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Casado apoya un Gobierno en solitario en Castilla y León y carga contra Vox, a los que tilda de “populistas y radicales”

El líder del PP, Pablo Casado (d), y el secretario general del partido, Teodoro García Egea (c), participan en la reunión del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Popular, en la sede de la formación política en Madrid, en una foto de archivo. EFE/Víctor Lerena

Aitor Riveiro

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“Populistas y radicales”. Así ha definido Pablo Casado a Vox ante el Comité Ejecutivo Nacional que analiza este martes el escenario tras las elecciones en Castilla y León. El presidente del partido ha respaldado a Alfonso Fernández Mañueco para que negocie “un Gobierno fuerte, estable y en solitario; con pilares firmes, sin trajes prestados y sin la espada de Damocles continua sobre la cabeza”. “Tiene todo nuestro apoyo” para la negociación, ha dicho. “Con nuestros principios siempre presentes”, ha añadido, para enumerar que “la igualdad no es negociable, ni la cohesión territorial ni la integridad autonómica ni la integración en Europa”.

Pablo Casado ha intervenido ante el órgano que reúne a su dirección con los barones autonómicos. A la cita han acudido todos los presidentes regionales del PP, con excepción del andaluz Juan Manuel Moreno, ausente desde el final de la campaña en Castilla y León. A la entrada, la presidenta de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha insistido en que ella prefiere pactar con cualquiera menos con el “sanchismo”. Un significante en el que aglutina a todos, menos a Vox.

“Espero que haya un Gobierno basado en la suma de intereses frente a este proyecto totalitario que está destrozando España”, señalaba esta mañana, en un desayuno informativo que ha marcado la agenda del día en el PP, en referencia al Gobierno central. “Que sepamos buscar con otros partidos lo que nos une y, sobre todo, blindar a Castilla y León de políticas identitarias, pobreza y desesperanza, y que no nos importe lo que opine la izquierda sobre nuestros pactos”, ha concluido.

Ayuso ha defendido que Mañueco debe negociar con autonomía, pero ha defendido su propio acuerdo con Vox. La respuesta de Casado, con quien se ha reabierto la bronca interna por el control del PP de Madrid, ha llegado pasadas las seis de la tarde. “Los que pretenden desestabilizar pinchan en hueso. No aceptamos presiones”, ha apuntado el presidente del partido, quien ha planteado que su objetivo es “unir la derecha sin desunir a España” para lo que apuesta por “fortalecer un partido que está en la derecha [el PP] para hacer una tarea de centro”.

Casado ha defendido en varias ocasiones el “autonomismo” que reconoce la Constitución, el “europeísmo”, en cuya construcción ha puesto al PP; y el “atlantismo”, justo después de la reunión que mantuvo Santiago Abascal con el presidente húngaro, Viktor Orbán, uno de los pocos aliados que tiene Vladimir Putin en Europa.

“Hay quienes equivocan prioridades y están más preocupados por sustituir al PP que por cambiar al Gobierno” de Sánchez, ha añadido. “Lo segundo no lo pueden hacer, lo primero les avisamos de que jamás ocurrirá”, ha advertido.

Pero no ha sido la única referencia a las políticas que plantea Vox. Casi a la vez que el Congreso debate dos iniciativas de la ultraderecha de marcados tintes xenófobos, Casado ha pedido rechazar estas ideas y el PP no se sumará este martes a las propuestas parlamentarias de Vox, tal y como ha anunciado la portavoz, Cuca Gamarra. El presidente ha situado a su partido como “alternativa a los radicalismos y populismos a izquierda y derecha”.

Pero el PP sabe que los 31 procuradores de Mañueco no son suficientes, ni mucho menos. Por eso, ha señalado que el PP es “por convicción un partido que dialoga y alcanza acuerdos, a nuestra izquierda y a nuestra derecha”. “En otro eje también”, ha añadido, en referencia velada a los partidos provinciales a los que el propio Mañueco ninguneaba esta mañana.

“Pero quiero decir que tenemos límites para pactar y acordar. Nuestros principios son nuestras condiciones. Y no vamos a renunciar a ellos, nunca”, ha espetado. “La igualdad no es negociable, ni la cohesión territorial, ni la integridad autonómica, ni la integración en Europa”, ha planteado. “No aceptamos el revisionismo constitucional, ya sea en contra de las comunidades autónomas, las diputaciones o la monarquía”, ha sumado, para concluir: “Quien quiera pactar, tendrá que aceptarlos y respetarlos”.

Mensaje interno: “Ser autoexigentes, no autodestructivos”

Casado ha aprovechado su discurso para lanzar algunos mensajes internos. Primero ha planteado defender los “cimientos” del PP, que “no son de los de ningún populismo”. El presidente ha dicho que el PP es, ahora mismo, el partido de su familia europea al que mejor le va, después del “hundimiento” de la CDU-CSU alemana, el “desmembramiento” en Francia o “los líos” en Italia.

El líder de la oposición ha pedido “ser autoexigentes, no autodestructivos” y, en una referencia velada al discurso de José María Aznar durante la campaña, ha apuntado: “No estoy en política para llegar donde sea, como sea, ni hacer lo que sea. No fue el mandato que me dio el partido”.

“No podemos malgastar más energías en refriegas estériles por ver quién tiene la ocurrencia más sonoras”, ha planteado, sin mencionar a nadie. Ayer mismo, Ayuso y su equipo recuperaron otra vez la presión para asumir cuanto antes el mando del PP de Madrid.

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