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Ciudadanos y PNV presionan a Rajoy en los presupuestos cada uno con su bandera

Albert Rivera durante la presentación de la Plataforma 'España Ciudadana'

Carmen Moraga

El debate de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2018 ha agrandado la grieta que ya existía entre Ciudadanos y el PNV, los dos grupos que si nada se tuerce, van a ayudar a Rajoy a superar ese trance en el Congreso. Ambos partido se han agarrado a sus propias banderas para justificar el apoyo a las cuentas del Gobierno y sacar “tajada” de ellas.

Los de Rivera esgrimen que son un partido “serio” que quiere garantizar “la estabilidad”, por lo han preferido dejar fuera de sus exigencias a Catalunya para no tener que dar marcha atrás en su anunciado apoyo a unas cuentas que, según insisten, “llevan el sello naranja”.

Y los nacionalistas vascos parecen dispuestos a dar un respiro a Rajoy con la esperanza de que en las próximas horas se solucione el conflicto del nuevo Govern y Quim Torra no obligue al Gobierno central a mantener intervenida la autonomía con el 155. El levantamiento de ese artículo es la condición que ha puesto el grupo vasco a cambio del voto afirmativo de sus cinco diputados a las cuentas del Estado.

El grupo de Aitor Esteban ha dejado en ascuas hasta este mismo miércoles el apoyo definitivo al proyecto, insinuando que lo apoyarán, por la 'agenda vasca', porque es el “mal menor” y porque el líder del partido, Andoni Ortuzar, había logrado arrancar a Rajoy varios compromisos en la reunión que mantuvo con él en la Moncloa: más de 570 millones de inversiones para el País Vasco.

En aquella reunión, en la que estuvo presente también el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no se habló de los presos de ETA tras su disolución, ni se abordó el traspaso de nuevas competencias a Euskadi, como se especuló en algunos medios de comunicación. Eso hizo saltar las alarmas en el partido de Rivera que, entonces sí, volvió a amenazar a Rajoy con retirar el apoyo a los PGE si accedía a modificar la política penitenciaria o a dar más privilegios a los vascos. El Gobierno se apresuró a desmentir ambos extremos.

Ciudadanos y el PNV siguen con sus estrategias

Mientras el debate presupuestario continúa en el Parlamento, los dos partidos han seguido manteniendo sus propias estrategias y también sus espadas en alto.

Rivera sacaba pecho este domingo en plena crisis en Cataluya en un acto de exaltación españolista en el que volvía a cargar contra los “nacionalismos”. El presidente de Ciudadanos arriaba su bandera encarnada en una nueva Plataforma civil, 'España Ciudadana', en la que invitan a todos los ciudadanos a “sentirse orgullosos de ser españoles”. “Ningún español va a tener que volver a pedir perdón por utilizar la bandera o su lengua”, afirmó Rivera.

Tras la resaca del multitudinario acto del que Ciudadanos está “muy satisfecho”, el dirigente naranja ha seguido manteniendo su doble juego. Por un lado, dando “estabilidad” al Gobierno y apoyando al PP de nuevo en Madrid tras la dimisión de Cristina Cifuentes. Y, por otro, erosionando a Rajoy con Catalunya y la corrupción.

Rivera sabe, de hecho, que allí podría levantarse el 155, pero públicamente sigue exigiendo a Rajoy que lo mantenga para poder controlar las finanzas de la Generalitat, a los Mossos, TV3 y la política exterior que hacen a través de sus embajadas (cerradas ahora por el Gobierno central).

Su decisión de seguir atacando al presidente del Gobierno con Catalunya ha irritado al propio Rajoy que le llegó a tildar de “aprovechategui”.

Catalunya y los Presupuestos, “ámbitos distintos”

A pesar de esa confrontación política que mantienen con Rajoy -y el PNV- sobre Catalunya, los de Rivera argumentan que son “ámbitos distintos”. Según explican, la decisión de dar ese respaldo a los PGE está tomada desde hace tempo “por responsabilidad” y para dar “estabilidad” a la legislatura.

Pero fundamentalmente porque consideran que el proyecto tiene ese “sello naranja” ya que recoge las demandas que reclamaba Ciudadanos, como el aumento de los permisos de paternidad, bajada de impuestos, ayudas para las familias con menos ingresos para guarderías, o un complemento salarial para los jóvenes con contratos de formación. Incluso se han atribuido la subida de las pensiones mínimas un 3%, acuerdo que en realidad ha sido pactado por el Gobierno con el PNV.

La estrategia de Rivera pasa por reforzar la imagen de que son “un partido que hace política de Estado” con “altura de miras”, en contraposición a un PSOE “irresponsable” e “instalado en el no es no” desde que Pedro Sánchez volvió a ocupar la secretaria general del partido.

En la formación naranja asumen que los socialistas no van a a cambiar de postura a estas alturas y que votarán en contra del proyecto de ley. Ante ese escenario los de Rivera se han resignado a tener que retratarse junto al PNV en las votación final de los Presupuestos pese a la animadversión que sienten hacia ellos.

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