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PP y PSOE desconfían de la palabra de Ciudadanos: Casado quiere que cualquier acuerdo quede por escrito

La bancada de Ciudadanos en el Congreso de los Diputados.

Iñigo Aduriz

Ciudadanos ya no inspira confianza ni al PP ni al PSOE. Ambos partidos que en el pasado reciente suscribieron distintos acuerdos políticos, de investidura o de gobierno con la formación que preside Albert Rivera, denuncian ahora sus “bandazos” y cambios de criterio y prefieren no contar con el grupo que se define como liberal –hasta 2017 se identificaba como socialdemócrata– para hipotéticos pactos postelectorales tras los comicios generales del 28 de abril y las autonómicas y municipales del 26 de mayo.

Los de Rivera, que tras las generales del 20N de 2015 lograron un acuerdo para investir como presidente a Pedro Sánchez y que tras fracasar el pacto hicieron a Mariano Rajoy presidente después de las elecciones del 26J, aprobaron en su Ejecutiva del lunes no pactar con el PSOE para que el actual jefe del Gobierno pueda resultar reelegido. Consideran que “los socialistas tienen que pasar a la oposición” como castigo por el diálogo del Ejecutivo con la Generalitat catalana y las fuerzas independentistas.

El veto no incluye posibles pactos con los socialistas en comunidades y ayuntamientos, lo que ha despertado los recelos tanto de PSOE –que sitúa a los de Rivera en el mismo bando que a la extrema derecha– como del PP, que en los últimos meses había incluido siempre a Ciudadanos y a Vox en el “bloque de centro derecha” que pretende liderar para desbancar a la izquierda de todas aquellas administraciones en las que los tres partidos puedan sumar apoyos. 

La desconfianza por parte del PSOE hacia Ciudadanos se motiva, principalmente, en el acuerdo alcanzado por la derecha para gobernar Andalucía después de 36 años de hegemonía socialista y en la foto de la concentración de la Plaza de Colón del pasado 10 de febrero convocada por el PP y el partido de Rivera, a la que se sumaron Vox y fuerzas ultraderechistas y neonazis. 

Las “chaquetas” de Rivera

Esa imagen de Colón en la que se pudo ver por primera vez juntos a Rivera y Santiago Abascal –una foto que el líder de Ciudadanos había tratado de evitar a toda costa en las últimas semanas– es mencionada permanentemente por los dirigentes del PSOE y del Gobierno para atacar al partido naranja y volvió a ser utilizada este miércoles por el propio Pedro Sánchez durante la sesión de control al Ejecutivo que tuvo lugar en el Congreso. 

“Usted debe de tener un armario lleno de chaquetas”, ironizaba el jefe del Gobierno durante su respuesta a Rivera, que le preguntaba sobre su valoración acerca de la actualidad política. En opinión de Sánchez, durante la concentración de Colón Rivera “dejó la chaqueta de supuesto liberal y se puso una chaqueta que huele a naftalina, la de la ultraderecha”.

El presidente del Gobierno también lamentaba que Ciudadanos ponga al PSOE “un cordón sanitario” siendo el suyo “un partido que lleva 140 años sirviendo a España y que ha gobernado el país durante la mayoría de los años de la democracia”. Para Sánchez el concepto de la democracia de Rivera es “excluyente”, porque con su veto no excluye solo al PSOE o a él como candidato a la Moncloa, sino a los millones de españoles que votan a este partido.

Cada vez que se le pregunta sobre los posibles pactos futuros con el partido de Rivera, el líder del PP, Pablo Casado, insiste, por su parte, en que la “única garantía” de que no gobierne la izquierda es votar a los populares. El presidente del PP asegura tener una “muy buena relación” con Albert Rivera porque ambos dicen defender “la Constitución y la unidad de España”, pero recuerda que el líder de Ciudadanos pactó con Sánchez en 2015 y con Susana Díaz en Andalucía, por lo que considera que no es de fiar. “A nosotros no nos preguntan si vamos a pactar con Sánchez porque somos creíbles”, apuntaba el martes en una entrevista en Telecinco.

“El juego del filibusterismo”

Fuentes de la dirección del PP insisten en que, pese a lanzar esas sospechas, la intención de Casado es “no tocar un pelo” a Ciudadanos durante la campaña electoral porque no quiere “polemizar” con sus “posibles socios”. Génova advierte, de todas formas, de que ante los “bandazos” de los de Rivera en el caso de tener que lograr algún acuerdo con el partido “todo quedará por escrito” para garantizarse ese respaldo durante toda la legislatura. 

Este miércoles, el vicesecretario de Comunicación del PP, Javier Maroto, consideraba que si en la noche electoral del 28A se vislumbra que “hay un gobierno del PP, con una mayoría clara que lo sustente, no habrá retraso”, pero advertía de que “si hay cualquier otra posibilidad, retrasarán todo lo posible y comenzaran el juego del filibusterismo con las consultas al rey, con engaños y pactos por detrás”.

El de Maroto era un contundente dardo contra los de Rivera, a quien reprochaba que en 2016 ya prometió que no haría presidente ni al propio Sánchez ni a Mariano Rajoy y finalmente alcanzó acuerdos con ambos.

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