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El PP se venga del PSOE y se arriesga a que Villarejo declare en la comisión de investigación del espionaje a Bárcenas

El excomisario Villarejo durante una declaración en el Tribunal Superior de Justicia de Madrid.

Iñigo Aduriz / Irene Castro

27 de enero de 2021 18:37 h

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El Partido Popular de Pablo Casado ha decidido lanzar su venganza contra el PSOE por la creación de la comisión de investigación en el Congreso sobre el espionaje al extesorero del PP Luis Bárcenas, la llamada Operación Kitchen, ordenada presuntamente por el Gobierno de Mariano Rajoy y que también se está investigando en los tribunales. El órgano parlamentario impulsado por los socialistas y Unidas Podemos, apoyado por el resto de fuerzas políticas menos la de los populares, se puso en marcha el pasado viernes a pesar de que el PP pidió expresamente que sus trabajos se paralizaran hasta que se celebraran las elecciones catalanas del próximo 14 de febrero, un retraso que fue, sin embargo, rechazado por la izquierda, que tiene mayoría en la Mesa de la citada comisión.

La idea de los grupos proponentes era que en las próximas semanas desfilara por el Congreso la plana mayor del PP de los últimos años. Pero, en respuesta, el partido de Casado presentó este miércoles otro listado en el que incluyeron a miembros del Gobierno actual, que no tenían ningún papel institucional durante el espionaje, como el vicepresidente Pablo Iglesias, la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el de Interior, Fernando Grande-Marlaska, además de la fiscal general del Estado, Dolores Delgado, la vicepresidenta del Congreso y exdirigente de Podemos Gloria Elizo, el exmagistrado Baltasar Garzón o los exministros socialistas Juan Alberto Belloch y Mariano Fernández Bermejo.

Pero el principal golpe de la dirección del PP dirigido específicamente contra el PSOE fue la solicitud de los populares para que comparezca en la comisión de investigación sobre la Operación Kitchen el excomisario José Manuel Villarejo. Sus audios permitieron iniciar las pesquisas sobre el espionaje a Bárcenas con el que el Ministerio del Interior del Gobierno de Rajoy habría tratado de torpedear el avance de la causa sobre la financiación ilegal del PP –la llamada caja B–, llegando a utilizar fondos reservados para ese dispositivo de seguimientos y escuchas al extesorero del partido. Los populares se arriesgan así a que Villarejo pueda realizar alguna declaración que les perjudique, con el objetivo de que también tire de la manta sobre actuaciones irregulares que el expolicía pudiera haber realizado presuntamente por orden de Gobiernos socialistas.

El pasado 3 de noviembre, Villarejo aseguró en una entrevista en El País que se consideraba como un “elemento que todos los Gobiernos, de izquierdas o de derechas, han entendido que era un solucionador de problemas”. Preguntado expresamente sobre los supuestos trabajos que había ejecutado a petición del PSOE, el excomisario respondió: “Muchísimas cosas. Se ha creado la comisión Kitchen [en el Congreso de los Diputados] y se han puesto de acuerdo el PP y el PSOE para que yo no vaya”. El expolicía no contaba entonces con que los populares decidirían finalmente pedir su comparecencia con el objetivo de involucrar a los socialistas en prácticas irregulares, aún cuando sus declaraciones pudieran afectarles también a ellos. Oficialmente, fuentes del PP en el Congreso preguntadas por la inclusión de Villarejo en su listado de comparecientes explican a elDiario.es que la citación se debe a que el partido “considera importante su testimonio”.

La posición del PP choca con la que mantuvieron en el pasado, cuando se aliaron con PSOE y Ciudadanos para evitar que el excomisario declarara en el Congreso con motivo de la comisión de investigación de la policía política. El PSOE argumentó entonces que no quería que la comisión se convirtiera en un “show”. En aquella ocasión lograron evitar la presencia de Villarejo en la Cámara Baja que solicitaban grupos como Unidas Podemos o ERC, pero en esta ocasión, el PP se suma a la mayoría parlamentaria que reclama su declaración, por lo que el excomisario acudirá al Congreso si no cambia de opinión.

PSOE y Unidas Podemos presentan listados diferenciados

A pesar de que la dirección del PSOE ha estudiado la posibilidad de citar a Villarejo dada su relación con el espionaje, el partido de Pedro Sánchez ha decidido finalmente que no quiere que acuda a la comisión del Congreso al considerar que “no está colaborando con la justicia” y que puede aprovechar para torpedear la investigación. “No va a arrojar ninguna luz”, aseguraron este miércoles fuentes socialistas. El excomisario no fue, por tanto, incluido en el listado de comparecientes registrado por el PSOE. Esa decisión provocó que los socios de coalición no registraran un documento conjunto, como era la intención inicial. La otra discrepancia es la citación por parte de Unidas Podemos a la exvicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría en su calidad de antigua responsable del CNI y al director de Okdiario, Eduardo Inda.

