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España llega a la nota media en PISA tras la caída generalizada en el resto de países

El ministro de Educación en la presentación de los resultados PISA 2015. / MECD

Sofía Pérez Mendoza

España ha conseguido llegar a media de la OCDE en PISA 2015, un acercamiento que ha facilitado en buena parte la caída de esa puntuación media de referencia en Matemáticas, Lectura y Ciencias. Los estudiantes españoles, además, han mejorado en las dos primeras competencias, según las primeras conclusiones del Ministerio de Educación sobre los datos que ha dado a conocer la organismo internacional este martes.

En la Evaluación Internacional de Estudiantes de la OCDE (PISA 2015) han participado por primera vez estudiantes de todas las comunidades autónomas –excepto las ciudades de Ceuta y Melilla–, concretamente 37.205 procedentes de 980 centros educativos. El estudio se ha hecho en esta ocasión sobre una muestra total de más de 535.000 chicos y chicas de 15 años –independientemente de su curso escolar– de 72 países diferentes.

La nota de los alumnos y alumnas españoles se iguala a la media de la OCDE en Ciencias –la competencia medida con mayor detenimiento en esta edición– con 493 puntos, la superan en Lectura con 496 frente a 493 y se quedan ligeramente rezagados en Matemáticas con 486 puntos, cuatro menos que la media de 490. En PISA 2012, la distancia entre los resultados españoles con la nota media era de entre cinco y diez puntos, una diferencia que desaparece por la caída de esa media en 2015: siete puntos menos en Ciencias, cuatro por debajo en Matemáticas y tres puntos inferior en Lectura.

Este acercamiento de resultados también lo explica, además, una mejoría de casi diez puntos en Lectura entre 2012 y 2015: de 488 a 496 puntos. Dos puntos escalan los estudiantes en Matemáticas, pero hacen el camino inverso en Ciencias, con tres por debajo. Estas últimas variaciones son en términos estadísticos pocos significativas al tomarse las medidas sobre una puntuación total de 500.

Con estas cifras, España ocupa el puesto 21 en competencia lectora (al nivel de Estados Unidos o Reino Unido), el 25 en destrezas matemáticas (como Islandia o Italia) y el 24 en habilidades científicas (a la altura de Suecia y Francia). En el top de la lista de Lectura están Canáda (527) y Finlandia (526); Japón (532) y Corea del Sur (524) en Matemáticas; y de nuevo Japón (538), Estonia (534) y Finlandia (531) en Ciencias.

“Un verdadero éxito en situación de crisis”

El Ministerio de Educación se ha felicitado por los datos porque, interpretan, “por vez primera se rompe la brecha educativa y España se sitúa al nivel de los países más avanzados del mundo”, ha dicho el ministro Íñigo Méndez de Vigo en la presentación de los resultados, donde ha puesto en valor el trabajo de los docentes.

El Director General de Evaluación ha incidido también en el “verdadero éxito” que supone que “en una situación de crisis, España haya conseguido aumentar en dos competencias evaluadas”.

Méndez de Vigo ha aprovechado la ocasión para justificar, en relación al futuro pacto educativo, que “no hay que empezar de cero ni hacer tablas rasas”. “El sistema educativo español es un buen sistema educativo que evidentemente podemos mejorar”, ha añadido. El secretario de Estado Marcial Marín asocia la mejora al “liderazgo pedagógico”, al aumento de la “autonomía de los centros” y a las medidas de “atención a la diversidad” de las comunidades autónomas.

PISA no mide per se lo que se aprende en la escuela, como explica la propia OCDE: “No está diseñado para evaluar el aprendizaje de los contenidos específicos fijados en los programas de las escuelas (...). Tampoco está pensado para evaluar el desempeño de los docentes ni los programas vigentes”. Pese a ello, normalmente el examen se presenta como una vara objetiva para evaluarlo, y ese mismo discurso es el que utilizan muchos gobiernos. El PP, por ejemplo, basó una parte de la reforma de la LOMCE en los resultados de PISA 2009, números que José Ignacio Wert mandó revisar a su llegada al Ministerio en 2011.

Lo que en realidad mide la OCDE en este informe trianual es la literacia, un conjunto de conocimientos entre los curriculares son solo una parte: está también la educación familiar, el aprendizaje no formal... En definitiva, los conocimientos y destrezas –fruto de diversísimas circunstancias familias, sociales, culturales y escolares– que ha adquirido un estudiante a los 15 años de edad.

