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Una mañana en el sótano de Tetuán donde se realiza el recuento definitivo de los votos de Madrid

Dos funcionarios participan en el recuento definitivo de los votos del 26m en Madrid

David Noriega

En un sótano oscuro y sin ventanas, pero rodeado de estanterías y con dos policías nacionales custodiando la entrada, 16 funcionarios se afanaban este miércoles en traer y llevar sobres, abrirlos, comprobar su contenido y llenar carpetas con las actas que, este jueves, se puntearán con los resultados provisionales del 26M para obtener los datos del escrutinio definitivo. En cualquier caso, “lo que manda siempre son las actas” que contienen esos sobres, explica Maribel, una funcionaria del Instituto Nacional de Estadística que lleva contando elecciones varios lustros.

La sala en cuestión se encuentra en la sede que la delegación del gobierno en Madrid tiene en el barrio de Tetuán, donde se encuentra la Junta Electoral de Zona de Madrid. Ahí se realiza el recuento definitivo de las elecciones municipales para Madrid, Alcorcón, Fuenlabrada, Getafe, Humanes de Madrid, Leganés, Parla y Pinto, un acto público al que puede acceder cualquier ciudadano. El escrutinio definitivo de las elecciones autonómicas y europeas se realiza en la Junta Electoral Provincial.

En Tetuán están los 4.800 sobres que las mesas electorales enviaron el domingo tras finalizar el recuento provisional. En ese momento, el presidente de mesa realiza tres actas idénticas: la uno y la tres, para la Junta Electoral de Zona que corresponda, y la dos, para el juzgado. Después, los votos se destruyen. El domingo este proceso se hizo por triplicado: municipales, autonómicas y europeas. Lo que los tres funcionarios del censo y los 13 de la delegación hicieron este miércoles, tras la constitución de la mesa, fue la primera fase del recuento que, según marca la Ley Orgánica de Régimen Electoral General (LOREG), debe iniciarse tres días después de las elecciones: abrir el sobre uno y comprobar que las actas están bien.

“Miramos si está el acta de sesión, pero si está la de escrutinio, también vale. Si no viene ninguna, se deja la falta -se anota en una tabla aparte- y la Junta decide si hay que revisarla o si tenemos que abrir el sobre tres”, explica Maribel. El trabajo esta mañana era bastante mecánico, con alguna sorpresa poco común, como el sobre en el que la presidenta de mesa en cuestión había introducido una nota: “No me toquéis los huevos”. Más allá de lo anecdótico, la rutina se alteraba cuando en algún sobre aparecían por error actas de las autonómicas o las europeas. “Hay gente en las mesas electorales que no sabe y se equivoca”, les disculpa Conchi, otra funcionaria que se estrenó contando elecciones en las europeas de 2014. En esos casos, las actas se guardan en una carpeta, que se envía a la junta electoral provincial a través de la policía nacional. Una pareja llega sobre las 13h y recoge las carpetas con las actas que no corresponden a esa junta recabadas hasta el momento. 

Los datos provisionales, con errores

Este jueves serán más -12 funcionarios de la delegación de estadística y otros 12 de la junta electoral- los que lleven a cabo la segunda parte del recuento: el punteo. Esto consiste en comprobar que los resultados que aparecen en las actas coinciden con los que Interior recabó el domingo. Esto ya no se hace en el sótano, sino en el primera planta y en presencia de la mesa de la junta. “Tendremos que andar de arriba a abajo si hay que revisar algún acta”, indica Maribel. El Ministerio de Interior ha admitido que hay números que bailan en la web donde se recogen los datos provisionales del escrutinio, pero niega que haya errores en el recuento. Lo atribuye a la forma en la que la nueva empresa encargada de recibirlos y difundirlos, la UTE Scytl-Vector, contratada por 8,7 millones de euros, ha mostrado los resultados, que es confusa, ya que solo muestra el número de votos que han servido para conseguir concejal, pero no los recibidos en total. También, a fallos puntuales en determinadas mesas.

