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El cruce de reproches entre Pedro Sánchez y Susana Díaz marca el debate de las primarias

Susana Díaz saluda a Patxi López, junto a Pedro Sánchez

Irene Castro

Susana Díaz, Pedro Sánchez y Patxi López prometieron un debate de “guante blanco”, un diálogo entre compañeros, pero al final ha sido un cruce de reproches prácticamente constante. Los tres aspirantes a la secretaría general del PSOE entraron en la contienda con dardos para todos los contrincantes.

Las propuestas políticas, económicas y sociales quedaron en un segundo plano y buena parte del duelo lo protagonizaron la presidenta andaluza y el exlíder socialista a costa del pasado, fundamentalmente la caída de Sánchez y la abstención en la investidura de Mariano Rajoy, en el único enfrentamiento que protagonizarán antes de la votación del 21 de mayo.

Sánchez empezó desde el inicio con el que había manifestado previamente que era su objetivo: demostrar a Susana Díaz que la abstención del PSOE fue un error. Así, en su minuto de introducción aseguró que se presentaba para paliar la “frustración” que esa decisión ha generado, a su juicio, en la militancia.

“Mucha gente considera que el PSOE ya no es la fuerza de izquierdas que era (...). Sé que es falso, pero esto es así –expresó al comenzar el bloque político–. Se ha dicho que el 'no es no' no es un proyecto político, claro que no, pero tampoco lo es la abstención”. Sánchez reiteró que es una maniobra que dejó al partido en “tierra de nadie” y aprovechó esa primera intervención para decir que el PSOE no puede ser “un partido de notables en el que deciden cuatro por todos”.

Díaz contraatacó rápido. Le reprochó los resultados del PSOE siendo él candidato, que atribuyó a los “bandazos” que dio durante su mandato. “Comprendo que la decisión de la abstención fue difícil y dolorosa, hay compañeros que lo han pasado mal –ha respondido-. En esta situación estamos porque ese PP tóxico, infame, nos ha provocado el mayor desastre electoral”.

La presidenta andaluza le recriminó a Sánchez que hable de un PSOE “cómplice del PP”. “¿Le conviene al PP el candidato que ha tenido dos derrotas o le conviene a la derecha el que ha ganado por 10 puntos al PP?”, se preguntó presumiendo de sus resultados en Andalucía.

Además, hizo un anuncio que quedará guardado en las hemerotecas: “Mi primer compromiso es que si el PSOE no remonta electoralmente, yo me marcharé sin hacer ruido, sin fracturar el partido, porque el PSOE es más importante que todos los que estamos aquí”.

Los “bandazos” de Sánchez

“Los ciudadanos no nos votaron porque no sabían qué PSOE estaban votando, al proCiudadanos o al que iba codo con codo con Podemos, si al que iba a sacar una bandera de España más grande que la de Colón o al de la plurinacionalidad”, arremetió Díaz, que ironizó con que la semana pasada fue muy “imaginativa” en la campaña de Sánchez, a quien acusó de ser “pro-Pedro Sánchez” por encima del PSOE.

Sánchez argumentó que los presidentes autonómicos socialistas que apoyan a Díaz gobiernan gracias a Podemos sin significar que se hayan “podemizado” ni que el pacto de la andaluza con Ciudadanos o el de López con el PP en Euskadi signifique se se “derechizaran”. El exlehendakari le ha contestado que, para aquel acuerdo, tenía razones como “catedrales”.

“Podemos pasarnos todo el día debatiendo lo que hicimos bien y lo que hicimos mal”, salió López en medio del rifirrafe. Tras admitir que la abstención fue un “error”, pidió que no centraran sus argumentos en la “melancolía”. No tuvo éxito porque el enfrentamiento siguió en esa línea. De hecho, recibió a mitad del encuentro un golpe de Sánchez por haberse abstenido en la investidura.