La brecha entre comunidades se mantiene

Entre esas mejoras, los datos de PISA revelan que la desigualdad entre comunidades permanece tan acentuada o más que hace tres años. En Matemáticas ha aumentado a 66 puntos frente a los 55 de PISA 2012. En Lengua se queda 47, un punto más que en Ciencias. Castilla y León, Madrid y Navarra son las comunidades con mejores resultados en las tres áreas, a las que se suma Aragón en Ciencias, Galicia en Lectura y Ciencias y La Rioja en Matemáticas. Estas desigualdades se explican en un 50% por las diferencias sociales, económicas y culturales. En PISA 2012, Educación situaba esa cifra en el 85%.

Otra fuente de desigualdad son todas las circunstancias que se aúnan en el Índice Social, Económico y Cultural (ISEC) y responden casi en un 40% a las distancias en la puntuación. Son la ocupación profesional y el nivel educativo de las familias –el factor que más influye, con hasta 60 puntos de diferencia– y los recursos disponibles en el hogar (número de libros o dispositivos digitales).

España, cerca de “contextos desfavorecidos”

El valor de este índice en España es mucho más bajo (-0,59) que la media de la OCDE (-0,04) y que los países cercanos, lo que sitúa a nuestro país dentro de un subconjunto con Rumanía o Chile casi a la cola de la tabla. Nuestro país, por ejemplo, triplica el porcentaje de estudiantes cuyos padres tienen nivel educativo bajo y medio bajo respecto a la media de la UE (25% frente al 8%). Al final de la serie, solo dos puestos por debajo de España, están México y Turquía (definidos como contextos desfavorecidos) y, a la cabeza, Islandia (0,73) y Dinamarca (0,59).

Pese a esta situación, los estudiantes españoles obtienen unas puntuaciones medias algo más altas que las esperadas para su nivel de ISEC. Aunque despojando los resultados de este valor, los alumnos y alumnas aumentarían bastante su puntuación en Ciencias: hasta en 14 puntos.

El Ministerio de Educación no se ha detenido en detalles sobre este índice. Sí ha incidido, en su única referencia a la equidad, en que España ha conseguido reducir el porcentaje de estudiantes “rezagados” y ya está por debajo de la media de la OCDE. En Matemáticas bajan dos puntos, del 24% al 22% –la media estaba y se mantiene en 23%–, en Lectura está en el 16% –frente al 20%– y en Ciencia en el 18% –21% en la OCDE–.

Aunque hay menos estudiantes en el nivel 2 de la tabla o inferior–de seis en total–, el porcentaje de chicos y chicas de 15 años en España que están en el otro extremo de la vara de medir —niveles 5 y 6– es muy pequeño: solo el 6% de los chicos y el 4% de las chicas en Ciencias, frente al 8% y al 6%, respectivamente, de la OCDE. “Esto implica la dificultad de nuestro país para impulsar a que nuestros alumnos ofrezcan lo mejor que pueden dar de sí mismos en unas pruebas externas”, justifica el informe que ha redactado el Ministerio de Educación con los resultados.

La brecha de género en el rendimiento en según qué areas tampoco ha logrado reducirse. Las chicas continúan siendo mejores en Lectura (505 puntos frente a 484) y los chicos en Matemáticas (una distancia de 16) y Ciencias. La falla que se abre con la población migrante es más ancha que en la OCDE y la UE con 44 puntos de diferencia. También hay algunas desigualdades entre los centros públicos, privados y concertados. En general, los segundos obtienen mejores puntuaciones en España, con una diferencia de unos 30 puntos en la línea de la OCDE y la UE.

Uno de cada tres son repetidores

Aunque Educación ha impregnado la presentación de datos de optimismo, ha llamado la atención sobre lo que a su juicio –y el de PISA– es un problema considerable: la tasa de repetidores. Uno de cada tres alumnos y alumnas de 15 años está repitiendo curso (un 31%), unas cifras “realmente alarmantes por lo que suponen de coste social y económico para el país”. Son 20 puntos más que la media europea.

El documento elaborado por Educación incide, no obstante, en el 58% de estos chicos y chicas está dentro del nivel 2 o en adelante, de manera que “en ciencias tienen adquiridas al menos las competencias básicas”. Esto, concluye, “invita a recomendar la revisión de las políticas de repetición”.

La atención en esta edición se ha puesto en Ciencias, área que ha sido objeto de un mayor número de mediciones, como lo fuera Matemáticas en 2012. El 29% de los alumnos dice que espera trabajar en algo relacionado con ciencias, un porcentaje cinco puntos más alto que la media. Los alumnos y alumnas españoles, además, tienen bastante interés por temas científicos –puesto 11 de la tabla– y el ámbito científico les despierta motivación tanto en la escuela (intrínseca) como fuera de ella (extrínseca), especialmente esta última, por encima de la media de la OCDE.

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