El hospital Zendal apenas ingresó un paciente al día en 2023, tras una inversión de 200 millones del Gobierno de Ayuso

Iba a “asombrar al mundo” pero tres años después lo difícil es seguir la pista de lo que ocurre en el hospital de emergencias Enfermera Isabel Zendal de Madrid. En este tiempo, este centro hospitalario sui generis sin habitaciones ni quirófanos que costó tres veces más de lo que inicialmente se pensaba ha tenido muchas vidas para justificar su existencia.

Ninguna ha durado en el largo plazo. Ingresó a pacientes enfermos con coronavirus para descargar los hospitales, fue un punto de vacunación, después sirvió para resolver gestiones a los refugiados ucranianos que llegaban a la capital, acoge el centro coordinador del SUMMA 112 y en los últimos tiempos ha funcionado como un centro de media estancia para pacientes que requieren una hospitalización larga y, a priori, sin complicaciones. En unos días, el Gobierno de la Comunidad de Madrid, presidido por Isabel Díaz Ayuso, lo convertirá en otra cosa: un centro de día para enfermos con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA).

En la antesala de esta nueva transformación, que no será la última, los datos muestran su exiguo servicio en el último año. Si en 2022 el centro ya estaba funcionando a una capacidad mucho menor a las 1.000 camas que se proyectaron inicialmente, 2023 ha reducido la presencia de pacientes a la mínima expresión.

Hubo 489 ingresados en todo el año pasado –1,33 de media al día, la mayoría con problemas motores que precisaban rehabilitación y terapia ocupacional– y durante los dos primeros meses de 2024 se registraron 70, según las cifras obtenidas por este medio tras realizar una solicitud de información pública a través de la ley de transparencia y que arrojan luz a la opacidad que ha caracterizado el funcionamiento de este recurso sanitario público. La caída de pacientes se ha producido en picado respecto a los 9.091 que ingresaron en el centro en 2021.

Las datos a los que ha tenido acceso elDiario.es también permiten perfilar cuánto tiempo han pasado esos pacientes en el Zendal. La estancia de los ingresados aumentó hasta los 49 días de media, frente a los 13 de 2022 o a los nueve de 2021, al virar hacia la atención de “media y larga estancia”.

Saber cuántos pacientes tiene el centro o de qué plantilla dispone es una labor ardua. Los sindicatos han afeado al Gobierno regional la opacidad con la que se ha gestionado el centro desde su inauguración. Tanta, que durante un tiempo tuvieron vetado el acceso a las instalaciones. Administrativamente, las cosas se complican porque el espacio funciona en algunas ocasiones como un centro asociado al Hospital Universitario La Paz, uno de los más grandes de la Comunidad de Madrid. Por ejemplo, en materia de recursos humanos, confirman los sindicatos CSIT y CCOO a elDiario.es.

Del cruce de los datos del Zendal con otros centros hospitalarios de la región, recogidos en las memorias del Servicio Madrileño de Salud de 2022 (el último disponible) también se desprenden números significativos que confirman la anomalía de este recurso en el mapa madrileño: solo el 17% de las camas instaladas estaban funcionando (73 de las 426) en 2023, el porcentaje más bajo de todos los hospitales de la región. La Consejería de Sanidad aumenta esta cifra a 90 camas funcionantes para 2024 y asegura que la media de ocupación es del 86%, en respuesta a preguntas de este medio.

Otros hospitales pensados para la media estancia, como el de Guadarrama o el Virgen de la Poveda, tienen un porcentaje de camas ocupadas mucho mayor: 73% y 63%, respectivamente. Si lo comparamos con centros de referencia madrileños como el 12 de Octubre (91%) o La Paz (87%). La media se sitúa en el 83%. En todo caso, el Zendal, pensado para albergar unas 1.000 camas, nunca llegó a utilizarse al completo.

En el Zendal cada cama está ocupada de media por seis pacientes al año, frente a los 39 del Hospital Universitario Doce de Octubre o las 58 que pasan por cada puesto en la Fundación Jiménez Díaz.

Con el declive progresivo del hospital en cuanto a actividad, también se ha producido una reducción del gasto anual. Su construcción y puesta en marcha costó 160,2 millones de euros, el triple de lo que se había presupuestado; y en los tres años siguientes los contratos de obras, servicios y suministros han sumado otros 40 millones (20,3 en 2021; 14,8 en 2022 y 5,1 en 2023), según los cálculos que ha hecho elDiario.es a través de la consulta de las adjudicaciones. En lo que llevamos de año se han destinado al centro otros 224.000 euros.

La inversión no acaba aquí. La presidenta regional anunció en octubre que el centro diurno de ELA que echará a andar en poco más de una semana será algo temporal hasta que se construya el definitivo en el antiguo hospital Puerta de Hierro. El siguiente plan para el Zendal, dijo Ayuso, es que se convierta para finales de 2025 en un “gran” centro de neurorehabilitación. Eso costará otros 50 millones de euros en infraestructuras, detalló la consejera de Sanidad, Fátima Matute.

De momento, operarios llevan unos meses trabajando en la adecuación de los espacios para los pacientes con ELA. “Han bajado los techos altísimos, han colocado una especie de pecera con plantas y unos paneles de madera ondulados de manera que no parezca tanto una nave”, explica Ismael de la Torre, delegado de Comisiones Obreras en los hospitales de La Paz y Enfermera Isabel Zendal. Las personas ingresadas, dice de la Torre, han sido trasladadas del pabellón 1 –donde se está haciendo las obras de acondicionamiento– al 2.

Según la Consejería de Sanidad, trabajan en las instalaciones unos 200 empleados, entre sanitarios y no sanitarios. Los sindicatos también aportan esta cifra. Sin embargo, los datos de plantillas que mes a mes recoge el Servicio Madrileño de Salud reducen el número hasta los 35.

La mayoría son “personas muy jóvenes que entran a través de la bolsa de empleo”, explican desde CCOO y aseguran que actualmente una gran parte entran directamente a ese hospital. A esta plantilla se suman los 200 empleados del centro coordinador del SUMMA 112, trasladados a las dependencias del Zendal con buen resultado, de acuerdo con los sindicatos, y el personal del Laboratorio General de Salud Pública.

El Gobierno regional asegura que no se reducirá el personal porque se van a mantener las dos funciones del hospital: la nueva atención a pacientes de ELA como centro de día y la hospitalización de media estancia. Tampoco aclara, a preguntas de este medio, si la plantilla va a aumentar y cómo. Sin embargo, los sindicatos no han sido informados la reorganización y se quejan de la desinformación.

“Hemos pedido que se nos cuente el proyecto de recursos humanos pero no hay información oficial. Es todo muy poco transparente, nos ha pasado históricamente. La sensación que nos queda con todos estos bandazos es que no saben qué hacer con el centro”, afirma Rosa María Vicente, secretaria general de sanidad de CSIT, que define el Zendal como un “agujero negro de la galaxia”. “No sabemos ni lo que chupa ni lo que saca”.