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El Gobierno se niega a comentar los SMS de Moragas y alega que son “privados”

La vicepresidenta del Gobierno ha evitado entrar en la cuestión de los SMS.

Luz Sanchis

El Gobierno ha dado la callada por respuesta sobre la revelación de los SMS que se intercambiaron Jorge Moragas, jefe de Gabinete de Mariano Rajoy, y Victoria Álvarez, exnovia del primogénito de Jordi Pujol. Las maniobras en las que Moragas animó a Álvarez para que denunciara la corrupción de la familia y la evasión de su fortuna a Suiza han quedado al descubierto en los mensajes publicados por eldiario.es.

La vicepresidenta encaraba la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros dispuesta a insistir en que la masiva manifestación de la Diada no iba a suponer ningún cambio en la estrategia del Gobierno respecto a la consulta que reclama la Generalitat de Cataluña. A su lado, Ana Mato se disponía a publicitar de nuevo su plan para mejorar la situación de los discapacitados y fomentar el empleo juvenil.

Pero la polémica que ha supuesto la revelación de los mensajes ha provocado que varios medios se interesen y pregunten a la vicepresidente. Dos de ellos, de distinta orientación ideológica, lo han conseguido. Tanto el redactor de Libertad Digital como la de La Vanguardia han aprovechado sus turnos de palabra para preguntar a Soraya Sáenz de Santamaría. Y lo han hecho sobre el contenido de los SMS de Moragas a Álvarez y para interesarse sobre “si el Gobierno hizo algo para acelerar o instar el proceso contra los Pujol”, dado que el propio Moragas reconoce que una confesión de la exnovia del hijo mayor “salvaría a España”.

La respuesta de la vicepresidenta se ha limitado a tradicional “este Gobierno tiene por costumbre no comentar comunicaciones privadas que se han hecho públicas”. La afirmación no es del todo cierta. Aunque Rajoy se negó en varias ocasiones a responder sobre los mensajes telefónicos intercambiados con Luis Bárcenas que publicó el diario El Mundo, acabaron forzando una comparecencia en el Senado. El presidente alegó en un primer momento que que no podía “salir al paso cada día de rumores o informaciones interesadas” y que probaban que él “no se había sometido a ningún chantaje” por parte de su extesorero. Al final, tuvo que dar explicaciones en la Cámara Alta.

Cuando a Sáenz de Santamaría se le ha preguntado este viernes por las maniobras para que el caso Pujol saliera a la luz y que han partido del círculo más cercano a Rajoy, sólo ha acertado a decir que el hecho de que el propio Jordi Pujol hubiera difundido un comunicado que supone “una confesión de parte” es “un elemento muy importante”. El propio fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, ha reconocido que se pueden obtener de los mensajes “conclusiones políticas” y que este tipo de interferencias generan “sospechas” y no son “positivas para la credibilidad de las instituciones”.

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