“Participar en la manifestación del 8M es uno de los recuerdos que voy a mantener para toda mi vida”
Begoña Villacís (Madrid, noviembre de 1977), portavoz de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Madrid, acudió el pasado día 8 a la manifestación feminista junto a la diputada Patricia Reyes y otros compañeros de partido, algo de lo que dice sentirse “muy orgullosa”.
La concejala y el grupo de mujeres que la acompañaba fueron increpadas e insultadas por un grupo de personas, que las llamaron “esquirolas” por no haber secundado la huelga feminista. Villacís resta importancia a ese episodio y asegura que prefiere quedarse con “el cariño” que les demostró mucha gente.
Tanto ella como la portavoz nacional, Inés Arrimadas, y el propio Albert Rivera criticaron con dureza el manifiesto los días anteriores a la jornada reivindicativa tildándolo de “anticapitalista”. Tras el éxito de la convocatoria los dirigentes naranjas dieron un giro a su discurso, algo que Villacís niega con rotundidad.
Como abogada especializada en Derecho Tributario, Laboral y Mercantil y madre de dos hijas de 10 y 12 años, Villacís explica que conoce bien los problemas con los que se han enfrentado y siguen enfrentándose las mujeres en el trabajo. Entre otros, las desigualdades que sufren o el handicap que supone la maternidad para poder conciliar la vida familiar con la laboral.
Usted acudió a la manifestación del 8M y vio la marea inmensa de mujeres que salió a la calle. ¿Qué reflexión hizo esa noche cuando llegó a su casa?
Me sentí muy orgullosa como mujer de que nuestros principales asuntos se pongan a encima de la mesa de esa manera tan evidente y tan arrolladora. Sentir una contestación tan rotunda por parte de todas las mujeres...Evidentemente, me fui llena de orgullo y bastante contenta. Cuando esto se pone sobre la mesa y cuando la imagen es tan potente sabes que tus asuntos van a ser tratados y eso yo creo que es fundamental.
¿Qué les diría a quienes la insultaron y le dedicaron abucheos a usted y a su compañera Patricia Reyes?
No fue solo a mi o a Patricia Reyes, fue a muchas otras compañeras y amigas que íbamos todas juntas. Estaba, por ejemplo, Araceli, que fue víctima de violencia de género y que de repente se vio increpada por gente que, al igual que hace ocho años, que era cuando la había sufrido [la violencia], también le decían dónde tenía que estar o dónde no tenía que estar.
Lo que les diría es lo que les dije en aquella manifestación, cuando nosotras empezamos a gritar más fuerte “¡libertad!”. De hecho no solo gritamos nosotras. Se empezó a generar una corriente y empezaron a llegar mujeres que nos rodearon por los lados y por detrás y que se sumaron a gritar con nosotras porque consideraron inaceptable lo que nos estaba ocurriendo. Aún así, de verdad que es importante que nadie se quede con esa foto porque no es representativa de mi manifestación. Hubo otra gente que se acercaba, nos apoyaba y felicitaba. Esa fue la mayoría, lo otro fue la anécdota y no representa a la manifestación que fue pacífica, reivindicativa, alegre. Esa es la manifestación con la que yo me quedo.
Ciudadanos empezó descalificando la huelga del 8 de marzo y a los colectivos que estaban organizando la jornada. Después de comprobar el éxito de la convocatoria ustedes cambiaron de discurso.Después de comprobar el éxito de la convocatoria ustedes cambiaron de discurso
Incorrecto. Nosotros no empezamos descalificando la huelga: empezamos calificando la huelga según la propia convocatoria de la huelga, que se había calificado como anticapitalista y un montón de adjetivos. Uno puede respetar, como hacemos nosotros, a la gente que hace huelga, pero los que hacen huelga tienen que respetar a la gente que decidimos no hacerla y que llenamos nuestra agenda de actos reivindicativos de la mujer. Ese fue mi caso.
Pero a la manifestación desde principio dijimos que iríamos como hemos ido todos los años porque son nuestros intereses como mujeres y como partido preocupado por la igualdad. Por tanto, no hemos variado ni un ápice, otra cosa es que se quiera manipular o retorcer lo que nosotros dijimos.
El manifiesto en ningún momento calificaba la huelga como "anticapitalista". Llamaba “a la rebeldía y a la lucha ante la alianza entre el patriarcado y el capitalismo que nos quiere dóciles, sumisas y calladas”, que no es lo mismo.
