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Pedro Sánchez recupera la iniciativa e impone una estructura de Gobierno desconocida por sus socios

Pedro Sánchez tras ser investido en el Congreso.

Irene Castro / Andrés Gil

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Pedro Sánchez vuelve a marcar los tiempos. El líder del PSOE había perdido la capacidad de iniciativa desde hace varias semanas con la negociación de la investidura, cuando estaba a expensas de las condiciones de ERC y de un endiablado calendario judicial. Moncloa vio hasta tres veces trastocados sus planes de la investidura hasta que finalmente los republicanos catalanes dieron luz verde al acuerdo y la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, convocó el Pleno para los días 4, 5 y 7 de enero. Ahora, una vez investido, Sánchez recupera la gestión de los tiempos.

Nada más ser elegido presidente en el Congreso, Sánchez puso rumbo a Moncloa. Su núcleo más íntimo tenía el convencimiento de que al día siguiente se conocería el futuro Consejo de Ministros con el objetivo de que se reuniera por primera vez este viernes. Pero en cuestión de minutos ese plan cambió y Ferraz anunció que el presidente daría a conocer la composición del futuro gabinete la próxima semana.

Para entonces ya se conocían detalles de los puestos que ocuparán los miembros de Unidas Podemos, desde la vicepresidencia de Derechos Sociales con las competencias de la Agenda 2030 de Pablo Iglesias pasando por los cuatro ministerios e incluso algunos cargos con nivel de dirección general. La filtración no sentó bien en las filas socialistas, aunque desde el núcleo de Sánchez se le quitó hierro. “Pablo Iglesias lo tenía claro, lo ha dicho; pero no va más allá, no hay enfado ni mucho menos”, expresó el responsable de Coordinación Territorial del PSOE, Santos Cerdán.

A partir de ahí, Moncloa diseñó su estrategia, muy similar a la que siguió el PSOE en la designación de los departamentos ministeriales tras la moción de censura con filtraciones individualizadas para conseguir maximizar los impactos ante la opinión pública. “Pronto empezará el goteo”, anticipaban en la cúpula socialista el miércoles. El plan no tardó en ponerse en marcha.

Un goteo permanente y comunicación al rey el domingo

Este jueves por la mañana, la Secretaría de Estado de Comunicación confirmó las carteras de Unidas Podemos. “En los próximos días iremos avanzando desde la Presidencia del Gobierno la composición y filosofía del nuevo ejecutivo, de cuya estructura esta es la primera confirmación oficial”, avanzaba el mensaje enviado a los periodistas. A partir de ahí, comenzó a fluir la información de manera controlada desde el Gobierno.

El siguiente anuncio una cuarta vicepresidencia y que tres de ellas estarían ocupadas por mujeres (un primer golpe de efecto que el PSOE buscaba enfatizar): a Carmen Calvo, a quien Sánchez le confirmó su permanencia el 12 de noviembre tras firmar el acuerdo para la coalición y que asume las competencias de Memoria Democrática tras perder las de Igualdad, e Iglesias se suman Nadia Calviño para el área económica –no era una novedad puesto que Sánchez lo había anunciado en el debate electoral– y Teresa Ribera con una vicepresidencia para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Esa fue la gran sorpresa. Por la tarde, Moncloa confirmó que la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, asumirá la portavocía.

Pero el puesto que ha sorprendido a sus socios de Gobierno ha sido la vicepresidencia de Ribera, una carta que no había aparecido en tres meses de negociaciones entre PSOE y Unidas Podemos, y que venía a cambiar los equilibrios de la balanza y anunciaba, de forma sobrevenida, que tendría cuatro vicepresidencias. El presidente decretaba que Iglesias ya no representaría el 33% de las vicepresidencias, sino el 25%. Carmen Calvo, por su parte, pasa de ser la única vicepresidenta a ser la primera de cuatro.

Unidas Podemos desconocía la cuarta vicepresidencia

Mientras que Unidas Podemos negociaba con el PSOE sus ministerios y quién los ocupaba, en ningún momento Moncloa puso sobre la mesa la posibilidad de que hubiera cuatro vicepresidencias, explican fuentes de la negociación, que reconocen que el PSOE no informaba de su estructura, sino que se limitaba a pactar los nombres propuestos por Unidas Podemos.

En Unidas Podemos asumen que el presidente del Gobierno es quien tiene la potestad de nombrar a su Gobierno. Por eso las carteras y sus titulares que aporta al Ejecutivo de coalición –Irene Montero, Yolanda Díaz, Alberto Garzón y Manuel Castells– tuvieron el visto bueno de Pedro Sánchez a lo largo de las negociaciones.

Desde que el 11 de noviembre, al día siguiente de las elecciones generales que colocaron 52 diputados de Vox en el Congreso, cuando Sánchez e Iglesias acordaron formar un Gobierno de coalición en el que el presidente socialista levantaba el veto al líder de Unidas Podemos y accedía a que se convirtiera en vicepresidente del Ejecutivo, los nombres de Irene Montero y Yolanda Díaz se dieron por descontado. Más tarde, en vísperas de la votación de la investidura de Sánchez, se conocieron los otros dos ministros pactados con Sánchez: Garzón y Castells.

Por su parte, muchos de los actuales miembros de su gabinete esperaban aún este jueves la llamada del presidente y quienes ya estaban confirmados desconocían el grueso de los detalles del Gobierno del que formarán parte. Mientras el equipo de Sánchez se encargaba de ir notificando los cambios en el Ejecutivo, Sánchez se ponía en contacto con los interesados e iba puliendo flecos.

Primer Consejo de Ministros, el martes 14

Este viernes no habrá reunión del Consejo de Ministros para evitar la inédita situación de un presidente electo con los miembros de un gabinete en funciones de los cuales algunos es posible que no continúen en su puesto la próxima legislatura. La incertidumbre se apodera, no obstante, de los escalafones inferiores de los distintos departamentos.

Pero pronto saldrán de dudas. “Hoy no es nada comparado con mañana”, aseguraba una de las personas de confianza del presidente en referencia a que el grueso de los anuncios se producirán este viernes. Sánchez lo tendrá todo listo para comunicarle al rey el domingo la composición del Gobierno y posteriormente comparecerá ante los periodistas. Los ministros tomarán posesión el lunes y ese mismo día se celebrarán los tradicionales intercambios de carteras. La primera reunión del Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos se celebrará el martes 14 de enero de 2020.

El presidente, que ha firmado un acuerdo con el grupo confederal para pactar la coordinación, la comunicación e incluso las discrepancias del Ejecutivo, recupera así la gestión de los tiempos que tan importante ha sido para una Moncloa breada en competiciones electorales.

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