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El PSOE decide ir al cuerpo a cuerpo contra Ayuso y Feijóo para confrontar la ofensiva del PP

El presidente del Gobierno, durante la sesión de control de este miércoles

José Enrique Monrosi / Alberto Ortiz

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El combate político escala semana a semana un peldaño en el Congreso y en el Senado. El vacío que deja una legislatura en permanente stand by desde las elecciones del 23J y que ahora se enfrenta a meses de parálisis por las campañas electorales de Euskadi, Catalunya y las europeas, se llena en cada sesión parlamentaria de una colección de insultos, amenazas y acusaciones cruzadas de todo tipo. Una batalla de la que ni siquiera salen ya indemnes las parejas de Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo. 

El fuego, como de costumbre, lo abrió este lunes el PP. “Si vuelve a negarse a dar explicaciones habrá una investigación específica sobre los asuntos que afectan a su entorno más inmediato”. Con “su entorno más inmediato” Feijóo se refiere a la pareja del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, a quien el líder de la oposición amenaza con investigar en el Senado. Los populares la acusan, hasta ahora sin pruebas, de tener relación con el rescate público de la compañía Air Europa por haber mantenido encuentros de trabajo con Javier Hidalgo, consejero delegado de la multinacional a la que pertenece la compañía. 

Ese señalamiento de Feijóo a la pareja de Pedro Sánchez en sede parlamentaria es el último paso de una estrategia de oposición llevada al extremo por parte del Partido Popular. La ofensiva se extiende a los tiempos de Pablo Casado, que llegó a calificar como “felón” o “cacique” al presidente. Y ha tenido continuidad con el liderazgo de Alberto Núñez Feijóo, bajo el cual se han instaurado lemas hacia Sánchez como el “que te vote Txapote” o “me gusta la fruta”, el grave insulto [llamó “hijo de puta” al jefe del Ejecutivo] que Ayuso ha hecho eslogan.

Los ataques personales incluso a su ámbito privado se han intensificado desde que estalló el escándalo de la pareja de la presidenta madrileña desvelado por elDiario.es. Algo que en la Moncloa no creen que sea casual. “A nosotros nos estalló el 'caso Koldo', que es corrupción y es una vergüenza, ¿y qué hicimos? Expulsamos a Ábalos del partido y del grupo parlamentario, con lo que Ábalos supone para el PSOE. Cuando ha estallado lo de Ayuso lo que han hecho ellos es señalar a la pareja del presidente, y ya no nos vamos a callar”, sostienen desde el equipo de Pedro Sánchez. 

Están convencidos en las filas socialistas que ese señalamiento a la familia del presidente no es más que un intento de protección a Isabel Díaz Ayuso, en el ojo del huracán tras su defensa pública de su pareja, confeso defraudador fiscal, y sus ataques a la Fiscalía y la Agencia Tributaria o los de su mano derecha a los medios de comunicación. “Feijóo ha cerrado filas con Ayuso en un escándalo tan claro como este y no lo haría con cualquiera. Pero el miedo de lo que le pasó a Casado está ahí”, apunta un alto dirigente del PSOE. 

Tanto en Ferraz como en la Moncloa combaten la idea de que el Gobierno haya accedido a bajar la política al barro porque aseguran que solo se limitan a responder “a las mentiras” y a las “provocaciones” del PP. Aunque sí admiten que hay una reflexión de fondo que ha llevado a los de Pedro Sánchez a cambiar su tono en el choque dialéctico con la derecha. 

“Solo les ponemos ante el espejo”

“La pasada legislatura aprendimos que no nos podemos quedar callados ante las mentiras”, razona una de las personas más cercanas al presidente, que responde a la pregunta de por qué ahora el Gobierno también cruza líneas como la de señalar en público a la pareja de Feijóo o exigirle al líder del PP la dimisión de Ayuso. “Vimos que no confrontar su ataques y sus mentiras tiene un desgaste. Y por eso ahora respondemos. Pero la estrategia del ruido es de ellos, nosotros solo les ponemos ante el espejo”, sostiene esa misma fuente. 

“La Xunta de Galicia dio una ayuda de más de cien mil euros a una empresa en la que trabajaba su mujer”, dijo María Jesús Montero en el Congreso este miércoles en referencia a Eva Cárdenas, la pareja de Alberto Núñez Feijóo, y como respuesta a un ataque de la portavoz del PP a la pareja de Pedro Sánchez. Una retahíla, la de la compañera del presidente, a la que los populares le dieron cuerda casi en cada intervención y durante todo el Pleno. 

