El Centro de Estudios Histórico de Andalucía se persona en los trabajos de la fosa de Blas Infante
Manuel Ruiz Romero, en calidad de presidente de la asociación Centro de Estudios Histórico de Andalucía (CEHA), ha hecho público mediante carta dirigida al alcalde de Sevilla, Juan Espadas, el interés de esta entidad por ser “parte interesada y personada en el proceso de intervención y apertura” de la fosa Pico Reja del cementerio de Sevilla, donde yacen -presumiblemente- los cuerpos de varios centenares de demócratas y leales a la República represaliados por el golpe del 18 de julio de 1936, entre ellos el denominado por el Parlamento de Andalucía y el Congreso de los Diputados como Padre de la Patria Andaluza, Blas Infante.
Mediante carta registrada y dirigida al alcalde, el colectivo subraya ser consciente “de la trascendencia pública, política y moral que representa el hecho de iniciar próximamente esta excavación, así como de lo que supone para la recuperación y dignificación de los restos de los demócratas y defensores de la legalidad de entonces, sea cuales fuere su dimensión personal, política o adscripción ideológica”.
Precisamente, el CEHA como entidad ha investigado y editado trabajos donde se contempla que podrían encontrarse restos en la primera de las cinco fosas comunes del cementerio hispalense. Ha fundamentado su presencia a la Oficina Municipal de la Memoria Histórica de Sevilla, observando lo contemplado en el artículo 9.1.c de la Ley andaluza de Memoria Histórica 2/2.017 que reconoce la comparecencia a “personas investigadoras y miembros de la comunidad académica y científica para las actividades de localización” para participar en el proceso, así como el art. 12 de la Ley estatal 52/2007 sobre medidas de identificación y localización de víctimas.
El CEHA se ha personado, como otros colectivos en sentido semejante, argumentando ser “familia ideológica” del líder del movimiento nacionalista y haciendo constar a su vez, en coherencia con los objetivos legalmente reconocidos de la entidad, nuestro interés por la suerte de los restos de Blas Infante, sin menoscabo de las acciones que uno de sus nietos haya emprendido; toda vez que, sus restos, “dado su importancia en un plano simbólico, moral y político” son de una especial atención para este colectivo, sin relegar el mismo interés de otras personas que compartieron la misma tragedia represiva.
En coherencia, la entidad ha solicitado a Juan Espadas ser “colaboradores expresos de todo el proceso”, participando como sociedad civil de las iniciativas que pudiesen darse al respeto. Aportando igualmente, datos bibliográficos que apuntan a la probable localización en esa fosa de los cuerpos pertenecientes a los primeros fusilados por Queipo de Llano en la ciudad durante los meses de julio a septiembre de 1936.