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Francisco ordena cerrar el seminario de los monaguillos del Papa en medio del escandaloso juicio por abusos sexuales

El Papa, con los monaguillos del Vaticano

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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Francisco cierra el preseminario vaticano San Pío X, conocido como el seminario de los monaguillos del Papa –de ahí salen los chicos que participan en las ceremonias presididas por el pontífice en San Pedro–, en pleno juicio por el escándalo de abusos a menores en el centro. Un juicio que se está celebrando, por primera vez, en el interior de los muros vaticanos.

La expectación mediática generada por el juicio, que se puede seguir en directo, ha llevado a habilitar para la celebración de la próxima vista, el 7 de junio, una sala de los Museos Vaticanos.

Consciente de la repercusión del caso, y de las atrocidades que se están revelando, Bergoglio ha tomado la decisión de trasladar el centro de estudios, fundado por Pío XII en 1956, “a un lugar fuera del Vaticano”, según ha confirmado la Oficina de Prensa de la Santa Sede.

El Papa comunicó al rector, Angelo Magistrelli, “la decisión de que el Preseminario, a partir del próximo mes de septiembre, traslade su sede fuera de la Ciudad del Vaticano, a un lugar conveniente”, añade la Oficina de Prensa, que no cita en ningún momento el proceso judicial que se está llevando a cabo, y que implica al ex rector, Enrico Radice, acusado de complicidad, y a Gabriele Martinelli, formador y quien supuestamente llevó a cabo los abusos contra varios menores.

Garantizar la seguridad de los menores

El objetivo de la decisión del Papa es, aseguran, garantizar la seguridad de los menores y evitar exposiciones a situaciones ambiguas o al morbo informativo que está surgiendo de las declaraciones en el juicio contra Martinelli y Radice.

Durante las vistas se están escuchando testimonios espeluznantes, como el del exmonaguillo polaco Kamil Jarzembowski, quien confirmó los abusos sufridos por su compañero de habitación a manos de Martinelli, y que aseguró que valoró suicidarse. En concreto, Jarzembowski aseguró haber visto, entre 2011 y 2012, “decenas de relaciones sexuales” entre el formador y el menor. “A veces L.G lo rechazaba y otras lo sufría pasivamente, quieto como un tronco”.

El joven escribió, sin éxito, al obispo de Como (Italia) pidiendo ayuda, y relató que se escapó del centro de madrugada en diciembre de 2013: “Mi intención era suicidarme. Me faltaba un año y medio para terminar pero pensé 'O enloquezco o me suicido”. Además, confirmó que sentía resentimiento hacia la “arrogancia” de Martinelli porque era quien asignaba los roles de los monaguillos en las misas de la basílica de San Pedro y abusaba de su influencia: “Lo sabían hasta las piedras que si te metías con él, lo hacías con el rector Radice”.

Un “ambiente insano” de tocamientos y presiones

¿Qué ocurría en el preseminario San Pío X del Vaticano? Según muchos de sus exalumnos, un “ambiente insano” de tocamientos sexuales y presiones psicológicas que sus superiores conocían, y que no hicieron nada por detener. Así, durante el juicio se habló de “relaciones carnales, actos de sodomía y masturbación”. Tres de ellos, Andrea Spinato, de 31 años; Christian Gilles Donghi, de 34, que estuvo un solo mes en el centro, y Alessandro Flaminio Ottaviani, de 34, ratificaron las denuncias.

Ottaviani aseguró haber visto a Martinelli “tocar las partes íntimas” de otro alumno, mientras que Spinato habló de “toqueteos” a los más jóvenes, pero genéricamente, sin aportar detalles. Spinato, que estudió en el preseminario entre 2000 y 2008, aseguró que el imputado Martinelli tenía un “rol dominante muy fuerte” gracias al rector y que su “actitud homosexual” era notoria.

A la víctima, L.G, la describió como alguien “extremadamente creíble”, pero también muy “frágil” por sus problemas familiares. Aunque no asistió directamente a los presuntos abusos de Martinelli hacia la víctima, confirmó que había “comportamientos inapropiados” como “tocamientos” en los momentos de asueto de los muchachos, aunque “siempre vestidos”.

Por su parte, el testigo Gilles Donghi solo estuvo un mes en el preseminario porque se dio cuenta “inmediatamente” de que no era el lugar idóneo. Aseguró que fue “una experiencia lacerante” y abandonó el camino sacerdotal. Añadió que fue el cardenal Angelo Comastri –anterior responsable del Vicariato de Roma– quien evitó la destitución de Radice alegando que eran “falsedades”.

Flaviano Ottaviani también denunció “presiones psicológicas” y “bromas frecuentes de tipo homosexual” y, aunque nunca vio relaciones sexuales entre el acusado y la presunta víctima, en una ocasión vio a Martinelli tocar las partes íntimas de otro preseminarista, Andrea Garzola, con el que había congeniado.

Toda la información en www.religiondigital.org

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