Por ejemplo, en la sección 09-021 de Madrid, donde se encuentra la sede del PSOE, en la calle Ferraz, el volcado de datos de Scytl muestra que la fuerza más votada fue Falange, con 257 votos, mientras ni los socialistas ni Más Madrid, ni Ciudadanos obtuvieron apoyos y el PP habría quedado quinto. Son resultados que llaman la atención, sobre todo porque el PP fue la fuerza más votada en la zona, los de Carmena quedaron segundos y Ciudadanos, terceros.

Si se dan casos así en el punteo definitivo, los funcionarios pueden notificarlo a la Junta Electoral de Zona. Este organismo, de nuevo, decide en cada caso si es pertinente abrir los sobres tres y dos, respectivamente, para comprobar que no ha sido un error puntual al rellenar un acta, pero no puede anular ningún acta ni voto. Esta triple verificación hace que este recuento sea el que vale realmente, a diferencia de los datos provisionales que se publicaron el domingo por la noche y que Scytl-Vector recibe a través de una tablet desde los propios colegios electorales. Si hay un error humano en la transmisión de dichos datos la empresa los muestra mal. 

“Van intentando arañar votos”

Lo cierto, indica Maribel, es que “no suele haber grandes cambios”. Aunque los fallos en los datos mostrados por Interior “nos pueden afectar”, reconoce, “si el viernes, cuando vienen los partidos, quieren impugnar algún acta”. “Lo comprueban con nosotros”, explica, “y van intentando arañar votos”, sobre todo si son decisivos. “Si les da por eso, nos afecta”, recalca. Recuerda una anécdota, “cuando el CDS perdió el escaño y teníamos que hacer las sumas con todos los partidos y periodistas encima. Eran las 23.55 y el recuento tenía que acabar a las 00.00h. Tuvimos muchísima presión”, recuerda. Y advierte: “si el viernes ven que pueden quitarse la alcaldía, si van a intentar arañarse votos”.

Pero eso a ellos no les supone un estrés añadido. De hecho, todos los funcionarios que participan en el recuento lo hacen de forma voluntaria. “Hay mucha gente que quiere venir. Hay un equipo que venimos todos los días y luego otros participan en el recuento del CERA (el voto rogado) -solo en autonómicas y europeas-, otros solo a puntear... Los jefes intentan siempre que no se quede nadie fuera”, explica Conchi.

Los que se presentan voluntarios lo hacen animados, en parte “por el dinero” bromean -reciben un plus por este trabajo aunque no especifican cuánto-, pero también por salir de la rutina. “Es una experiencia buena y económicamente viene bien”, indica María Jesús, que es la segunda vez que participa en un recuento. “Te sientes haciendo algo importante, pero presión ninguna. Te adaptas con la responsabilidad adecuada”, destaca. Raúl se ha presentado voluntario por tercera vez y tampoco siente presión. “Esta vez he notado que está todo mejor organizado”, reconoce. “Porque he venido yo”, bromea su compañera Rocío, que es novata en estas labores. “Está bien por cambiar y airearnos del trabajo”, dice esta funcionaria que trabaja en la delegación del Gobierno, en Extranjería. Otros son de educación o de seguridad privada. Llevan dedicados al proceso electoral desde el 24 de marzo, porque se han encargado también de las generales, aunque no solo han contado actas: también se han dedicado a otras tareas, como responder las reclamaciones de los ciudadanos convocados a mesa pero que no podían acudir.

“¿Qué tal vamos?”, se preguntan de vez en cuando. “Vamos bien. Hombre, por la tarde va a haber que trabajar”, responde una compañera. ¿Hasta qué hora están aquí? “Hasta que acabemos”, dicen resignados. La LOREG es clara: “El escrutinio deberá concluir no más tarde del sexto día posterior al de las elecciones”.

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