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Ciudadanos rechaza la coalición electoral con el PP “por su mochila de corrupción” pese a gobernar juntos en varias comunidades

Albert Rivera junto a Inés Arrimadas y José Manuel Villegas

Carmen Moraga

Ciudadanos rechaza de plano concurrir en la coalición 'España Suma' con el partido de Pablo Casado si finalmente hay nuevas elecciones generales en otoño, como todo parece apuntar. Tampoco contemplan sumarse de nuevo a esa fórmula, utilizada con éxito en Navarra, para las autonómicas catalanas, gallegas y vascas porque en “el ADN de Ciudadanos no está diluir nuestro proyecto reformista y regenerador con partidos que arrastran mochilas de corrupción”. Así lo afirman en un nuevo argumentarlo interno distribuido entre sus cargos, al que ha tenido acceso eldiario.es, después de haber cerrado acuerdos de gobierno con el PP, primero en Andalucía y luego en Murcia y Madrid con el apoyo de Vox, además de en Castilla y León.

“Cs es un partido reformista y profundamente regenerador. Es la alternativa a las políticas de bipartidismo de los últimos 40 años. Si llegamos a acuerdos con partidos que tienen mochilas de corrupción, que son extremistas o que no son reformistas, se quedaría diluida una alternativa que no deja de crecer y cada vez tiene más fuerza”, explica el partido en ese texto que se ha distribuido internamente.

En Ciudadanos interpretan que el movimiento del PP de registrar la marca 'España Suma' en previsión a una posible convocatoria de elecciones generales, de unas nuevas catalanas, o de cara a las próximas autonómicas en Galicia y el País Vasco, es un claro intento de frenar su “imparable ascenso en las urnas” y enmascarar de paso “sus pésimos resultados electorales”.

“Comprendemos que el PP, que no para de bajar, o que el PSOE, que ha cosechado tres de los cuatro peores resultados de su historia con Pedro Sánchez (algo que no se ajusta a la realidad) se encuentren incómodos con el multipartidismo, pero creemos que hay que ofrecer a los españoles distintas alternativas y proyectos de país”, explican, sin ocultar que el objetivo de Albert Rivera es precisamente ocupar el espacio político del PP con el que ahora aseguran que pactan gobiernos para “vigilarles” y que no vuelvan a las andadas y “adquirir experiencia de gestión” para estar preparados para gobernar España.

La idea de aglutinar a las derechas, alentada por Aznar

Esa idea de aglutinar al centro derecha con el fin de que no se disperse el voto para poder combatir a la izquierda “populista” ha sido alentada por José María Aznar desde la fundación FAES, y de inmediato ha sido puesta sobre la mesa por varios dirigentes del PP, entre ellos, la portavoz en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, muy cercana al expresidente del Gobierno. “¿Qué me diferencia a mí de la señora Arrimadas, del señor Girauta o de la señora Marta Rivera? Entiendo que puede haber motivos casi personales que puedan ser obstáculos para acuerdos de esas características, pero motivos políticos hay muy pocos”, apuntó la diputada del PP en una reciente entrevista con Europa Press.

Los de Rivera admiten cosas en común pero creen que es muy distinto haber aceptado conformar gobiernos en Andalucía, Castilla y León, Murcia, y ahora Madrid, la joya de la corona para cualquier formación que aspire a llegar a la Moncloa, a ser “fagocitados” en una coalición electoral.

Porque la disputa por abanderar ese espacio de centro derecha no ha cesado y tanto Casado como Rivera siguen pugnando por liderarlo. “Si hay un partido que sume, ese es el PP”, sostuvo hace unos días Teodoro García Egea, número dos del PP, en donde no tienen duda de que serían ellos los que más se beneficiaran de esa hipotética coalición electoral. “No siempre las coaliciones suman una mayoría”, advierten en Ciudadanos, que temen que en esa ‘cesta’ el PP quiera incluir también a Vox, una idea que no descartó Álvarez de Toledo.

“Es necesario que haya opciones diferentes”, señalan los dirigente. “Cs representa una opción moderada, de centro y liberal, con unas características propias y no sería positivo para nuestra democracia que nuestro proyecto se diluyera en cualquier otro tipo de operación”.

En Ciudadanos justifican que se aliaran en Navarra a petición de UPN también con el PP porque allí “había otras características especiales”, pero insisten en que la fórmula “no es extrapolable a otros lugares”. En su argumentario destacan que en la comunidad foral funcionó y que “las urnas confirmaron que la coalición fue un éxito: ganamos las elecciones y habríamos devuelto el constitucionalismo a Navarra de no haber sido por el pacto de Sánchez con Otegi”, uno de los “100 pactos de la infamia” que no se han cansado de denunciar.

Sin embargo, reniegan de ir bajo el mismo paraguas electoral también en el País Vasco o en Galicia, donde, si no hay adelanto, los comicios se celebrarán en otoño de 2020. Las expectativas de Ciudadanos en ambas comunidades, en las que no tienen representación parlamentaria, son muy pobres y siguen siendo para Rivera dos duros huesos de roer.En Galicia, el partido ha sufrido además una nueva y profunda crisis interna que ha degenerado en sucesivas dimisiones o ceses de cargos orgánicos. Y en el País Vasco no lograron representación institucional ni en las elecciones generales, ni en las forales y municipales. Tampoco Vox y el PP consiguieron diputados nacionales. Pese a ese desolador panorama van a seguir cerrando la puerta a coaligarse allí con el PP.

“Cs tiene que presentarse en toda España con su propia sigla y su propia propuesta. Porque si no, estaríamos desvirtuando, diluyendo y haciendo que no se vieran nuestras diferencias con otros partidos”, explican. “Partidos que, por ejemplo, arrastran mochilas de corrupción, que no se han regenerado o que están en contra de la despolitización de la Justicia, de la TV pública, de eliminar aforamientos, de la limitación de mandatos o de la gestación subrogada”, concluyen en el citado argumentario, en el que no aclaran si se refieren a un PP que hasta ahora se ha mostrado contrario a muchos de esos postulados. La mayor paradoja en la que incurren es Madrid, donde la nueva presidenta, Isabel Díaz Ayuso, podría ser imputada por la trama Púnica. Pese a ello, Cs ha cerrado el acuerdo de gobierno aceptando además muchas de las exigencias de Vox y anunciando que si se diera ese caso romperían de inmediato con el PP.

En Catalunya también contemplan ir solos a las autonómicas si al final Quim Torra las adelanta tras la sentencia del procés. El PP, cuyo desplome en esa comunidad ha sido total, insiste en imitar la coalición navarra pero el diputado de Ciudadanos, Nacho Martín Blanco, ha dejado claro el portazo de su partido a la idea. “Ciudadanos es en Catalunya el partido de referencia con mucha diferencia”, señaló, en alusión a la victoria de Inés Arrimadas en diciembre de 2017, y no van a concurrir con el lastre del PP.

Pese a que muchas encuestan les relegan ahora a una cuarta posición, la nueva candidata a la Generalitat, Lorena Roldán, afrontará el reto con sus propias siglas olvidando el experimento que Rivera hizo con Manuel Valls en Barcelona para el Ayuntamiento, que fracasó y terminó con la ruptura de relaciones con el exprimer ministro francés.

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