Lo que pasa es que en la convocatoria, y nos llegaron muchísimas, si que estaba dicho. En todas las iniciativas que se llevaron a todos los plenos de distritos del Ayuntamiento de Madrid, en todos, se precisaba que la huelga era contra el capitalismo. Era evidente. No es que me lo invente yo, es que lo ponían ellas en sus propuestas en las Juntas de Distrito, lo ponían determinados sectores en las Mesas de la Igualdad y se definían clarísimamente.
Pero, fíjate, yo creo que el ejemplo de Madrid ha sido muy bueno porque en la Comisión de Igualdad del Ayuntamiento, que yo presido, fuimos capaces de llegar a un acuerdo en el que todas nos sentíamos convocados e invocadas. Y de hecho hicimos una declaración institucional que nos recogía a todas. Ese tiene que ser el espíritu del feminismo, que sea absolutamente transversal, convocador e invocador.
La huelga no estaba concebida como una huelga convencional, de no asistir al trabajo. Iba más allá. Como se explicaba en el manifiesto, se trataba de un plante a muchas otras cosas. De hecho, fíjese la cantidad de mujeres que salió a la calle representando a la diversidad. ¿Usted no lo entendió así?
Es que hay que diferenciar. Hay un interés en confundir la huelga con la manifestación, cuando no es lo mismo. Yo en la manifestación me encontré a un sinfín de amigas que fueron a trabajar y fueron a la manifestación. ¿Por qué se confunde la huelga con la manifestación?
Bueno, se iba bajo el mismo manifiesto.
Son cosas distintas. Muchas mujeres decidieron no hacer huelga y luego fueron a la manifestación. ¿Qué pasa? ¿que esas mujeres no son feministas? Yo entiendo que las miles de mujeres que fueron a la huelga no son todas anticapitalistas y entiendo que las miles de mujeres que fueron a trabajar no son machistas. Hacer un planteamiento tan maniqueo me parece un error.
Si pudiera volver al día 7, ¿cambiaría algo de lo que dijo o hizo su partido?
No. Porque, insisto, no hemos cambiado para nada. Hemos seguido defendiendo lo mismo. Otra cosa es que se quiera manipular. Lo que es incontestable es la manifestación, que fue un clamor, un absoluto clamor, y yo participé de esa manifestación, quise participar de eso y es uno de los recuerdos que voy a mantener para toda mi vida.
Creo que hicimos lo correcto y, más allá de las palabras, también lo estamos haciendo con hechos poniendo dentro de la agenda política y del pacto que hemos firmado con el PP, situaciones que tienden a igualarnos y a permitir que podamos competir en este mundo de forma leal. Cuando hablamos de ampliar los permisos de paternidad lo que en el fondo estamos diciendo es que cuando tú o yo vayamos a una entrevista de trabajo nos quitemos el cartel de fértil de la cara porque hay preguntas que nos hacen a nosotras que no se las hacen a ellos. El camino de igualar tiene mucho que ver con eso. En ocasiones, paradójicamente, trata de dar más derechos a los hombres porque aquí les estamos dando el derecho de ejercer su paternidad, introduciendo la cultura de la corresponsabilidad parental.
¿Por qué cree que ese apoyo a las causas de las mujeres que defiende su partido no cala y se les identifica, junto al PP, en la derecha?
Es un mensaje interesado y un prejuicio que están intentando forjar pero que luego no se traduce en la realidad. En Ciudadanos hay mujeres en primera línea que tienen muchísimo peso. Tenemos a una política que ha sido la primera en ganar una elecciones en Cataluña, por ejemplo. Y dentro de la Ejecutiva tenemos bastante peso las mujeres. Pero en política estamos en este tiempo en donde no se producen espacios de reflexión, espacios en los que se pueda profundizar, y triunfan las frasecitas cortas, facilonas y poco argumentadas.
Hay gestos como el de ponerse el lazo morado en un acto público, como han hecho Mariano Rajoy y Albert Rivera, que no se han interpretado como un apoyo a la causa feminista sino como un postureo.postureo.
