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Entrevista
Presidente de la Comunitat Valenciana

Ximo Puig: “Hacer partidismo del ciclo electoral en un momento pandémico no es lo más conveniente para nadie”

El president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig, durante la entrevista a elDiario.es

Esther Palomera

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Érase una vez un periodista metido a político. Érase una vez un socialista defensor de una España federal como solución a la crisis territorial con Catalunya. Érase una vez un barón del PSOE venido a más. Érase una vez un presidente autonómico que hace ya más de seis años fraguó con otros partidos de izquierdas, Compromís y Unides Podem, una coalición de gobierno que logró expulsar al PP de la Generalitat valenciana, después de más de 20 años de hegemonía política y de corrupción institucionalizada. Érase una vez un hacedor de alianzas transversales, defensor del diálogo y el acuerdo, que lo mismo se entiende con la izquierda que teje complicidades con sus homólogos populares en materia de financiación autonómica. Érase una vez un defensor de la armonización fiscal, de un modelo “explicable, transparente y que garantice la igualdad y la equidad entre los españoles, pero también la singularidad de los territorios”. Érase una vez  Ximo Puig (Morella, 1959).

Aquí, un partidario de la promoción de las regiones periféricas que, como todos sus homólogos, cuando creía que todo iba mejor, vino la sexta ola de la pandemia; que sostiene que con una Ley de Pandemias nada hubiera sido distinto; que en medio del debate sobre si son o no necesarias restricciones más duras, mantiene que en su caso siempre antepuso “la salud a las cervezas” y que enfatiza que en la agenda valenciana hoy, a diferencia de en Castilla y León y quizá en Andalucía, no cabe un marco para el adelanto electoral. 

Cuando parecía que íbamos bien, volvemos a hacer entrevistas por zoom. ¿En qué hemos fallado?

Creo que es evidente que aún hay muchas incertidumbres respecto a esta pandemia. Es verdad que sobre la nueva variante parece que todo el mundo coincide en que es muy contagiosa, pero al mismo tiempo tienen mayor resistencia las vacunas, que favorecen que los contagios no lleguen finalmente a ser hospitalizaciones o muertes. Evidentemente estamos también en un entorno de cansancio, de fatiga y por eso no podemos adoptar las mismas medidas ahora que en el pasado.

¿Y no será que entre primar a los bares o primar a los centros de salud, la política -o el olfato electoral- lo tiene demasiado claro?

Nosotros siempre hemos tomado las decisiones en función de lo que es el interés general, pensando en qué podemos hacer mejor para preservar la salud en todos los ámbitos, también en el ámbito emocional y de la salud mental, que es fundamental. Y por eso en esta parte de la pandemia hemos tomado otro tipo de decisiones. Pero lo que es evidente es que, al final, habrá que evaluar qué ha pasado en cada momento, y lo que está claro es que todas las acciones tienen consecuencias de una parte o de otra. Desde luego, nosotros siempre hemos puesto por encima la salud, y no las cervezas.

¿Entonces no se ha impuesto “la doctrina Ayuso” en la mayor parte del territorio?

No, por supuesto que no. La gestión de la pandemia en las comunidades autónomas ha sido diversa y hay ya datos suficientes para saber que en un momento determinado haber tenido una actitud muy laxa o no adoptando medidas restrictivas, ha tenido consecuencias.

Pues hay ciudadanos que pueden tener la sensación de que fiar todo a la vacunación y a la responsabilidad individual es un modo de eludir la responsabilidad política.

Bueno, es que no, no es solo así. La vacunación, desde luego, es el gran activo que tenemos para la superación de la pandemia, y eso es bastante indiscutible en estos momentos. Vemos, por ejemplo, que gracias a la vacunación, con un nivel de contagio altísimo, estamos en el 90% menos de muertes. Por tanto, la vacuna es el gran activo y ahí debemos continuar: vacunando a aquellas personas que aún no se han vacunado y poniendo terceras dosis, sobre todo, a los servicios esenciales que se vacunaron con AstraZeneca. Nuestro objetivo es que los mayores de 60 años estén vacunados todos antes de final de año y que todos los profesores lo estén también antes de empezar las clases. Por lo tanto, la vacunación es fundamental y es indiscutible.

