Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El encargo de la investidura da al menos un mes de oxígeno interno a Pedro Sánchez

El candidato del PSOE a la presidencia del Gobierno, Pedro Sánchez

Irene Castro

El encargo del rey a Pedro Sánchez para que intente sacar adelante su investidura le permite al menos un mes de tregua interna. Después de que se hiciera oficial que será el socialista el que dé un paso al frente para intentar llegar a Moncloa, no se ha escuchado ninguna voz discordante en el seno del partido donde, en el último mes, se ha evidenciado la división. Los barones más críticos han dado públicamente luz verde al secretario general para que intente alcanzar un acuerdo, pese a la resolución que forzaron a finales de diciembre en la que le impedían sentarse a negociar con quienes abogaran por el soberanismo o la consulta en Cataluña. El candidato del PSOE se juega en aproximadamente un mes la presidencia del Gobierno y buena parte de sus posibilidades de seguir al frente del partido, si el escenario final es el de una nueva cita electoral.

Pablo Iglesias y las confluencias siguen defendiendo el referéndum como salida para la crisis territorial, pero en la dirección del PSOE están convencidos de que ya no lo imponen como condición sine qua non en las negociaciones sobre el Gobierno. “Ya no hacen bandera de eso”, llevan semanas diciendo las fuentes oficiales del PSOE. En esa misma línea se pronuncia un miembro de la dirección, que considera que Podemos dejará a un lado la consulta al igual que “renunció en diez días al planteamiento de la OTAN”.

A pesar de que Podemos no ponga este tema sobre la 'mesa negociadora', Sánchez tiene sobre la suya el mandato del Comité Federal de los socialistas, que le prohibió “iniciar el diálogo” con quienes no renunciaran al soberanismo o las consultas. Esa fue la principal condición impuesta por los barones.

Sin embargo, después del encargo del rey, la imposición se ha rebajado. Los barones más críticos han animado a Sánchez, que aseguró que se iba a sentar con todos los partidos con representación parlamentaria, a que comience a negociar. Ninguno de ellos ha recordado la línea roja planteada hace poco más de un mes. “Habrá que dar el beneficio de la duda a ver si hacen esos planteamientos”, expresan fuentes del socialismo andaluz. La idea que tienen ahora en la cabeza en los distintos sectores del PSOE es que no se negocie sobre la posible celebración de una consulta: el “soberanismo durmiente”, como lo acuñó el sábado el presidente aragonés.

Las fuentes consultadas dan por hecho que Sánchez tendrá tranquilidad interna mientras duren las negociaciones. “Yo lo veo todo tranquilo”, dice un miembro de la Ejecutiva Federal, que remite a las declaraciones que ha hecho este miércoles Susana Díaz. La presidenta andaluza ha asegurado que estará para “ayudar, ser respetuosa y dejar que mis compañeros trabajen, porque la situación es difícil y complicada”. Además, ha planteado que el PSOE debe poner “a España y a los ciudadanos por encima de los intereses del partido”.

Ximo Puig, alineado con Díaz, ha asegurado que “no hay ningún veto a Podemos” y que Sánchez no solo podrá formar el Gobierno que quiera sino que el partido “le va a apoyar y ayudar para que eso sea posible”. También su homólogo aragonés ha alentado a Sánchez. El extremeño Guillermo Fernández Vara también ha asegurado que el secretario general tiene “las manos libres” en el “modus operandi” para poder conformar gobierno.

La nueva situación se produce apenas unos días después de que los más críticos del PSOE advirtieran de los riesgos de pactar con Podemos y directamente negaran a Sánchez la posibilidad de apoyarse en las fuerzas independentistas para llegar al Gobierno. “No admitiría el voto de los soberanistas”, le dijo a puerta cerrada Susana Díaz. El candidato ha tenido un gesto que sirve de puertas para dentro: no ha convocado a ERC y Democracia y Libertad a la ronda inicial de consultas y ha dicho no se reunirá con Bildu. Este martes aseguró, no obstante, que hablaría con ellos, aunque no buscaría su apoyo y se reuniría para decirles que no está de acuerdo con sus posturas. Fue suficiente para los socialistas andaluces, según las fuentes consultadas.

El calendario de los críticos cuadra

“Ahora remamos todos en la misma dirección”, admite un destacado dirigente andaluz. Ese es el escenario que se encontrará previsiblemente Sánchez en el próximo mes. Es el tiempo que, pese a las reticencias de Podemos y el PP -que quieren que la sesión de investidura se celebre antes-, le dará Patxi López para que lleve a cabo las negociaciones.

El calendario de Sánchez le llevaría a la sesión de investidura a inicios de marzo. Antes debe preguntar sus militantes si aprueban el acuerdo con el que buscará la presidencia. Como tarde a mediados de marzo debería saberse si hay o no presidente. Si Sánchez no lo consigue nada indica que el PSOE no tenga tiempo de celebrar un Congreso que discuta el liderazgo antes de enfrentar una nueva campaña electoral.

Ferraz cedió ante el sector más crítico y adelantó la cita de ese Congreso del PSOE. La maniobra de las federaciones 'díscolas' perseguía que, si el líder fracasa en su intento, diera tiempo para “rearmar ideológicamente al partido” e incluso encontrar un nuevo líder. Con los plazos que maneja el PSOE, ese escenario sigue abierto y hay en él tres posibilidades: que Sánchez sea presidente y sea revalidado por aclamación; que no logre estar en Moncloa pero no tenga rival o que fracase en su investidura y tenga que enfrentarse en primarias a otro candidato. Todos miran a Susana Díaz, que guarda silencio. La presidenta andaluza no ha vuelto a repetir sus metáforas sobre ese tren que podría volver a pasar, mientras ella espera en un andén con las maletas facturadas destino a Ferraz.

Etiquetas
stats