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Una herramienta para predecir en minutos y evitar los daños que producen las grandes inundaciones

Imagen de archivo de vecinos de Cobisa (Toledo) limpiando de barro sus viviendas tras la inundación causada por una DANA. EFE/Ángeles Visdómine

Cristina Armunia Berges

24 de septiembre de 2021 22:35 h

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Barreras exteriores, paredes impermeables o tanques de tormentas son algunas de las soluciones que propone un equipo de investigadores europeos que ha desarrollado una plataforma para localizar puntos inundables de las ciudades y adaptar los edificios al efecto de las lluvias torrenciales, cada vez más numerosas por el cambio climático. “Si tienes una casa en una zona inundable, hay soluciones que no son caras y que permiten protegerla de inundaciones”, asegura Luis Mediero, profesor de Ingeniería Hidráulica de la Universidad Politécnica de Madrid y parte del equipo creador de SaferPlaces.

Las barreras anti-inundaciones, pone como ejemplo, son unas piezas metálicas que se colocan en las puertas de los edificios y que tienen un coste de unos 500 euros. Pero, antes de llegar a ese punto, el de colocar escudos o impermeabilizar una vivienda, hay que hacer un estudio de posibles riesgos. Mediero, que para dar sus clases en la universidad ha utilizado herramientas de modelación numérica que ya eran capaces de mostrar con gran detalle los procesos de inundación, reconoce que aun siendo de gran utilidad “tenían el inconveniente de unos tiempos de computación de horas o días enteros”. “Esta herramienta te hace el cálculo en un minuto. Como es tan rápido, puedes hacer muchas simulaciones de la situación real del clima y de futuras situaciones de cambio climático con diferentes escenarios de emisiones”, explica.

No en todos los casos el uso de barreras o paredes impermeables puede ser una solución, reconoce este ingeniero puesto que, si una casa está en medio de una rambla, las posibilidades de salvarla disminuyen. “Si has construido en una rambla tienes un problema mayor porque el agua no es que esté estancada, sino que va a fluir a una gran velocidad y con una energía que puede llevarse todo lo que tiene por delante”, aclara. Sin embargo, si el caso es el de una vivienda o un chalet en un punto bajo, los muretes o las barreras exteriores sí que podrían funcionar. “Hay muchas edificaciones que están construidas en zonas de inundación fluvial y pluvial, y que están en riesgo sobre todo en el caso de inundaciones por tormentas, que son las que está habiendo ahora en otoño”, explica.

Este viernes siete comunidades continuaban en alerta por fuertes lluvias. En los últimos días, la DANA ha afectado a zonas del oeste peninsular y de las Islas Baleares. Este fenómeno meteorológico suele producirse con la llegada del otoño, cuando una bolsa de aire frío queda aislada y estática, y una bolsa de aire caliente y húmedo asciende y choca desencadenando fuertes precipitaciones. Aunque los expertos recuerdan que no se puede afirmar con total rotundidad que el cambio climático influya de manera directa en la formación de la DANA, Mediero indica que el IPCC (el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) concluye en el borrador de su último informe que “cada vez es más evidente que el cambio climático va a agravar los extremos de estas tormentas, que van a ser más frecuentes”.

Por su parte, el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, ha pedido “anticipar nuestra adaptación al cambio climático” y a hacer un uso “responsable del agua” para hacer frente, precisamente, a los fenómenos meteorológicos extremos. Así se ha pronunciado durante la rueda de prensa para hacer balance del verano y la predicción otoñal de la AEMET.

En la misma comparecencia, el catedrático de Geografía de la Universidad de Alicante, Jorge Olcina, ha señalado con respecto a las precipitaciones extremas que en España se debe “perseguir una ordenación sensata y prudente del territorio” en este contexto de cambio climático que nos acompañará durante la próxima década.

¿Cómo funciona la herramienta?

Lo primero que hace la plataforma es diferenciar entre inundaciones pluviales, fluviales o costeras. En algunos puntos litorales, se pueden dar varios supuestos a la vez. A partir de ahí, la herramienta simula volúmenes de agua que pueden llegar a estancarse y la manera en la que repercutiría en edificios públicos o viviendas. “Para las inundaciones pluviales, lo que se calculan son los volúmenes de agua que se acumulan en los puntos bajos, teniendo en cuenta la topografía que tiene esa zona urbana, los caminos que sigue el agua y las zonas en las cuales no hay salida y tienden a almacenar agua. Se calculan los volúmenes, las cotas, la altura que el agua alcanzaría y si daría lugar a una inundación”, explica.

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Imagen creada dentro del proyecto SaferPlaces co-financiado por el EIT Climate-KIC

Por un lado, calcula los daños a partir de las alturas de agua y de los tipos de edificios y, por otro, “ayuda a tantear las posibles soluciones”. Además de las barreras exteriores o de la impermeabilización de las paredes, también permite ver qué pasaría si se instalase un tanque de tormentas, aunque esto, más que a nivel privado, suele tratarse de una solución municipal. “En Madrid hay bastantes y algunos son gigantescos, de varios cientos de metros cúbicos de capacidad, como el volumen de un estadio de fútbol”, indica el investigador. “Son como un depósito subterráneo. Se construye por debajo de la superficie. Se utiliza para almacenar el agua de lluvia en una tormenta y así proteges todo lo que hay aguas abajo”. Además, este mecanismo tiene otro beneficio y es que puede acumular la suciedad que arrastra el agua de lluvia, que puede ser depurada antes de llegar a los ríos.

El caso de Rímini en Italia

SaferPlaces ya ha sido utilizado en la ciudad italiana de Rímini. Esta localidad está ubicada en una zona de costa del Mar Adriático, semejante al Levante español. “Ahí el problema es que tienen un río que cruza la ciudad, ocurren grandes tormentas y el mar a veces sube su nivel y provoca problemas por inundaciones costeras”, comenta Mediero. Según explica, el Ayuntamiento utilizó esta herramienta para proteger la ciudad aprovechando que ya tenían planeado regenerar la zona del litoral. El proyecto, que ya ha ejecutado sus primeras fases, se llama Parco del Mare.

En primer lugar, diseñaron una zona de dunas en la costa cerca del frente costero. Dentro de la ciudad, apostaron por aumentar la permeabilidad de la zona mediante “la creación de zonas verdes y la utilización de técnicas de drenaje urbano sostenible con tejados verdes o zonas ajardinadas”. SaferPlaces permitió realizar las simulaciones para determinar, por ejemplo, qué altura debían tener las dunas del frente costero.

Con todo, Mediero recuerda que las inundaciones no son algo generalizado. “Lo más importantes es saber dónde pueden ocurrir, concienciar a la gente que vive ahí. Es importante informar, saber si se puede adaptar la casa a esas circunstancias. Y si no está urbanizado, no urbanizar”, aconseja, aunque comenta que también existen guías para para construir viviendas “adaptadas a las inundaciones”.

El proyecto cuenta con financiación de EIT Climate-KIC, entidad perteneciente a la Unión Europea, que acoge proyectos para que zonas urbanas puedan adaptarse y mitigar los efectos del cambio climático. En el proyecto participan la Universidad Politécnica de Madrid, la Universidad de Bolonia, dos centros de investigación (el GFZ y el CMCC) y dos empresas: la consultora GECOsistema y MEEO, especialista en computación de datos.

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