Y después, hay medidas de carácter preventivo que hemos ido poniendo en marcha, por ejemplo, el pasaporte COVID, que está funcionando de una manera muy importante para los no vacunados, ya que se están animando a la vacunación. En la Comunidad Valenciana estamos en el 94% de vacunación y eso en una parte ahora bastante importante de los no vacunados es gracias al pasaporte, que es una medida preventiva que ayuda también a dimensionar la pandemia en el momento actual. Y sobre la mascarilla obligatoria en las calles, que yo sé que ha sido una medida más o menos cuestionada en algunos ámbitos, lo que está claro es que evidencia claramente que estamos en una situación de alarma. Por tanto, no se trata de que no se hayan hecho medidas, se hacen medidas, lo que pasa es que en estos momentos también es cierto que no estamos como estábamos el año pasado. Por tanto, la respuesta no puede ser la misma.

¿Fue un error suprimir la obligatoriedad de usar mascarillas en el exterior antes del verano?

Bueno, en aquel momento parecía que estábamos en una etapa diferente. Hay que ser flexible respecto a la toma de decisiones, porque no es fácil. No hay un libro de instrucciones ni hay un recetario que nos diga exactamente cuándo se acierta o no. Ahora con una cierta perspectiva, pues la verdad es que se hubiera podido limitar más el espacio donde no se usara la mascarilla. Pero nosotros siempre defendimos, que en la playa o en los parques naturales no era necesaria, pero también éramos partidarios, y de hecho se recomendó, que en la Comunidad Valenciana siempre se usara. 

La ley de pandemias no hubiera cambiado nada

Y mas allá de las medidas que han ido implementando los diversos gobiernos autonómicos, ¿el Gobierno de España podría haber hecho algo más de lo que ha hecho?

Todos hubiéramos podido hacer alguna cosa más, seguro. Lo que es cierto es que las medidas que se le dice al Gobierno de España que debía haber adoptado, como la famosa Ley de pandemias, realmente desde el efecto práctico no hubiera cambiado nada. Lo que es cierto es que, a medida que vamos sabiendo más, tenemos también que buscar fórmulas de mayor cohesión para que la respuesta sea más homogénea y más potente. El virus no sabe de fronteras, pero no sabe de fronteras nacionales ni internacionales. Por tanto, cuando las medidas en un momento determinado sean más globales, mejor. Por eso la vacunación global es fundamental. Y yo creo que el Gobierno de España ha acertado en una cuestión fundamental, que es la cogobernanza. ¿Se puede mejorar? Seguro, y además se ha de mejorar. Pero creo que ese espacio de cooperación a través del Consejo Interterritorial ha sido muy positivo. De hecho, incluso algunos que están más en el espacio independentista exigen en reiteradas ocasiones más coordinación, lo cual es positivo. Es un avance positivo, porque el futuro va por la coordinación, no por la separación.

La ley de pandemias que usted mencionaba ahora y que la ex vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo prometió en sede parlamentaria y la derecha aún reclama, ¿cree que es innecesaria?

No es una cuestión fundamental. Otra cosa es que las actuales leyes, que dan cobertura a la salud pública, puedan tener algún tipo de actualización. Seguro que será buena una actualización, pero desde el punto de vista legal hemos tenido los instrumentos. Nosotros todas las decisiones que hemos tomado, y algunas de ellas han sido muy duras, han sido avaladas por el Tribunal Superior de Justicia, siguiendo los criterios que además el Tribunal Supremo ha marcado. Al final no hay ninguna ley que no esté sometida a la ley. Por tanto, cualquier ley que se haga finalmente tiene que someterse también al escrutinio de los jueces.

