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Expertos constitucionalistas descartan que el rey posea margen para desbloquear la gobernabilidad

El rey Felipe VI.

Gonzalo Cortizo

La complicada situación política ha puesto sobre la mesa de Felipe VI una de las decisiones más complicadas en la historia de la monarquía parlamentaria: limitarse a dar cuenta de la actual situación de bloqueo o moverse en el estrecho margen de sus competencias para empujar la gobernabilidad.

El monarca ha iniciado la cuarta ronda de contactos con los portavoces parlamentarios en menos de un año. De la legislatura anterior quedará para la historia la decisión de Rajoy de declinar la propuesta del rey de ir a la investidura y la designación para que Pedro Sánchez lo intentase después de haber obtenido una renta de 90 diputados en las elecciones de noviembre.

Sobre lo que ha ocurrido y lo que viene por delante hemos pedido opinión a dos catedráticos de Constitucional. Francisco J. Bastida es catedrático en la Universidad de Oviedo y Javier García Fernández ocupa el mismo puesto en la Complutense de Madrid. Con ellos hemos conversado sobre gobernabilidad y borboneo.

¿Creen que el rey se equivocó en la anterior legislatura designando a un candidato que no tenía los apoyos para salir elegido?

Francisco J. Bastida: Creo que no es un error porque el candidato le dijo que iba a intentarlo y que necesitaba negociar.

Por otra parte, habría que saber a quién nombró porque lo de Rajoy quedó en el aire. Me entra la duda de si el rey llegó a nombrar a Rajoy porque, a mi juicio, es obligatorio aceptar el nombramiento que haga el rey.

Ante la inhibición de Rajoy, proponer a Sánchez tenía la ventaja de que echaba a correr el plazo de dos meses.

Javier García Fernández: No se equivocó porque el candidato transmitió al rey la idea de que podía obtener apoyos.

Es el mismo caso que protagonizó Aznar en 1996 cuando el rey Juan Carlos le designó como candidato aunque no había iniciado aún las negociaciones con los nacionalistas que le acabaron apoyando para la presidencia.

¿Qué opinan de las declaraciones en las que Albert Rivera pedía que el rey presione ahora al PSOE para que se abstengan?

Francisco J. Bastida: Totalmente improcendentes. No tiene que presionar al rey. Rivera se extralimitó en su actividad como líder de un partido. Otra cosa es que el rey tenga que tantear qué apoyos tenga cada cual.

Javier García Fernández: Son unas declaraciones que denotan una absoluta ignorancia del señor Rivera. No sé qué profesión tiene el candidato de Ciudadanos, pero si se hubiera asesorado por algún constitucionalista no podría haber hecho una afirmación así que supone que el rey tiene unas atribuciones que la Constitución no le da.

¿Puede el rey hacer algo más que escuchar durante la ronda de contactos con los partidos políticos?

Javier García Fernández: Entiendo que no debe hacerlo. En la monarquía de Alfonso XIII, el rey se excedió constantemente en sus atribuciones, y eso acabó quemando a la monarquía. La Constitución se ha redactado muy bien para que el rey no se mezcle en la política. El rey es una especie de notario que constata qué apoyos tiene cada uno de los representantes de los partidos y con esa información decide. Se puede equivocar pero no puede hacer más que una propuesta o decidir que no hace ninguna, porque sabe que si propone y fracasa él también arrastra ese fracaso.

Francisco J. Bastida: Puede comunicarles a los demás la impresión que él tiene de las conversaciones que ha tenido hasta ese momento. Lo normal es que el rey proponga a aquel que le parece que pudiera contar con más apoyos. Eso no es borbonear.

En la pasada legislatura se habló de la posibilidad de pedir un informe al Consejo de Estado que reinterpretase la constitución para poder disolver anticipadamente si no hay un candidato. ¿Qué les parece la propuesta?

Javier García Fernández: Es verdad que en la Constitución hay una laguna y no se ha previsto que nadie quiera solicitar la investidura. Habría que buscar una salida que no puede proceder ni del Gobierno ni del rey, porque haría pensar que unos u otros están intentando forzar lo que la constitución no ha aclarado.

Si transcurren muchos meses hay que buscar una solución partiendo del Congreso de los Diputados.

Francisco J. Bastida: Totalmente improcedente porque el supremo intérprete de la constitución es el Tribunal Constitucional, que es a quien debería dirigirse esa consulta.

La Constitución es muy clara al respecto. Por eso yo propuse modificarla para cambiar el artículo 99.5 y solucionar el problema de los plazos planteando una fecha fija que empezaría a contar desde la fecha de las elecciones. Con un modelo así, los políticos se espabilarían más y se pondrían las pilas.

La Constitución deja abierta la puerta a que el rey proponga a un candidato diferente a los que proponen los partidos políticos. ¿Creen que Felipe VI podría jugar la carta de proponer un candidato independiente?

Francisco J. Bastida: Que alguien puede ser candidato sin ser diputado lo establece la Constitución. Podría hacerlo. De hecho es la opción que se barajó en el 23F para plantear la posibilidad de un Gobierno presidido por Armada. En esta situación se está produciendo un bloqueo de las instituciones y al rey le corresponde velar por el normal funcionamiento de las mismas.

El rey podría sugerirles a los demás partidos que valorasen la posibilidad de una persona que no fuese de un partido político en concreto pero no lo hará si los partidos no están de acuerdo.

Javier García Fernández: No es imaginable que el rey proponga a alguien que no haya pasado por la mente de los principales partidos. La iniciativa tendría que venir de los partidos y no del rey.

¿Creen que habrá terceras elecciones?

Francisco J. Bastida: Yo creo que no. Lo más sensato sería que el PSOE convierta la investidura en una moción de censura virtual a Rajoy (si es que acepta ser candidato).

Una vez eso suceda, el rey tendría que hacer una nueva propuesta y ahí el PSOE podría valorar abstenerse ante otro candidato que fuese de su agrado, aunque fuese del PP. Sería lo más razonable.

Javier García Fernández: No lo descarto pero me parece arriesgado porque unas terceras elecciones desprestigiarían a la democracia ante los ciudadanos. Habría que llegar a un acuerdo político para evitarlas.

Aprovecho la pregunta para rechazar una idea que le escuché a la vicepresidenta del gobierno que vino a decir que estaba en peligro la subida de las pensiones y el incremento del salario de los funcionarios. Sorprende que esta señora no sepa que la Constitución ha previsto que los presupuestos se prorroguen automáticamente y sorprende que lo diga cuando el gobierno del presidente Rajoy es el que más ha impedido la mejora de las percepciones para pensionistas y funcionarios.

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