Antes, había sido el propio Pedro Sánchez quien había reclamado a Feijóo que forzara la dimisión de Ayuso por vivir en el piso de un defraudador fiscal. Una idea que apuntaló el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños. “No hay ningún presidente socialista que viva en una casa de un millón de euros que haya sido presuntamente pagada con dinero defraudado al fisco. ¿Y sabe lo que tampoco hacemos? Amedrentar periodistas, arremeter contra la fiscalía o la agencia tributaria”, le dijo a la bancada del PP.

El ministro de Transportes, Óscar Puente, que había llegado a acusar durante el Pleno a la presidenta madrileña de ser partícipe “a título lucrativo” de los presuntos delitos de su pareja, explicó en una entrevista en la Cadena Ser lo que mueve a su partido a llegar a este discurso. “Hemos estado viviendo seis años de agresión permanente. Lo hemos hecho sin responder, acogiendo esa tesis de que la izquierda tiene que aguantar. Y yo ahora he asumido el rol de poner pie en pared”.

Situaciones muy similares a las del Congreso se han convertido también en rutina en el Senado, donde este miércoles se llegó a verbalizar hasta un amago de enfrentamiento. Fue cuando el senador del PP Raúl Valero le dijo a la bancada socialista: “¿Cómo tienen la poca vergüenza de hablar de la gestión del señor Moreno Bonilla en materia de Formación y Empleo cuando el Partido Socialista, a través de los ERE, destinaban esos fondos para irse a clubs de alterne, mariscadas y drogas”. Tras las protestas de los senadores del PSOE, el presidente de la Cámara intervino para poner orden, aunque pudieron oírse algunos insultos. “Si me vuelven a decir sinvergüenza, ¿por qué no bajan aquí y me lo dicen a la cara?”, se encaró el senador del PP. 

A pesar de las continuas provocaciones de la derecha y de una ofensiva que se extiende ya a más de cuatro años, hay entre las filas socialistas voces críticas con una estrategia de confrontación permanente, convencidos de que el tono bronco que ahora empapa a la política española solo beneficia electoralmente a la derecha.

“Puente hace un papel necesario de defensa del partido y de azote a la derecha, pero en su tuit sobre Ayuso se pasa de frenada. Ni siquiera es defendido por nuestra gente porque alimenta el discurso de que todos somos iguales”, defiende un diputado veterano del PSOE en referencia a la mención del ministro de Transportes a la pareja de Ayuso como un “testaferro con derecho a roce”. Una crítica que extiende al diputado de Podemos, Javier Sánchez Serna, que en la sesión parlamentaria de este jueves dijo que la presidenta madrileña “apretó el gatillo” contra los mayores fallecidos en residencias durante la pandemia por el conocido ‘protocolo de la vergüenza'. 

Sumar intenta marcar distancias

Mientras, en Sumar intentan marcar distancias con la estrategia de su socio de Gobierno. Ya durante la sesión de control de la semana pasada, la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, evitó entrar en el cuerpo a cuerpo con el Partido Popular. “No voy a contribuir a este espectáculo”, dijo en una intervención en la que aprovechó para recordar los indultos por corrupción del PSOE. El contenido del discurso no gustó nada en las filas socialistas —ni Sánchez ni María Jesús Montero la aplaudieron al terminar—, que esperaban que la ministra de Trabajo cerrase filas con ellos. 

En la coalición de Yolanda Díaz están convencidos de que un escenario de choque entre el Gobierno y la oposición por la corrupción únicamente provoca desafección en la ciudadanía y sostienen además que quien acaba pagando ese coste son las fuerzas progresistas. “A la derecha no le perjudican estas cosas”, opina un dirigente de Sumar. Y por eso han evitado entrar en el terreno de la confrontación durante las sesiones parlamentarias. 

A la salida de la sesión de control de este miércoles, el portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, expresó su malestar. “Hoy hemos tenido una mala sesión de control, con malas formas y mal contenido. La política española no puede volver a convertirse en un cenagal bipartidista, en una batalla de gallos entre PP y PSOE”, criticó en declaraciones a los periodistas. Errejón pidió a su socio en el Gobierno un “esfuerzo de contención” para no regresar a la “política del barro” con la que, dijo, están muy contentos “los sectores reaccionarios”.

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