¿Y si se lo pone otro sí? Menuda tontería. Yo me lo he puesto desde hace muchos años y Albert también y no nos lo vamos a dejar de poner por ese motivo. Eso es gente que de forma bastante rancia, por cierto, quiere utilizar la causa del feminismo, cosa que me parece un error. Yo lo que me encontré en la manifestación en los momentos buenos era muchas mujeres que querían sumarse porque entendemos que la unión hace la fuerza y me encontré con un grupo de radicales vestidas de feministas en este caso.
Están intentado utilizar nuestra causa como si no fuese propia cuando si uno analiza los hechos habría que ver quiénes son capaces de hacer políticas más tendentes a la igualdad y yo creo que los que lo estamos haciendo y trabajando de verdad de verdad somos nosotros.
Tras el 8M ahora se ha abierto una subasta de ofertas, del quién da más. Pero luego todo o casi todo queda en papel mojado.
Nosotros lo que proponemos no es papel mojado. Todas las medidas que hemos pactado con el PP, están en la agenda y se están cumpliendo. Mi compañero Ignacio Aguado [portavoz en la Asamblea de Madrid] se está beneficiando de un permiso por paternidad que a nosotras nos resulta muy útil. Las bajas de las autónomas por la bonificación es gracias también a nuestro pacto. Uno tiene que estar también en la política útil no solo en la pancarta, que es muy fácil, porque luego las pancartas caen y al final lo que cambia tu vida es la política.
Ciudadanos, efectivamente, plantea aumentar el permiso de paternidad pero el problema no radica en que el hombre tenga la posibilidad de optar a más permiso sino en que la ley garantice permisos iguales e intransferibles para el padre y la madre. No sé si usted lo ve así.
Yo creo que tendremos que ir a eso. Nuestras políticas van en esa dirección pero que a nadie se le escape que estamos pactando con el partido conservador y eso lógicamente te limita. Ellos tienen más escaños que nosotros, por tanto no nos queda más remedio que pactar. Pero es clara cuál es la línea a la que todos tenemos que tender. En cuanto a que sean intransferibles, el otro día estuve en el Colegio de Procuradores y estuvimos hablando de Carmen Chacón que para mí fue una de las imágenes más impactante (por aquella época yo también estaba embarazada), que realmente nos señaló lo que es la igualdad de una manera muy gráfica y que además dio la vuelta al mundo. Chacón renunció a parte de su baja por maternidad y fue su marido quien se ocupó de ello. A mi me parece eso bien. Pero también tenemos que reconocer otras realidades. Si la mujer no quiere disfrutar de toda su baja por maternidad como hizo la ministra Carmen Chacón, ¿qué hacemos?, ¿la obligamos? Hay que reflexionar para ser capaces de llegar a amplios consensos con el resto de los partidos.
En España los cuidados a mayores o enfermos que mayoritariamente realizamos las mujeres, no están reconocido como trabajo, o si lo están lo hacen con sueldos muy bajos por no decir miserables. ¿Ha planteado su partido alguna medida sobre esto?
Eso es algo que los partidos viejos, tradicionales nunca han llegado a solventar. Yo recuerdo las promesas electorales que hicieron el PP y el PSOE con el régimen de empleadas de hogar prometerles prestación por desempleo o a los socialistas prometerles mejoras en la indemnización por despido que nunca hizo. Yo creo que lo que hay que hacer es redistribuir los cuidados. Por eso es tan importante que empecemos a educar a los niños en la corresponsabilidad y que las medidas laborales tengan que ver con la corresponsabilidad para que seamos todos los que cuidemos.
Dígame la verdad, ¿cuántas veces ha dicho eso de que “mi marido me ayuda mucho en casa”?
Nunca. A ver, ...nunca...tendría que verlo. Pero esa frase no la he utilizado. Con mis padres, yo tuve la suerte de tener una madre trabajadora, con lo cual tuve la suerte -y no muchas de mis amigas lo podrían decir-, de haber visto bastante igualdad y a mi padre cuidándonos exactamente igual que mi madre. Pero es verdad que sobre todo cuando nacen los hijos siempre hay negociaciones dentro de la pareja: tú qué haces y yo qué hago. Yo lo veo desde el punto de vista de negociaciones porque mi marido siempre me ha respetado como profesional, siempre, y yo a él también. Por lo tanto, hemos tendido a distribuirnos bastante las cargas.
¿Y nunca se ha sentido acosada o ha tenido miedo por la calle?
