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Mónica García apuesta por sí misma

Más Madrid rechaza concurrir con Podemos: "No podemos sumar más testosterona"
Madrid —

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Madrid, 16 mar (EFE).- Avalada por su trayectoria activista en el ámbito sanitario y por su rol de cara visible de la oposición al Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, la médico y diputada autonómica Mónica García ha apostado por sí misma para liderar la candidatura de Más Madrid a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, rechazando una coalición electoral con Unidas Podemos y Pablo Iglesias.

Como portavoz adjunta de Más Madrid en la Asamblea, García (Madrid, 1974) ha protagonizado un fulgurante ascenso político y mediático en el último año, cuando la pandemia ha puesto en valor su perfil de profesional sanitaria y se ha convertido en una de las voces críticas más potentes contra la gestión de Ayuso.

En los seis años que lleva como diputada, García siempre ha compaginado la actividad política con su puesto de anestesista en el hospital Doce de Octubre, y desde esa primera línea ha denunciado asuntos como la situación de los mayores en las residencias o la construcción del hospital Isabel Zendal.

Su creciente exposición pública tuvo reflejo a nivel interno, dado que el proceso reorganizativo de Más Madrid la encumbró como líder orgánica de la formación, colocándose así en la casilla de salida para liderar su candidatura electoral sin necesidad de un proceso de primarias que la refrende.

De esta posición de fuerza, y de la que ostenta Más Madrid ante Podemos (20 diputados contra 7 en la Asamblea), parte la negativa de García a Iglesias, que ayer sacudió el tablero político con su salida del Gobierno para ser candidato en Madrid y ofreció al partido de Íñigo Errejón la posibilidad de concurrir juntos a las elecciones.

García ha sido tajante: “Disponer de tres opciones (PSOE, Más Madrid y Podemos) es la mejor forma de movilizar con garantías de representación”, y a la “irresponsabilidad” de Ayuso al convocar elecciones en plena pandemia “no podemos sumarle ni más frivolidad, ni más espectáculo, ni más testosterona”.

También ha lanzado un reproche en clave feminista a Iglesias, que en Podemos reemplazará como candidato a Isa Serra: “Las mujeres estamos cansadas de hacer el trabajo sucio para que en los momentos históricos nos pidan que nos apartemos, hemos demostrado con creces que sabemos frenar a la ultraderecha sin necesidad de que nadie nos tutele”.

García quiere ser presidenta, lo ha dicho claramente, y aspira a mantener la prevalencia en el espectro progresista de Más Madrid, que en los comicios de 2019 obtuvo un 14,7 % de los votos frente al 5,6 % de Unidas Podemos.

Eran otras circunstancias: Más Madrid acudió a la cita con todo el impulso del ticket electoral que formaban Manuela Carmena e Íñigo Errejón, mientras que Unidas Podemos tuvo que montar una candidatura a contrapié tras quedarse sin candidato por la salida de Errejón.

García, que aterrizó en la Asamblea en 2015 como diputada de Podemos, fue una de las numerosas figuras del bando 'errejonista' que tomaron partido por Más Madrid al producirse la ruptura con el partido morado a principios de 2019.

Antes de llegar a la política 'profesional' ya atesoraba un bagaje reivindicativo, pues estuvo involucrada en la Marea Blanca y, como portavoz de la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM), fue uno de los rostros visibles de la lucha contra la privatización sanitaria impulsada por el entonces consejero de Sanidad, Javier Fernández-Lasquetty.

Precisamente con él (ahora consejero de Hacienda) tuvo uno de sus encontronazos parlamentarios más sonados, a cuenta de un supuesto gesto ofensivo de la diputada durante una sesión de control, interpretado como un disparo por los populares al señalar con el dedo.

Ahora le tocará confrontar a gran escala, en el mayor escenario posible, una campaña con Ayuso como rival en la que tendrá que equilibrar el mensaje de la unidad de la izquierda con la conservación de su perfil propio frente a la irrupción de Iglesias.

Juan Vargas

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