La viceministra israelí de Exteriores ve un gran potencial de relación con España

La viceministra israelí de Asuntos Exteriores, Tzipi Hotovely, que se encuentra hoy y mañana en Madrid en visita oficial, se ha mostrado convencida de que existe un “gran potencial” en las relaciones entre Israel y España.

Hotovely, que encabeza de facto el Ministerio de Exteriores israelí bajo la dirección del primer ministro, Benjamin Netanyahu, considera que los dos países “pueden hacer muchas cosas juntos” y así lo va a trasladar en este viaje a las autoridades españolas.

En una charla informal con periodistas antes de reunirse con el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel García-Margallo, la responsable israelí ha adelantado que trae a España “un mensaje optimista”, de apertura de los mercados y reforzamiento de la amistad, más allá de la preocupación siempre compartida por el conflicto de Oriente Medio y la lucha contra el terrorismo.

La economía israelí ha sufrido una gran transformación que ha llevado a duplicar sus exportaciones en los últimos siete años y a convertir al país en el segundo centro de actividad mundial para empresas tecnológicas emergentes, sólo por detrás de Silicon Valley (EE.UU.).

España e Israel conmemorarán el año que viene el trigésimo aniversario del establecimiento de relaciones diplomáticas (17 de enero de 1986), y recientemente España ha iniciado el proceso de concesión de la ciudadanía a los descendientes de los judíos que fueron expulsados en 1492.

Fuentes oficiales israelíes señalaron que la viceministra transmitirá asimismo a las autoridades españolas la preocupación del Gobierno de Israel por la intención de la Comisión Europea de aprobar en los próximos días una normativa que obligue a un etiquetado especial para los productos procedentes de las colonias judías ubicadas en territorio palestino.

Los principales partidos israelíes consideran que esa medida equivale a un boicot contra Israel que sólo perjudicará a los trabajadores palestinos.

Otro asunto que la viceministra Hotovely desea plantear es la petición de que la comunidad internacional controle el uso que las autoridades palestinas hacen de los fondos destinados a la educación, porque, según las mismas fuentes, los libros de texto están sirviendo para adoctrinar a la juventud palestina en la violencia y el odio a Israel.