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Los cazadores podrán matar cientos de miles de tórtolas a pesar del expediente europeo a España por no protegerlas

Ejemplar de tórtola europea ('Streptopelia turtur') / IUCN.

Raúl Rejón

España ha hecho oídos sordos a la advertencia de la Comisión Europea y las comunidades autónomas han autorizado de nuevo la caza masiva de tórtolas comunes para este verano. Cientos de miles de estas aves serán abatidas en un mes a pesar de que Bruselas abrió un expediente sancionador por no protegerlas el 25 de julio.

El ecuador del verano trae cada año la denominada media veda. Un periodo que, en torno al 15 de agosto, marca el arranque de la temporada para los cazadores: los cotos de caza menor se llenan de escopetas a la búsqueda de codornices, palomas, urracas y, también, tórtolas comunes. Debido a estas autorizaciones, esta ave calificada como en estado vulnerable a nivel europeo por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) será trofeo cinegético en los cotos de 11 comunidades autónomas cuyas órdenes de veda permiten su caza.

La apertura del expediente europeo de julio pasado contra España indicaba que “no han tomado las medidas necesarias para mejorar su protección” a pesar de que ser un país “de enorme importancia para su conservación” por albergar más del 50% de la población reproductora. En 2019 solo Canarias, Asturias, Cantabria y la Comunitat Valenciana (además de Álava) impiden cazar esta especie.

La tórtola europea es un trofeo muy codiciado. Su historia es la de una especie abundante y extendida que va quemando etapas hacia convertirse en una variedad en peligro. Es el periplo de uno de los objetivos preferidos por los cazadores españoles que doblaron sus capturas en una década: entre 2006 y 2016 pasaron de matar unos 436.000 ejemplares a superar los 890.000, según los datos del Anuario de Estadística Forestal del Ministerio de Agricultura. En 2017 se contabilizaron 797.000 tórtolas cazadas.

Ese mismo 2016, el Ministerio de Medio Ambiente recibió el dictamen de su Comité Científico que recomendaba la inclusión de la tórtola europea en el Catálogo Español de Especies Amenazadas con la categoría de vulnerable. El informe concluía que la pérdida de hábitat “por la intensificación de las actividades agrícolas” se veía empeorada “por el hecho de ser una especie cinegética”. Y remataba: “La especie plantea un declive generalizado a escala mundial”.  El análisis de los técnicos de Ministerio no surtió efecto.

Mientras, la población en España de esta ave ha ido en picado. Desde 1996 se ha perdido un 40%, según los recuentos de la Sociedad Española de Ornitología cuyos datos son utilizados por la Comisión Europea. La situación hizo que la IUCN actualizara el estatus de la tórtola para que pasara de “preocupación menor” a estado “vulnerable” en 2016. Estaba oficialmente “amenazada”.

Carta de emplazamiento

Dos años después de esa calificación, Europa aprobaba un plan de gestión para frenar el declive. Entre las medidas consideradas “esenciales” estaba el establecimiento de una “moratoria temporal de su caza” hasta conseguir desarrollar un modelo sostenible basado en datos demográficos y con cuotas de captura nacionales y locales.

Mientras tanto, Castilla-La Mancha, Castilla y León, Andalucía, Extremadura, Catalunya, la Región de Murcia, Galicia, La Rioja, Navarra, Aragón o las Islas Baleares ha ido emitiendo –la mayoría entre abril y junio y alguna en julio y agosto– sus órdenes de veda donde se autorizan las especies y periodos hábiles para cazar. La tórtola europea aparece una temporada más. Algunas comunidades han incluido mínimos retoques: la Región de Murcia ha reducido en una las jornadas de caza de tórtola permitidas. Castilla y León rebajó el cupo diario por persona de cinco a cuatro ejemplares en 2018. Otras calcan las órdenes de un año a otro como Andalucía o Extremadura. Las autoridades europeas han acabado por remitir una carta de advertencia al Estado español.

El caso recuerda al de la captura de pájaros cantores por parte de otra versión cinegética: el silvestrismo. Cientos de miles de variedades como jilgueros, pardillos, verdecillos, pinzones, verderones, canarios y luganos eran apresadas para mantener con sus trinos los coros de los aficionados. Declarada incompatible con la protección de la fauna silvestre en la Unión Europea, Bruselas llevó a España al borde del Tribunal de Justicia hasta que las comunidades autónomas –con retrasos y tras cubrirse las etapas del procedimiento infractor comunitario– eliminaron los cupos de caza que seguían visado cada temporada. El caso, de momento, se ha paralizado.

SEO ha pedido a las comunidades autónomas que apliquen la moratoria, pero su responsable de Gobernanza Ambiental, Juan Carlos Atienza, añade que el Gobierno podría “declarar la moratoria cinegética a nivel nacional o incluir la especie en el Listado de Protección Especial”.

El Ministerio de Transición Ecológica explica que “se estudiará la posibilidad de incorporar la tórtola” al Catálogo aunque recuerda que “al ser una especie cinegética [que puede cazarse] la competencia parte del Ministerio de Agricultura” que regula la caza. De momento, la media veda de 2019 está en marcha.

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