Otras comunidades autónomas, sin embargo, han implementado medidas que luego han tumbado sus respectivos Tribunales Superiores de Justicia, como ha sido el caso del País Vasco… ¿Una ley de pandemias no hubiera servido para armonizar decisiones judiciales?

Pero es que las decisiones que toman los juzgados en todos los ámbitos son también producto de la autonomía del Poder Judicial. Y eso es así. A veces nos sorprenden sentencias diferentes de juzgados diferentes. Pero es que esto es el sistema y no creo que se pueda pensar que una ley va por sí misma a armonizar.

¿Las autonomías necesitan más recursos para afrontar esta sexta ola de la pandemia?

Las comunidades autónomas son quienes gestionan en estos momentos la sanidad, la educación y los servicios sociales. Ya de antes necesitábamos más recursos para la Sanidad. Una de las lecciones fundamentales de la pandemia debe ser el reforzamiento, de verdad, del sistema sanitario público. Tenemos un sistema sanitario muy potente, pero que obviamente debe tener suficiente capacidad para hacer frente a distintas situaciones de crisis. Ya veníamos de un proceso de raquitización en parte de la sanidad pública, después de la crisis financiera, en la que hubo un cierto desmantelamiento y, en algunos casos, como en el caso de la Comunidad Valenciana, un proceso de privatización. Y todo esto tiene sus consecuencias. Por tanto, ahora debemos tener una visión clara de que la sanidad pública ha de ser preservada, ha de ser vigorizada. Y para eso se necesitan recursos y se tiene que actuar con la máxima eficiencia. Se tienen que buscar las fórmulas de mejor gestión, seguro, pero hay que fortalecer la sanidad pública. Hemos visto que no hay nada más importante que la salud y una sanidad pública de calidad que finalmente iguale las oportunidades.

¿Cuánto dinero recibirán en 2022 por concepto COVID?

En principio este año no hay una partida específica, como ocurre en los fondos COVID que hubo en los años anteriores. Uno de 16.000 millones y otro de 13.000. La verdad es que jamás ningún gobierno en situación de crisis había actuado como este, porque hay que ser rigurosos también. Antes le decía que necesitamos más recursos, pero al mismo tiempo es verdad que hemos tenido más recursos y que ahora serán necesarios más de una manera o de otra. La ministra también ha dicho que como no hay reglas fiscales, se pueden adoptar medidas propias desde cada comunidad autónoma. Y es cierto, nosotros las vamos a adoptar de una manera o de otra, porque es necesario reforzar absolutamente el sistema sanitario, y después mantener todo el refuerzo educativo y también en el ámbito social. Tenemos que buscar ya una velocidad de crucero en la aplicación del Ingreso Mínimo Vital y, junto con la renta valenciana de inclusión, tapar todos los agujeros que permiten que una sociedad finalmente esté cohesionada. Lo peor que puede pasar es que haya una salida de la crisis desigual y que deje al margen a un montón de personas.

¿Cuántos valencianos han recibido ese Ingreso Mínimo Vital que mencionaba y cuya gestión en el conjunto del territorio nacional no ha sido óptima?

Nosotros ya estamos cerca de las 100.000 familias. Pero es cierto que debemos buscar una mejor cooperación entre las rentas autonómicas y el Ingreso Mínimo Vital y también desde la aportación fundamental de la proximidad que dan los ayuntamientos. Tenemos que ser capaces de tener una posición más proactiva contra la pobreza infantil. Ahí es fundamental contar con los equipos de base de servicios sociales, los equipos municipales, para hacer una política más que pasiva, activa. Hay que ir directamente a las familias que están en esta situación para conseguir que no entren en una dinámica de exclusión que cuando se cronifica ya es muy difícil salir de ella.

El Tesoro español ya ha recibido 10.000 millones de los fondos Next Generation. ¿Hay motivos para la desconfianza en la gestión de esos fondos, como sostiene la derecha?

