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Buscando el voto de las mujeres para evitar la derrota de la izquierda

Yolanda Díaz en el mitin de Sumar el domingo en Madrid.

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En el sprint final de la campaña, el PSOE y Sumar han coincidido en un mensaje con el que desmentir el rumbo que marcan las encuestas: la búsqueda del voto femenino. Pedro Sánchez definió al PSOE el sábado como “el partido de las mujeres”. Yolanda Díaz lo repite en sus mítines. “Hay que llenar las urnas con votos de mujeres libres”, dijo hace unos días. Los pactos del PP y Vox tras las elecciones del 28M abrieron un escenario en el que la izquierda ha querido dejar su impronta.

El mitin de Sumar del domingo en Madrid estuvo protagonizado fundamentalmente por mujeres, incluidas Mónica García, de Más Madrid, e Isabel Serra, de Podemos. Las menciones al voto femenino fueron constantes. “Es la hora de las mujeres, porque estamos hartas de que hombres vestidos de traje nos ofrezcan un futuro gris”, dijo García. Sánchez había definido a sus rivales de la derecha en estos términos: “Esta coalición contra las mujeres que representan Feijóo y Abascal”.

¿Tendrán las mujeres un comportamiento electoral diametralmente distinto al de los hombres en las urnas? ¿La posibilidad de un Gobierno del PP y Vox provocará una reacción que no han mostrado aún las encuestas? Numerosos estudios en varios países europeos han detectado las reticencias de las mujeres a cambios políticos bruscos que puedan poner en peligro las conquistas sociales del Estado de bienestar, pero no hasta el punto de convertirlas en una base electoral garantizada para la izquierda.

Hay una diferencia que se repite de forma generalizada: los partidos de extrema derecha reciben muchos más votos de hombres que de mujeres. Ese factor no aparece de forma tan clara entre los partidos conservadores.

Francia es un ejemplo singular por el éxito de la extrema derecha al llegar a la segunda vuelta de las dos últimas elecciones presidenciales. El factor del género fue relevante en las de 2017. Marine Le Pen obtuvo el 38% de los votos masculinos y seis puntos menos en el caso de las mujeres. Sin embargo, las diferencias se estrecharon en los comicios de 2022, según un estudio de Ipsos. Un 41% de las mujeres votó a Le Pen, prácticamente en su media nacional de votos, sólo dos puntos menos que los hombres. La tasa de participación femenina superó en cuatro puntos a la masculina.

Los datos de la última encuesta del CIS ofrecen un panorama ligeramente favorable a los partidos del Gobierno de coalición, aunque es innegable que se trata de un sondeo que favorece claramente a las formaciones de izquierda y está muy alejado de los demás estudios demoscópicos. Un 23% de los hombres dice que votará al PSOE. Entre las mujeres, son el 31,4%. En el PP, no hay diferencias significativas en el género de sus votantes. Las mujeres que afirman que votarán con total seguridad superan en seis puntos (76%-70%) a los hombres que también tienen muy claro que irán a las urnas.

"Establecer una relación de causalidad entre feminismo y voto es una quimera”, dijo hace un mes a este diario Paco Camas, director de Investigación de Opinión Pública de Ipsos España. “Es muy difícil asignar lo que pueda significar el feminismo y cómo la gente lo percibe a la adhesión de su voto”. La desmovilización en la izquierda afecta a todas las edades y géneros, mientras el PP ha aumentado de forma clara el porcentaje de hombres que le votan, y de ahí su ventaja en casi todos los sondeos.

Sumar cree haber percibido que hay una corriente de decepción entre las votantes socialistas con Pedro Sánchez y ve ahí una oportunidad de atraer apoyos que en cualquier caso no alterarían la correlación de fuerzas entre los bloques de izquierda y derecha. Hay un porcentaje significativo de mujeres –en torno al 13%– que dudan sobre el sentido de su voto, según el CIS, y entre ellas más de una tercera parte se está pensando votar al PSOE o a Sumar.

Yolanda Díaz ha hecho hincapié en las medidas económicas del Gobierno promovidas por las ministras de Unidas Podemos con el argumento de que benefician especialmente a las mujeres. Es el caso del salario mínimo y de la reforma laboral. Esta última ha reducido la precariedad y aumentado el número de contratos fijos en el sector de servicios, donde predomina el personal femenino.

Sánchez también ha lanzado mensajes similares destacando el aumento de los permisos de maternidad y paternidad hasta 16 semanas y ha añadido el compromiso de subirlos a veinte semanas.

El líder socialista repite de forma constante las palabras con que Núñez Feijóo definió el caso del cabeza de lista de Vox en Valencia condenado por violencia machista como resultado de “un divorcio duro”. “Ni divorcio duro ni divorcio blando, la violencia de género es injustificable siempre”, denunció Sánchez.

Como en otros asuntos de campaña, ha sido José Luis Rodríguez Zapatero quien ha sido tan duro como efectivo en el ataque a la derecha: “Lo que quieren derogar es el feminismo. Es la igualdad de las mujeres. Quieren un sistema donde los hombres sigan mandando”.

Los pactos del PP con Vox en varias autonomías y ciudades supusieron el primer aviso sobre lo que puede pasar para los derechos de las mujeres después del 23J. El súbito giro de la nueva presidenta de Extremadura, que había dicho que no podía pactar con un partido que no reconoce la existencia de la violencia de género, se vio acompañado por declaraciones de dirigentes del PP, que prometieron que no darán “ni un paso atrás” en la lucha contra esa violencia. Son conscientes del daño que pueden causar esos acuerdos en las urnas.

Se trataba de una oportunidad que la izquierda no podía desaprovechar. “Feijóo ha incorporado a los ultras que pisotean los derechos de las mujeres, que niegan la violencia machista y que agreden desde la homofobia a las personas LGTBI”, denunció Díaz.

El Partido Popular ha empleado la carta que marcó los últimos meses de la legislatura: la ley del sólo sí es sí, la reducción de penas que supuso en un millar de casos y su reforma posterior en la que la relación entre el PSOE y Podemos saltó por los aires. Ha sido una constante en los mítines del PP.

“Dicen que quieren el voto de las mujeres”, ha dicho Feijóo este domingo. “¿De qué mujeres? ¿De las mujeres que han sido atacadas por personas condenadas por violación que vuelven a estar en la calle? ¿De las mujeres que han sido víctimas de abusos sexuales y que han visto a más de 1.100 condenados por abusos sexuales rebajada su pena por esta ley?”.

La esperanza del PP es que esa ley reduzca la ventaja socialista en el voto femenino. Le vale con que sea un factor de desmovilización que haga que muchas se queden en casa.

“La fuerza decisiva somos las mujeres”, ha dicho Díaz. Quizá sea lo único en que estén de acuerdo el PP, el PSOE y Sumar.

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