Claro que sí. ¿Pero qué mujer no lo ha sentido? Por supuesto, por la calle. Yo lo conté en un pleno recientemente cuando estaba pidiendo que hay determinadas calles en Madrid que están muy oscuras. Las mujeres sentimos miedo y ese miedo no lo sienten los hombres y eso es así. Y cuando escuchas unos pasos por detrás, te giras y te das la vuelta a ver qué está pasando. Ese miedo es nuestro, eso es así, y a mi no me gustaría que mis hijas lo pasasen. Y además a tus hijas les dice ten cuidado con eso y lo que tienen que hacer. A mí mi padre también me dijo como reaccionar ante una agresión, me lo explicó de pequeña. Pero eso es algo ante lo que nos tenemos que rebelar porque no puede ser así.
¿Y discriminada?
Lo peor es que a lo largo de mi vida, a parte de ser discriminada, es que yo misma me he autodiscriminado. He sido yo misma la que a veces me he cortado las alas. Y ha tenido mucho que ver con mi maternidad. Renunciar a un puesto de trabajo que a lo mejor me gustaba porque decía que a lo mejor no voy a ver a mis hijas. Yo tampoco encuentro razonable que los hombres tengan que renunciar a sus hijos. Y eso tiene que ver con la jornada. No puede ser que vivamos para trabajar. Tenemos que trabajar para vivir y encontrar espacios para estar en familia. la educación de los hijos es fundamental. Pero si creemos en la corresponsabilidad no vale solo para nosotras sino también para ellos.
¿A qué hora termina su jornada de trabajo?
Depende. Porque una de las cosas que pasa al meterte a política es que desaparecen las rutinas. Pero en mi equipo saben que para mi estar con mis hijas diariamente es fundamental así que tengo que hacer equilibrios para estar con ellas, bien por la tarde o comiendo con ellas, con lo que sea pero yo a mis hijas las necesito ver. Es un sentir personal.
Y de corresponsabilidad entre la pareja.
¡Es que mi marido también lo hace!. Mis hijas están atendidas y lo están siempre porque yo tengo un abuelo y un padre que me echan una mano siempre que pueden pero yo necesito como madre y mujer estar con ellas diariamente. Lo que hago es dormir muy poco y me sobrecargo de trabajo, pero no me importa porque siempre he tenido capacidad de trabajo y mi marido hace lo mismo.
¿La conciliación de la vida familiar y laboral debería regularse también por ley?
Por supuesto, hay muchas cosas que deben hacerse por ley, no queda otra manera. De hecho ya se trata en la ley. El Estatuto de los Trabajadores recoge muchas medidas que tiene que ver con la conciliación, muchas de ellas son muy antiguas pero han tenido importantes novedades. Por ejemplo, el permiso de lactancia yo vi con mucho gozo como por primera vez se recogía que los hombres también podían aprovecharlo, porque ellos también pueden dar el biberón perfectamente. O determinadas reducciones de jornada por guarda legal. Ahora lo que tenemos que aprender es que no solo deben ser aprovechados por las mujeres.
Y cuando se aprobó la ley de Igualdad yo hice una lectura: basta ya de que se nos sobreproteja a nosotras y que se presuma que nosotras debemos ejercer la paternidad. Es necesario que se les proteja a ellos también ejerciendo su paternidad porque sino no vamos a ser iguales nunca. Insisto, que vayamos a una entrevista de trabajo siendo potenciales padres y madres todos.
Y sin brecha salarial.
Desde luego. La brecha salarial que tiene mucho que ver con la precariedad y con la maternidad. Todos los estudios lo explican que donde la brecha salarial se empieza a ampliar es en el momento en que tenemos hijos. Yo lo he vivido en mis propias carnes y muchas amigas lo han vivido. Decides acogerte a una mitad de jornada para que sea compatible. Eso es un hecho y ahí es donde empieza la brecha salarial porque no solo estás reduciendo tu jornada en ese momento, sino que vas a tener coste de oportunidad de por vida, porque es justo en ese momento cuando se hace la carrera, justo cuando tenemos hijos.
¿En su partido hay machismo?
Yo no lo he sentido, de verdad. Si no, lo diría. Nosotras somos bastante escuchadas, al igual que ellos. Los debates que se producen, se producen de una manera bastante natural. Yo desde luego no he vivido el machismo en mi partido.