Motivo de desconfianza, no. Motivo de preocupación respecto a cómo somos capaces de gestionarlo, yo sí que tengo, pero no respecto a lo que está lanzando el Partido Popular, que está volviendo al más pernicioso pasado cuando llamaban pedigüeño a Felipe González. Ahora están intentando poner palos en la rueda al presidente Sánchez en la aplicación de los fondos. Ha sido un gran éxito el cambio de política de la Unión Europea. La salida de la derecha ya vimos a dónde nos condujo. Ahora hay una salida progresista, mucho más relacionada con las necesidades sociales y las necesidades de reactivación económica. Y por tanto, ahí estamos, en el camino acertado. Ahora, es verdad que tenemos una gran responsabilidad en la gestión de estos fondos y el que más, el Gobierno de España. Obviamente nosotros ya en estos momentos tenemos adjudicados casi cerca de 1.000 millones de euros en distintos programas, y lo que intentamos es que seamos capaces de gestionar lo más rápidamente posible para que consigamos acelerar todos los procesos de modernización, de digitalización, de sostenibilidad… Todo lo que es el planteamiento en favor de las energías limpias y al mismo tiempo, que esto no tenga costes para una parte de la sociedad y que no haya perdedores en esta crisis.

Entramos en 2023 con Castilla y León abriendo el nuevo ciclo electoral. ¿Mañueco le ha hecho un favor o una faena a Pablo Casado con el anticipo?

Pues no lo sé, la verdad es que yo lo que creo es que los calendarios electorales los debe marcar fundamentalmente la agenda de cada región en función del interés general. Hacer partidismo del ciclo electoral en un momento pandémico como el actual, creo que no es lo más conveniente para nadie.

¿Una derrota del socialismo castellanoleonés sería una derrota de Pedro Sánchez y por contra una pista de despegue para Pablo Casado en su pretendido camino hacia la Moncloa?

Yo creo que no se pueden ver estas elecciones con ese parámetro. Por lo que leo estos días parece que va a ser candidato el señor Casado. Y no, eso no es razonable. El ámbito de discusión es el ámbito regional, que tiene sus propias coordenadas. Y en ese marco, los ciudadanos de Castilla y León tomarán las decisiones. Yo no puedo entender que al final las comunidades autónomas o los ayuntamientos seamos, en momentos determinados, simplemente como espacios para escalar una posición determinada de un partido determinado. Creo que eso es simplemente deslealtad con el propio comportamiento institucional. Las comunidades autónomas en este país tienen una dinámica propia y tienen un espacio propio, y eso es el autogobierno. Y los partidos tienen que saber aquilatar en cada momento qué es lo que se está discutiendo. Y lo que está discutiendo en estos momentos es qué le conviene a una sociedad determinada, en este caso de Castilla y León.

Siete presupuestos valencianos consecutivos

¿Y usted, que tiene buena relación con el señor Moreno Bonilla, sabe si seguirá Andalucía la misma estela de Castilla y León o agotará el mandato?

Tengo buena relación y respeto a su capacidad autónoma y a lo que decidirá. Y creo, pero también espero y estoy seguro de que así será, que decidirá en función del interés general de Andalucía, no del interés propio. Es cierto que en estos momentos en Andalucía no tienen presupuesto. Nosotros hemos aprobado por séptimo año consecutivo el presupuesto en tiempo y forma, lo cual genera una mayor estabilidad que no tener presupuesto. Y eso ha sido muy positivo para la Comunidad Valenciana, también para el propio Gobierno de España, que ha aprobado los suyos dos años consecutivos, lo cual es un espacio de estabilidad fundamental para todo lo que es la recuperación. En el caso de Andalucía serán este año, seguro, unos meses antes o después. Pero en cualquier caso, espero que el calendario se fije en el interés general de Andalucía.

Si echamos la vista atrás, la aprobación de un presupuesto no es sinónimo siempre de estabilidad política o parlamentaria. No hay más que recordar cómo acabó la última legislatura de Mariano Rajoy, unas semanas después de aprobar los presupuestos. Por eso le pregunto, más allá de que usted haya sido capaz de sacar adelante siete presupuestos consecutivos, ¿hay alguna posibilidad de anticipo electoral en Valencia o su gobierno también goza de buena salud, como dicen todos los presidentes cinco minutos antes de convocar elecciones?