Los dos partidos coincidieron, sin embargo, en citar a Rajoy, la exsecretaria general de los populares María Dolores de Cospedal –a la que la Fiscalía ha pedido imputar en la Kitchen– el exministro del Interior Jorge Fernández Díaz, el exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez –ambos imputados en la trama– o los máximos responsables policiales durante la Operación Kitchen, Ignacio Cosidó y Eugenio Pino. Todos ellos son algunos de los principales dirigentes del PP de los últimos lustros que, pese a las reticencias del equipo de Casado, podrían empezar a declarar en el Congreso en las próximas semanas, incluso en plena campaña de las elecciones catalanas, con el perjuicio que generaría a los intereses electorales de los populares que su anterior cúpula circule por la comisión de investigación que centrará la atención mediática, además para hablar sobre uno de los casos de corrupción que les afecta directamente.

La estrategia de la dirección del PP siempre ha sido, no obstante, la de intentar desvincular a Casado de la Operación Kitchen. Aunque su currículum está estrechamente ligado al partido desde 2005, donde fue primero presidente de Nuevas Generaciones –las juventudes del PP– de la Comunidad de Madrid, hasta 2013, después diputado en el Congreso (desde 2011) y luego por último vicesecretario de Comunicación de la dirección del expresidente Mariano Rajoy, entre 2015 y 2018, hasta su triunfo en las primarias, el entorno del actual líder del PP alega que en ninguno de esos puestos Casado ejerció labores ejecutivas que puedan vincularle a asuntos como el del espionaje a Bárcenas, que se produjo en 2013.

El líder del PP siempre ha sostenido que entonces él no tenía responsabilidades orgánicas, ya que en ese momento tan solo era “un diputado por Ávila” y su designación como vicesecretario de Comunicación se produjo después de la salida de Jorge Fernández Díaz y Francisco Martínez –los dos principales imputados del caso– del Gobierno, que además no repitieron en las listas electorales.

Casado, citado en el careo de Fernández Díaz y Martínez

El líder del PP, sin embargo, no pudo evitar que su nombre fuera citado en el careo que mantuvieron en la Audiencia Nacional Fernández Díaz y Martínez, ambos imputados en la trama, el pasado noviembre. Durante la tensa conversación en la que hubo un duro cruce de acusaciones, Martínez expresó su disgusto con la dirección de Casado por la sensación de abandono que dice que siente, pese a no haber cometido ningún delito, según su versión. El exsecretario de Estado de Seguridad considera que Génova 13 contribuyó a que pareciera culpable cuando dejó de llevarle en las listas electorales. A este respecto y, según pudo reconstruir elDiario.es de varias fuentes presentes en la declaración, Martínez dijo: “Es una actitud indigna e inmoral del PP. Si el PP del señor Casado no sabe cuidar a la gente que ha trabajado bien, mucho me temo que no sabrán cuidar nunca a los españoles que no conocen”.

Génova 13 insiste en que Casado ha prometido mano dura ante cualquier implicación de dirigentes o exdirigentes en el espionaje a Bárcenas. “Caerá quien tenga que caer”, ha solido recalcar el propio presidente de los populares cada vez que se le ha preguntado por este asunto. El equipo de Casado remarca también que los hasta ahora principales implicados en la trama, Martínez y Fernández Díaz, forman parte “del pasado” del PP y que desde su elección como líder del partido, su máximo jefe siempre ha realizado un ejercicio de “regeneración” tratando de romper con algunas de esas prácticas que, según la dirección de los populares, les “abochornan”.

El núcleo duro del equipo de Casado insiste en que Martínez “ya no está en el partido”, que a Fernández Díaz se le abrió un expediente informativo en cuanto se conoció su imputación, tal y como establecen los estatutos, y que por el momento no temen la imputación de la exsecretaria general del PP y exministra de Defensa María Dolores de Cospedal solicitada por la Fiscalía. Cospedal fue uno de los principales apoyos de Casado en las primarias, que decantó su victoria frente a la archienemiga interna de la exdirigente, la exvicepresidenta del Gobierno Soraya Sáenz de Santamaría.

Esas mismas fuentes recalcan, en todo caso, que si finalmente Cospedal fuera imputada el partido seguiría la misma vía que con Fernández Díaz, siempre que en ese momento la también exministra siguiera militando en el PP. Sobre su vinculación con el triunfo de Casado, la dirección popular insiste en que el actual líder del PP planteó “un nuevo tiempo” al ganar las primarias y que desde entonces se han renovado todos los órganos internos con la premisa de “no pasar ni una” en materia de corrupción.

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