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Miles de personas marchan “por el futuro de la unidad de España” durante el primer día de la investidura

Manifestantes en la concentración por la unidad de España.

Constanza Lambertucci

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Una concentración convocada por una cuenta de Twitter con 163 seguidores ha logrado reunir a 15.000 personas -según Delegación de Gobierno- en Madrid “por el futuro de España unida”. Los asistentes se han quedado lejos de lo 45.000 que llenaron la plaza de Colón hace casi un año y en las fotos no han figurado los líderes de los principales partidos de derecha, que estaban en pleno debate de investidura en el Congreso este sábado.

La cuenta de Twitter @porlasociedad empezó a difundir la convocatoria a través de la red social el pasado 30 de diciembre. Ese día, Pedro Sánchez y Pablo Iglesias pactaron el contenido programático del Gobierno de coalición, pero aún no había fecha para el debate de investidura. Según afirman los convocantes en un comunicado, no son ni un partido político ni una organización de la sociedad civil; son “jóvenes”, dicen, “preocupados por el rumbo” del país. Este sábado han conseguido que miles de personas marcharan desde la calle Goya, en el barrio de Salamanca, hasta la plaza de Colón mientras se celebraba el debate.

Varios de los asistentes agendaron esa fecha después de recibir la convocatoria a través de las redes sociales o Whatsapp. Detrás de una pancarta que clamaba “por el futuro de España unida” rostros de jóvenes y adultos se han asomado para gritar “Pedro, traidor, fuera de La Moncloa” y “la única opción es una nación”. En los momentos de mayor exaltación, también han saltado al ritmo de “yo soy español, español, español”.

“No estamos contentos con los pactos [para la investidura] porque no velan por el interés de la mayoría de los españoles”, ha defendido Miguel, de 27 años, uno de los convocantes. El consultor, que este sábado se ha puesto un chaleco amarillo para abrir paso a la cabecera de la manifestación y ha gritado consignas por el altavoz, ha asegurado que la convocatoria que él y una decena de “amigos” hicieron es una “medida extraordinaria para una situación extraordinaria” y que no aspiran a convertirse en un “movimiento”.

Los manifestantes de este sábado han sido “gente corriente de todos y ningún partido político”. Como Andrea, de 71 años, que llegó una hora antes “para coger sitio”. Antes de salir de casa se calzó un gorro de España y la rojigualda alrededor del cuello, que saca en todas las manifestaciones para “quitarle las polillas”. “Me da igual que gobierne quien gobierne, pero no puede ser que [Pedro Sánchez] haga coaliciones con golpistas y asesinos”.

Detrás de la cabecera, Paloma, de 29 años, también ha acusado al presidente en funciones de “venderse al mejor postor” por acordar con Esquerra Republicana la abstención de la formación independentista catalana en la investidura. “El pacto que está haciendo ahora va en contra del sentimiento de España”, ha criticado. Muchos de los asistentes han insistido en el mismo reproche: “Sánchez ha mentido”.

Junto a la pancarta principal y alzando su propio cartel, Alexia, que ha preferido no decir su edad, ha comenzado a explicar que estaba allí para decir “no” a la investidura “de un traidor”. A su alrededor han iniciado a corear el himno y ha interrumpido su discurso para unirse al “lo, lo, lo, lo”. Minutos después, la ha traicionado un lapsus: “¡España se vende, no se defiende!”.

Entre la gente “corriente” también estaba Antonio, el hombre reducido el día anterior ante la sede del PSOE en Madrid con una pancarta por la unidad de España; el manifestante, que se encontraba situado en una zona de seguridad porque Pedro Sánchez estaba en Ferraz, ha sido recibido este sábado como un “mártir”. Un hombre con la bandera del aguilucho en el móvil ha gatillado tantos selfies como ha podido con él, le han pedido besos y le han gritado “hurra, campeón”. Los asistentes lo han llevado hasta la cabecera para que alce allí su cartel con la bandera de España: “Ayer me encerraron por quererte, hoy te quiero más”.

Los líderes de los principales partidos de derecha no han acudido a la marcha porque estaban en el Congreso, donde Pablo Casado (PP) ha anunciado durante su intervención en el debate de investidura que “habrá oposición en las calles al nuevo Gobierno”. Ha estado, en cambio, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (PP), que ha hecho declaraciones a la prensa lejos de la cabecera: “No tiene altura para ser presidente quien pacta con quienes quieren romper con la nación española”. También ha expresado su “preocupación” la vicealcaldesa de la capital, Begoña Villacís (Ciudadanos): “El presidente que vamos a tener le va a deber servidumbre a partidos como ERC o Podemos; va a dejar vendido a todos los españoles”.

“¡Villacís, no seas oportunista, era sin partidos políticos!”, ha gritado un asistente a la vicealcaldesa. Minutos después, un ingeniero de 27 años que pocos conocían ha empezado a hablar sobre una plataforma en la plaza de Colón. “¿Pero quién es el que habla?”, se ha preguntado una mujer. “El que ha convocado”, le ha respondido un hombre. El joven, Íñigo Fernández de Araoz, ha leído el manifiesto -“no a la ruptura de España, no a consultas que traigan más confrontación, sí al diálogo entre partidos que quieren construir, sí a España”- y en el público enseguida se han preguntado cuándo sería la próxima concentración.

“El pueblo está muy quemado. El primero que sea [que convoque], mira lo que reúne. Estamos hartos”, ha afirmado Elena, de 72 años. Cerca de ella, un hombre se ha quejado ante las cámaras de televisión de que el debate de investidura coincida con el fin de semana de Reyes: “Es una mamarrachada”. Y otra asistente ha comentado al pasar que “es parte de una agenda”: “Necesitan destruir el país”.

La manifestación se ha desconvocado a las 13.30, pero un grupo ha seguido hasta el Congreso de los Diputados “para que Pedro Sánchez sea consciente” de que estaban allí fuera. Las decenas que permanecían a las tres de las tardes detrás de las vallas policiales han abucheado a los periodistas presentes y subido el tono de los insultos contra los políticos reunidos dentro del recinto. Ricardo, de 22 años, ha expresado un último llamado desesperado antes de que se vote la investidura el próximo martes: “Nos da igual PP, PSOE o Vox. Pero que no se pacte con personas que van a colocar en la cima a los que han matado y quieren romper España. Estamos a punto de perder nuestro país”.

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