No, goza de buena salud y de ánimo. Nosotros tenemos el presupuesto aprobado y tenemos que ejecutarlo. Es muy importante también el presupuesto del Gobierno de España que se tiene que ejecutar en la comarca valenciana y tenemos los fondos europeos. Tenemos muchísimo trabajo, tenemos que acelerar al máximo las reformas, que es fundamental que seamos capaces de hacerlo bien en este tiempo. Es una década de oportunidades que no podemos perder. Y si no hubiera un cambio sustancial en algún elemento  –que en estos momentos no puedo observar–, nuestra voluntad clara es la de acabar la legislatura, porque en este momento no tenemos un día para perder en otra cosa más que en ser capaces de aprovechar las oportunidades para conseguir nuestros objetivos de prosperidad social, que es lo que queremos.

¿Un cambio sustancial? ¿En qué elementos?

No sé. Digamos que en un momento determinado, puede haber circunstancias diferentes, pero que no, no… En este momento no puedo observar ninguna que precipitase un adelanto electoral. Ya le digo, acabamos de aprobar el presupuesto. Tenemos en estos momentos ya una propuesta de fondos europeos importante y tenemos que acelerar todo este tiempo de recuperación. Y, además, lo más importante es que estamos aún en la pandemia. Es que claro, cada día hay que tomar decisiones y esa es la agenda. La agenda valenciana es la recuperación pandémica, es decir, sanitaria. Y después la economía y la sociedad. Y por qué no decirlo, también la emocional. Yo creo que en estos momentos no hay un marco en absoluto razonable para el adelanto electoral.

El cuanto peor, mejor es cínico e improductivo electoralmente

El Gobierno acaba de conseguir un acuerdo histórico en torno a la reforma laboral. Hay quien dice que es el timo del tocomocho; otros, que son retoques equilibrados respecto a la reforma aprobada por el Partido Popular y alguno, que es la quintaesencia de los marcos laborales que van a regir en el siglo XXI.  ¿En qué posición se encuentra usted?

En primer lugar, creo sin duda que es un paso muy importante, decisivo para la consolidación de la recuperación. Es una señal inequívoca y favorable para la inversión y para la estabilidad de España como país. Yo, desde luego, más allá de la adjetivación que se le pueda dar a esta reforma, lo más importante, lo fundamental, es que es una reforma laboral que se ha hecho desde el acuerdo entre los sindicatos, los empresarios y el Gobierno. Esto en sí mismo es un activo, un valor intangible, extraordinario. Y, a partir de esa cuestión, se intenta abordar uno de los grandes problemas que tenemos, que es la temporalidad, la precariedad. Las reformas tienen también su recorrido y vamos a ver cómo van evolucionando. También se vuelve a dotar de mayor capacidad de negociación sindical, lo cual es positivo para reequilibrar el debate entre las partes.

Sin duda se emite una señal extraordinaria: que se puede acordar, que es fundamental acordar y que acordar y pactar no es traicionar, sino lo contrario, es la exigencia de un país moderno. Por eso no puedo entender y me parece muy absurdo que la derecha política esté en esta actitud tan destructiva. No tiene ningún sentido. Sinceramente, creo que en este momento, cuando hay un acuerdo social de estas características, lo que tienen que hacer los actores políticos es acompañar porque al final lo de cuanto peor, mejor es no solo cínico y dañino, sino que además tampoco es productivo electoralmente.

Sin el PP, no habrá nuevo modelo de financiación

La Moncloa dice que el Gobierno de Sánchez es un Gobierno cumplidor, que ha aprobado en tiempo y forma los presupuestos y que comprometió una reforma laboral que ya está hecha. ¿Cree que el presidente del Gobierno va a poder también cumplir su compromiso respecto al nuevo modelo de financiación autonómica?

