Felipe VI apuesta por el continuismo en el inicio de su reinado
“No esperéis ningún movimiento espectacular por parte del nuevo rey en estos primeros meses”. En estos téminos se manifiestan fuentes de Zarzuela consultadas por eldiario.es para echar por tierra la posibilidad de que los llamamientos a la transparencia y honradez de las instituciones realizados en su discurso ante el Congreso vengan acompañados por gestos o cambios inmediatos.
La estrategia de Felipe VI se basa en avances lentos para una monarquía que, en sentido estricto, se seguirá gobernando en sus inicios en los términos a los que no tenía acostumbrados.
“La Corona debe buscar la cercanía con los ciudadanos, saber ganarse su aprecio, su respeto y su confianza, y para ello velar por la dignidad de la institución, preservar su prestigio y observar una conducta íntegra, honesta y transparente”. Felipe VI pareció anunciar así un cambio en el estado de las cosas y algún movimiento en materia de transparencia. Según fuentes de Zarzuela, la institución va a seguir ampliando poco a poco los criterios de transparencia con respecto a sus cuentas y a la comunicación externa de las actividades emprendidas por el nuevo monarca.
Felipe VI tiene ultimadas las decisiones sobre el equipo con el que se habrá de acompañar en su reinado. Se da por segura la salida de Rafael Spottorno y también el relevo en la jefatura de comunicación de la Casa Real. Jaime Alfonsín, apoyo indispensable para Felipe de Borbón en los últimos años, se convertirá en el jefe de la Casa del Rey. Los relevos, sin embargo, se producirán al estilo del nuevo monarca: sin prisa ni estridencias, poco a poco.
La agenda inmediata de Felipe VI tampoco ofrece grandes novedades. Su primer acto público, fijado para este sábado, es un encuentro con los representantes de las asociaciones de víctimas del terrorismo, a quienes también citó expresamente en su discurso de proclamación. En cuanto a los viajes, Zarzuela ha fijado como prioridad las visitas a los países vecinos: Marruecos, Francia y Portugal serán los primeros destinos institucionales para el nuevo rey.
El cambio más significativo que acompaña al relevo en la monarquía es el destierro público de la infanta Cristina, por su vinculación con el caso Nóos. Felipe de Borbón se presentó como rey en un acto con multitud de invitados pero al que se prohibió a su hermana la presencia. Zarzuela da por hecho que la suerte de la familia Urdangarin y la de la monarquía ya no van de la mano.
Durante el acto de proclamación de Felipe VI se dio la paradoja de que se vetó la presencia de la infanta Cristina pero no la de su abogado, Miquel Roca (invitado al acto en reconocimiento a su figura como padre de la Constitución).
Falta aclarar en Zarzuela qué papel otorga el nuevo monarca a su predecesor en el cargo. El rey Juan Carlos ha conseguido mantener sus honores nominales y el título de rey, pese a la abdicación. Para él se reserva un debate todavía en marcha de cara a los movimientos que el Gobierno primero y el Parlamento después deben emprender a fin de incluir a la figura del rey cesante en el amplio listado de aforados con los que cuenta el sistema jurídico español. Pese a que Zarzuela se ha hecho acompañar de PP y PSOE en cada uno de los movimientos vinculados a la renuncia del rey, en esta ocasión los socialistas tienen más problemas para participar sin fisuras en ese debate.