivo es integrar tanto de los refugiados que tienen perspectivas de establecerse en nuestros países como de los inmigrantes que llevan ya tiempo entre nosotros, pero por algún motivo aún no lo lograron”, indicó el ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, al término de la primera reunión.

“Nuestros países tienen experiencias, burocracias y organización del Estado distintas. Pero pese a ello estamos convencidos de que la coordinación nos ayudará a todas las partes”, apuntó por su parte su colega francés, Gérard Collomb.

Ambos ministros presidieron la primera sesión de trabajo del consejo, integrado de forma paritaria por 24 miembros, entre expertos y altos funcionarios de los respectivos Gobiernos.

La creación del consejo fue acordada en abril de 2016, durante unas consultas intergubernamentales entre ambos países, y la idea es que se reúna en formato plenario dos veces al año, coincidiendo con la celebración de los encuentros bilaterales del llamado eje franco-alemán.

De Maizière admitió que Alemania lleva cierto retraso, ya que durante décadas no se reconoció como un país de inmigrantes, a lo que ahora se añadieron los desafíos logísticos y políticos derivados de la llegada masiva de refugiados, desde 2015, ha recibido 1,3 millones de peticionarios de asilo.

Actualmente, casi una cuarta parte de la población de la primera potencia de la Unión Europea (UE) tiene origen extranjero o, como se dice en el lenguaje oficial, “trasfondo migratorio”, lo que ha llevado a su Gobierno a activar programas especiales para fomentar su integración.

“Durante mucho tiempo nos concentramos en fomentar los cursos de idiomas como puntal integrador. La experiencia muestra que, por importante que sea, no lo es todo y que por sí mismo no es garantía de integración”, apuntó De Maizière.

Para el ministro alemán, la integración en el mercado laboral y el “reconocimiento de los valores de la sociedad de la que forman parte” son asimismo “fundamentales” para la incorporación del inmigrante en la sociedad.

El ministro alemán aludió así al caso de Francia, país donde su población de raíces extranjeras no tienen problemas de idioma -“la gran mayoría domina perfectamente el francés”, recordó- y sin embargo persisten en algunos ámbitos los déficit de integración.

“La fractura social existe también en sociedades donde el francés es la lengua vehicular”, admitió su colega galo, Collomb.