Un oficial de la Policía justifica el disparo de balas de goma en un colegio de Barcelona como “último recurso” ante la “hostilidad” de los concentrados
Un oficial de los antidisturbios de la Policía Nacional justifica el disparo de balas de goma en el colegio Ramon Llull de Barcelona como “último recurso” ante la “hostilidad” de los concentrados. A la salida del centro, explica, centenares de personas formaron “una jaula”. “Nos cierran por delante y por detrás”, recuerda. Escribe Oriol Solé.
“Nos llamaban ‘hijos de puta’, ‘fascistas’, ‘tenía que volver la ETA y mataros’, ‘perro te tenías que morir’”, explica. El oficial fue herido por el lanzamiento de una valla que le impactó en el pie. Otro agente que intervino en el colegio explica que también resultó herido por el lanzamiento de “adoquines, vallas y todo tipo de mobiliario urbano”.
“Yo iba en la parte de atrás y no vi usar las defensas y debido a la gran hostilidad los compañeros tiraron pelotas”, explica este agente. El oficial precisa que sí se utilizaron. En este centro están imputados 17 agentes por las denuncias de 33 concentrados, así como el hombre que perdió la visión del ojo izquierdo por una bala de goma, Roger Español, por lanzar una valla a los agentes.
Por otro lado, un agente que intervino en el colegio Joan Fuster explica que resultó herido en el dedo de la mano “en el forcejeo intentando sacar al muro de gente uno a uno”.