Está haciendo lo posible para que eso se produzca. Hay que tener en cuenta que este modelo de negociación está caducado desde el año 2014, que se hubiera tenido que empezar a negociar el año 2013. Y que durante toda la legislatura del Partido Popular no hubo posibilidad de ni de acercarnos a la reforma. Ahora, finalmente, el Gobierno ha presentado una propuesta. El día 31 de enero, cada comunidad autónoma tiene que presentar su posición. Nosotros la estamos elaborando, la vamos a acordar con el conjunto de fuerzas políticas de la Comunidad Valenciana, con los sindicatos y con los empresarios. Va a haber una posición de comunidad y vamos a dialogar y a hablar.

El modelo de financiación tiene que contar, para cambiarse, con la participación del Partido Popular. Sin el Partido Popular, no va a ser posible, porque la aritmética parlamentaria es la que es y por tanto el Partido Popular es un actor fundamental a la hora de resolver esta cuestión. Una cuestión que es de justicia, que es de equidad, que es de cohesión entre los españoles. No se puede estar, por tanto, al margen de este proceso que va más allá, por supuesto, del Gobierno, de la oposición y de las comunidades autónomas, que tenemos que hacer un ejercicio de posibilismo y un ejercicio de responsabilidad colectiva, que es de lo que se trata para favorecer la cohesión de España, la igualdad entre los españoles y también para fortalecer el estado social español. Las comunidades autónomas gestionamos la sanidad, la educación y los servicios sociales. Y para este nuevo modelo serán necesarios nuevos recursos y un reparto, una distribución que sea explicable. Lo que no es explicable es que la Comunidad Valenciana que está a la cola, tenga una diferencia de 30 puntos con la región mejor financiada. Eso no se puede explicar. Por tanto, hay que hacer un modelo que sea explicable, que sea transparente y que finalmente garantice la la igualdad, la equidad entre los españoles y también la singularidad entre los territorios.

El primer documento que ha remitido al Ministerio de Hacienda a las comunidades autónomas y que ha tenido en cuenta el criterio de población ajustada como pedían Murcia, Andalucía o Valencia, en principio para ustedes es un documento aceptable, pero en Andalucía no parece que haya generado demasiado entusiasmo. 

Nosotros el documento también lo valoramos positivamente porque porque es un inicio para una discusión seria que se basa en la población ajustada, pero hay algunos elementos que claro que nos preocupan. Hay unas horquillas tan grandes que al final hay que ver cómo queda el resultado final. Y el resultado final tiene que ser que rompamos un statu quo que no representa la equidad entre los españoles. Necesitamos una fórmula que garantice la suficiencia financiera y que al mismo tiempo haya una distribución de recursos basada en esa población ajustada, pero sin fondos que al final acaben generando poca transparencia, que es lo que ha pasado en el último modelo. Nosotros, desde el año 2000, estamos en una posición en la que claramente hemos estado perjudicados. Esto no puede ir de partidismo ni puede ir de confrontación. El modelo de financiación autonómica no puede ser un espacio de debate identitario ni un debate de confrontación. Hay que buscar las máximas complicidades pensando en los ciudadanos, que al final es lo fundamental. Porque estos servicios públicos fundamentales que gestionamos las comunidades autónomas tratan de personas, no tratan de otra cosa. Tratan de cómo podemos mejorar la vida de las personas y de cómo podemos darles seguridad a las personas.

Que Madrid es un paraíso fiscal lo dice la OCDE, no yo

¿Madrid es un paraíso fiscal?

No lo digo yo, lo dice la OCDE.

¿Tiene sentido la armonización fiscal en un Estado de las Autonomías?

Claro. Sí. Si nosotros aspiramos a una Europa federal y queremos que haya un grado importante de armonización fiscal, cómo no debe existir una cierta armonización fiscal en España.

¿Puede acordarse un nuevo modelo de financiación autonómica con el independentismo catalán sentado en una mesa bilateral de negociación con el Gobierno de España?