Usted tiene dos hijas. ¿Que cree que es lo más importante que les debe transmitir?
Que sean fuertes y que vayan solas, siempre se lo he dicho. Y eso se puede hacer de muchas maneras. Una, con el ejemplo, que te vean saliendo de tu casa, que te vean luchando y defendiendo básicamente un montón de cosas por una pluralidad. Y explicándoles también lo que hago por eso me las llevo a muchas actividades que tiene que ver con todo eso. Pero sobre todo dándoles mucha seguridad porque es al final es una cuestión también en gran parte de seguridad. Y explicándoles las cosas de las que tienen que huir. Una cosa que me aterra como madre es que caigan en manos de alguien que sea muy controlador.
Estoy viendo muchos ejemplos en los que están cayendo nuestras adolescentes que deberíamos empezar a poner el foco sobre ello y que no se le pone. Practicas como 'le doy las claves de mi Facebook porque es la manera de demostrarle que le quiero', es decir, le voy cediendo control. Y esa es una de las coas que yo les explico que si alguien te quiere te tiene que respetar tu espacio y te tiene que respetar a ti. Hablamos mucho de estas cosas.
¿Está de acuerdo con la alcaldesa Manuel Carmena en que “la violencia está incardinada en el ADN de la masculinidad”?
No porque yo no soy determinista ni genetista. Porque hay hombres maravillosos en este mundo que no son violentos. Yo no veo en un hombre la presunción de violencia ni la presunción de machismo. Es verdad que los hay y que son muchos, nos los hemos encontrado a lo largo de toda nuestra vida pero tenemos que creer en el ser humano por encima de todo. No soy genetista.
¿La violencia de género no la ejerce el hombre fundamentalmente?
La violencia es verdad que es más ejercida por más hombres que por mujeres. Pero eso no significa que todos los hombres sean violentos ni que todos sean machistas. No lo creo sinceramente, o me están engañando muchos de los amigos que tengo o muchas de las personas que creen en la igualdad.
Hay datos que corroboran que la mayor parte de los asesinatos son de hombres contra mujeres.
Yo no he cuestionado nunca que la mayor parte de los asesinatos los hacen hombres. ¿Eso significa que todos los hombres son violentos?. No. ¿Eso significa que tengan un mal endémico o genético según el cual hay un potencial maltratado en todo niño? No lo creo, me resisto a creerlo. Tengo más fe en el ser humano.
¿Falta unidad entre los partidos y dejar a un lado los prejuicios de unos contra otros para llegar a un Pacto de Estado?
No creo que falte unidad. Falta honestidad. No hay que sacar un rédito político y electoral de todo. Y en eso se tienen que mentalizar algunos dirigentes. Porque son algunos dirigentes porque luego cuando se sientan las mujeres en ese pacto, cuando se sienta Patricia Reyes, que ha sido abogada de violencia de género y es la que lo está llevando en el Congreso, con las diputadas del PSOE, de Podemos o las del PP, han llegado a un acuerdo. Ellas han llegado a acuerdos. Ahora solo queda empujar al Gobierno para que haya un aporte presupuestario.
¿Cree que la prisión permanente revisable va a evitar casos de violencia machista como opinan algunos?
Creo que hay una condena por prisión permanente revisable a día de hoy. Pero creo que lo que más funciona contra la violencia machista es la educación. Es educar a los niños desde pequeños para que cuando sean adultos asuman la igualdad como una cosa natural y a eso tenemos que llegar. Las penas se pueden tratar y estamos de acuerdo en que tiene que haber más penas por la violencia de género. Cuando hablamos de la asimetría nos referimos a eso, a que haya más penas. Pero no nos olvidemos de la parte más importante del tema que es la prevención. Ponerlo sobre la mesa para visibilizarlo y estigmatizar lo que es la violencia machista. Hay que poner toda la carne en el asador para erradicarla y para eso es necesaria la unidad de todos los partidos y que entiendan que el tema de la violencia y el tema del feminismo es un asunto que les trasciende, que les supera y que está por encima de ellos y merece mucho la pena.
¿Begoña Villacís es feminista o eso es “etiquetarla”?
Bastante feminista. Pero creo que a día de hoy todas las mujeres que estamos luchando por la igualdad nos podemos sentir muy cómodas con esa etiqueta, y si me quieres etiquetar pues me etiquetas.