“Cuando me afilié era consciente de que perdía una parte de mi libertad”, comenzó López en su respuesta en la que advirtió de que si los dirigentes no aceptan o incluso promocionan “esta forma de no asumir las decisiones colectivas” perderían la “legitimidad para hacer que otros acepten las decisiones que no les gustan”. “No me gustó esa decisión, pero quiero que mi partido siga siendo mi partido, que cuando se tome una decisión, los militantes la asuman”, sentenció antes de hablar del modelo de partido.

El exsecretario general hizo un relato pormenorizado del “cuestionamiento” interno que sufrió por parte de Díaz desde el inicio de su mandato en 2014. “Tu problema no soy yo, Pedro, tu problema eres tú, porque todos te han abandonado”, le contestó Susana Díaz, que le recordó que solo tiene de su parte a siete de los 38 integrantes iniciales de su Ejecutiva.

“Mira, Pedro -comenzó Díaz en su rebate sobre lo sucedido el 1 de octubre en el Comité Federal que acabó con la dimisión de Sánchez–, se decidió una posición sobre tu persona, sobre un congreso en 15 días”. “Estoy convencida de que cuando hablas de un partido más horizontal también recordarás a Tomás Gómez”, reprochó Díaz sobre la decisión de apartarle de la carrera por la Comunidad de Madrid. También le recriminó los cambios que impuso desde Ferraz en las listas electorales, así como la inclusión de Irene Lozano.

Sánchez no le respondió y tampoco lo hizo en una rueda de prensa posterior. Lo que sí echó en cara a la presidenta andaluza es que montara 32 gestoras en la federación. “Nunca te voy a difamar por lo que diga un medio de derechas”, contestó Díaz sobre esa información, publicada en El Confidencial Digital.

Otro de los momentos de mayor discusión fue por Cataluña. Díaz recriminó a Sánchez sus cambios de posición respecto a la definición como nación de naciones o la España plurinacionalidad. “Eres la primera persona que yo he escuchado en este país hablar de nación de naciones culturales”, ironizó. Sánchez le respondió con un informe de una función asociada al PSOE andaluz y aseguró que defendió también la nación de naciones. “No mientas, cariño”, expresó Díaz en voz baja pero de forma claramente audible.

Díaz se defendió asegurando que ese texto corresponde a una fundación y que ella propone como solución la declaración de Granada que aboga por la reforma constitucional para que España asuma el modelo federal. “Estamos aquí porque tenemos 85 años, porque hemos dado muchos bandazos. Hemos dado tantísimos bandazos que entras y sales, sales y entras en la declaración de Granada. No digo que tú seas voluble, creo que vas cambiando de opinión según lo que te viene bien”, le espetó Díaz.

López volvió a salir entre medias: “Seguimos equivocándonos. En vez de decir qué proyecto ponemos encima de la mesa volvemos a hablar al debate de naciones que interesa a los independentistas”. “Pedro, ¿sabes qué es una nación?”, le preguntó al exsecretario general, que dio una definición. “¿Este es el debate de los socialistas o es cómo tener un modelo de Estado? ¿Recuperamos la política?”, reprendió.

La “incompatibilidad” de Díaz

El debate también tuvo momentos de reproches bilaterales. López aseguró que la secretaría general del PSOE reclamará 25 horas al día, en una clara alusión a que Díaz no debe compatibilizar ese puesto con la Junta. “No cuestionaré tu entrega, pero sí es verdad que los resultados fueron los que fueron, pudieron ser mejores”, respondió Díaz.

También Sánchez se sumó a esa propuesta, que dijo no ser necesaria porque los militantes ya lo harán “incompatible”, y reprochó que el presidente manchego, Emiliano García-Page, critique que María Dolores de Cospedal tuviera varios cargos y ahora apueste por Díaz. “Una cosa es incompatible y otra cosa es recomendable”, le contestó Sánchez.

Sánchez, que intentó apelar a los votantes de López diciendo que su modelo es el de los dos y que por eso ha sumado algunas de sus propuestas, vio en persona que al exlehendakari le sienta mal esa invitación: “Me parece muy bien que si no tenías ideas cogieras las mías, pero no se trata solo de eso. Esas ideas son las que vengo defendiendo siempre. No se trata de unir a medio partido para ver cómo acabamos con el otro medio partido”.

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