La realidad política de un país no la decide nadie desde La Moncloa ni desde ningún otro ámbito, la deciden los ciudadanos, y los ciudadanos han decidido que el Congreso de Diputados esté como está. Lo que hay que intentar es transformar la realidad política desde los mecanismos democráticos, pero también hay que saber entenderla y hay que gestionar la diversidad. Y en este momento, evidentemente hay una corresponsabilidad. Hace un momento me preguntaba sobre la fiscalidad y si debe haber corresponsabilidad fiscal, y también entiendo que puede haber unos parámetros de que cada comunidad autónoma pueda tomar sus decisiones, como las toman los ayuntamientos también por otra parte, pero debe haber un espacio común en el que no pueda existir esa deslocalización y esa situación de dumping fiscal. Y en el plano de la financiación, lo que nosotros le pedimos a los gobernantes nacionalistas es que estén presentes en las mesas multilaterales porque es la manera de avanzar.

Oiga, yo no le estoy pidiendo al independentismo catalán que abandone sus ideas, lo que les estoy diciendo es que mientras son partido de gobierno, que actúen como tal. E igual, al resto de partidos, al Partido Popular, al Partido Socialista, a quien sea. Al final somos depositarios de la confianza de los ciudadanos y las instituciones están por encima de cualquier otra cosa. Y ese hecho de la institucionalidad es el fundamental, desde el que hay que abordar esta cuestión. Nosotros lo abordamos desde la lealtad federal, que a mi parecer tiene que ver con la defensa de los intereses propios, con la defensa de los intereses generales y también entendiendo los intereses de los demás porque es la única manera. Desde esa lealtad federal se puede avanzar. Si no, no hay posibilidad alguna.

¿Qué le acerca a Juan Manuel Moreno Bonilla y qué le aleja o le distancia de Isabel Díaz Ayuso?

Um. Um…  Mire, yo respeto a todas las personas, cada uno tenemos nuestras cosas y, por tanto, cada persona, para mí, tiene el máximo respeto desde el punto de vista político. Nosotros tenemos intereses en algún ámbito, como la financiación, muy, muy cercano a la posición de Andalucía. No tanto de nosotros los presidentes que ahora estamos, sino que históricamente hemos tenido una relación con Andalucía en esta cuestión porque estábamos perjudicados y porque estamos en una situación de discriminación objetiva. Por otra parte, también con Madrid tenemos una relación muy importante en la Comunidad Valenciana. No hay ningún tipo de enfrentamiento. Eso sería irracional. Ahora bien, cuando se ejercen las políticas hay una diferencia clara, y eso es lo que hay con Madrid. Nosotros, desde luego, pensamos que el estado social da cobertura a la igualdad de oportunidades; no estamos por las privatizaciones; no estamos por hacer dumping fiscal…. Tenemos una política diferente más asociada a lo que es la mayoría de ideas socialdemócratas y las ideas que están en estos momentos ejecutándose en Europa. Pero bueno, cada uno tiene su camino. Lo que yo no quiero es que los caminos de nadie acaben interfiriendo en lo que es el sentir general.

¿Diría que Moreno Bonilla pertenece a la derecha civilizada con la que se puede hablar, dialogar y pactar e Isabel Díaz Ayuso representa el populismo de la extrema derecha como Vox?

No me gusta adjetivar. Y de verdad que, además, son colegas. No quiero de alguna manera cimentar enfrentamientos estériles, pero creo que hay una cosa, una canción de Raimon que dice Qui pregunta ja respon (quien pregunta, también responde).

Pues cambiemos de tercio, ¿Yolanda Díaz es un problema o es una ayuda para el Partido Socialista?

Lo que está haciendo es un trabajo positivo para cohesionar y cimentar un gobierno de progreso que hay en España, que es lo que han decidido los ciudadanos mayoritariamente. Por tanto, valoro positivamente ese trabajo.

Yolanda Díaz o los movimientos “personalistas que adolecen de consistencia ideológica”

Mas allá de las lindes de su responsabilidad gubernamental, le preguntaba por su proyecto político y por su parecer sobre que no se conforme con esa esquinita a la izquierda de la izquierda del PSOE en la que le sitúan ustedes. ¿Se pueden ganar unas elecciones sin tener un partido detrás?

Los partidos tienen muchos defectos, pero son el instrumento más democrático que hay para la representación política. No se ha inventado otro. Los movimientos personalistas adolecen de mecanismos democráticos representativos del funcionamiento y adolecen de una consistencia ideológica. Pero en cualquier caso, es mi manera de entender la política y en estos momentos no he visto espacios, digamos, que al final no acaben convirtiéndose en partidos. Empiezan siendo movimientos y acaban siendo partidos, agrupaciones de partidos o coaliciones de partidos. Hay que ver qué se presenta, con qué formulación ideológica se presenta. Y claro que aquí no se trata de que a nadie se le eche a ninguna esquina. Cada uno está donde ha querido estar en su vida política, y con absoluto respeto. Y yo no digo que haya una esquina que sea mejor o peor. Cada uno puede estar donde ha estado y donde históricamente se ha formado políticamente, y después se puede evolucionar, por supuesto, faltaría más.

¿Qué le sugieren ese tipo de artículos que sitúan a Yolanda Díaz sorpasando al Partido Socialista en las próximas elecciones generales?

Que lo he oído bastantes veces anteriormente. Digamos que está en episodios anteriores.

¿Ve a Pedro Sánchez en la Moncloa más allá de 2023?

 Sí.

¿Y cómo vislumbra el PSOE de después de Sánchez?

Por favor… Vivimos el carpe diem. La verdad es que no pienso en esto.

Le preguntaba si…

Creo que tiene un recorrido como líder del Partido Socialista de bastantes años. Además, es bueno que haya un liderazgo sólido y durante bastante tiempo porque esos liderazgos sólidos y con tiempo son los que finalmente fortalecen un país, y en este caso no solo al Partido Socialista. Sánchez tiene además un papel importante que jugar en la socialdemocracia europea.

Sí, bueno.. En todo caso, los liderazgos, incluso los más sólidos, terminan por agotarse. ¿Cuándo tiene que empezar el PSOE a pensar en el relevo?

Desde luego, no ahora. Ahora tenemos tantas cosas que pensar, y desde luego esto no forma parte de la preocupación de nadie. En este momento lo que tenemos que hacer es gestionar bien la salida de la crisis, tanto de la pandémica como de la económica. Y en estos momentos tenemos un presidente que ha salido fortalecido de nuestro Congreso Federal, que tiene la potencia suficiente en Europa y que a pesar de contar aquí con una oposición que está permanentemente en estado de crispación y de alarmismo sorprendente, Sánchez está con fuerza y con garantía. 

¿Qué le sugiere que el nuevo compañero de fatigas en Abu Dabi del emérito sea un mercader de armas en busca y captura?

Todo lo que se sitúa en este ámbito, me produce mucha decepción.

¿Juan Carlos I debe regresar a España o es mejor para la institución monárquica que fije ya su residencia fuera de nuestro país?

Es la monarquía constitucional quien debe establecer las reglas del juego para fortalecerse a sí misma y fortalecer a España. Felipe es español.

¿Felipe VI ha hecho las reformas que necesita la institución monárquica para conectar con la sociedad del siglo XXI?

Creo que está dando pasos en esa dirección, está haciendo un esfuerzo considerable. Lo que es cierto es que todo esto es un itinerario y no lo ha tenido fácil.

Muchas gracias, feliz año y mucha suerte con el nuevo modelo de financiación.

Muchísimas gracias. La verdad es que ha sido una alegría. Hubiera sido mucho mejor aquí, físicamente, pero ya nos vemos pronto.

Entrevista completa a Ximo Puig, president de la Generalitat Valenciana

Vídeo: Nando Ochando

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