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Médicos asfixiados por la burocracia: cómo la inteligencia artificial podría acudir a su rescate

Imagen de archivo de una consulta médica.

Esther Samper

31 de julio de 2023 22:16 h

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Los médicos en España, especialmente los especialistas en Medicina de Familia y Comunitaria, destinan una gran parte de su actividad laboral a multitud de trámites burocráticos y diversos papeleos: justificantes, informes, recetas, volantes, partes, historias clínicas... De esta forma, la tarea a la que más tiempo destinan los facultativos no es a hablar con el paciente, sino a teclear frente a la pantalla de un ordenador. En Catalunya, por ejemplo, entre un 30 y un 40% de la jornada laboral de un médico de Atención Primaria está dedicada a la burocracia.

Los galenos llevan décadas reclamando a los gestores y consejerías de Sanidad de las comunidades autónomas diversas medidas para limitar el papeleo y poder dedicar más tiempo al paciente. En ese sentido, la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (SemFYC) publicó en 2016 un documento con propuestas para desburocratizar las consultas de Atención Primaria. Entre las medidas que se proponen destacan la eliminación de tareas administrativas innecesarias, la incorporación de personal específico para elaborar documentos que no requieren la implicación total de un médico y la optimización del sistema informático para realizar trámites.

Quitar carga burocrática a los médicos de familia es importante por diversas razones. En primer lugar, porque la Atención Primaria sufre un nivel de sobrecarga como nunca antes en nuestra historia. Las listas de espera para una consulta del médico de familia se han duplicado en cuatro años. A la infrafinanciación de la Atención Primaria se suma un aumento progresivo de la demanda de atención sanitaria con el paso de los años por numerosos factores como el envejecimiento progresivo de la población española, la mayor oferta de prestaciones sanitarias, la progresiva medicalización de la vida o menores autocuidados por parte de los pacientes...

Por otro lado, esa elevada burocracia que carga a los médicos de familia (además de sus condiciones laborales) es una de las razones que hacen menos atractiva esta opción a los facultativos que eligen especialidad tras el examen MIR. Así, cada año quedan vacías múltiples plazas de Medicina Familiar (131 plazas solo en 2023).

El aumento de la demanda de servicios sanitarios no va a parar, sino que todo apunta a que va a continuar en las próximas décadas. Además de destinar más dinero y recursos a la sanidad pública, cobra relevancia que la atención sanitaria sea más eficaz y eficiente mediante la agilización de los documentos médicos. Precisamente, la inteligencia artificial (IA) podría brindar una gran ayuda en este terreno en un futuro próximo, con las capacidades con las que ya cuenta.

La tecnología como alivio

No hablamos de ciencia ficción. Diversas tecnologías de IA están ya más que capacitadas para facilitar y acelerar varias tareas rutinarias de los médicos que, aunque sencillas, requieren gran cantidad de su tiempo. Su potencial podría aprovecharse en unos pocos años, de implementarse correctamente en la infraestructura informática de los servicios sanitarios. En ese sentido, la IA no sustituiría la labor del facultativo, sino que sería un asistente en sus quehaceres como lo son en la actualidad el asistente de Google, Siri o Alexa. Estas son algunas de las tareas que esta tecnología podría realizar:

  • Transcripción automática. Los médicos deben redactar multitud de textos a lo largo del día, tecleando en el ordenador con más o menos velocidad. Tener la opción de dictar directamente el texto mediante la voz aceleraría este proceso de forma considerable. Otra opción sería transcribir directamente la conversación con el paciente para, a partir de ahí, incorporar los detalles relevantes a la historia clínica. Desde hace tiempo, existen múltiples transcriptores automáticos especializados en sanidad para reconocer la terminología propia de este ámbito. Estas herramientas suelen incluir, además, algoritmos de autoaprendizaje para mejorar progresivamente la precisión a la hora de reconocer las palabras.
  • Uso del sistema informático sanitario mediante comandos de voz. Dar órdenes sencillas a la aplicación mediante el habla, en lugar de teclear y navegar con el ratón a través de la aplicación, podría agilizar también la rutina burocrática de los médicos. Imprimir documentos, acceder a pruebas del paciente o pautar tratamientos son tareas que podrían hacerse más rápido con un sistema optimizado para recibir instrucciones orales del facultativo.
  • Redacción automática de documentos médicos. Al partir de los datos de la historia clínica electrónica, una IA podría redactar de forma autónoma, a solicitud del galeno, diferentes documentos médicos. El médico tan solo tendría que revisar el contenido para asegurarse de que es correcto y modificar aquellos detalles que necesiten corrección o ampliarse.
  • Asesoramiento de los pacientes. Las personas que acuden a la consulta médica suelen presentar diversas dudas sobre sus dolencias, tratamientos o pronóstico. Aunque el médico trate de responder a todas estas cuestiones, el limitado tiempo por paciente (que se encuentra en torno a los 5-6 minutos para los médicos de familia) dificulta muchas veces esta tarea. Además, es frecuente que los pacientes se planteen nuevas preguntas al salir de la consulta del médico. ¿Cómo informarles con claridad y más detalle sin necesidad de consultas adicionales ni mayor sobrecarga asistencial? La IA podría ser una solución. Un reciente estudio, publicado en la revista JAMA Internal Medicine, ha evaluado la capacidad de ChatGPT para responder a 195 preguntas de pacientes en foros públicos online

Este último punto merece desarrollo y explicaciones: un equipo de profesionales sanitarios se encargó de valorar las respuestas escritas tanto del chatbot como de los médicos, sin saber cuál era el origen de cada una. En el 79% de los casos, el equipo prefirió las respuestas de ChatGPT por presentar más calidad y, paradójicamente, más empatía. Una de las autoras del estudio, Jessica Kelley, explicó a los medios que “los mensajes de ChatGPT respondían con información matizada y precisa que a menudo abordaba más aspectos de las preguntas del paciente que las respuestas de los médicos”. La investigación pone de manifiesto el potencial de esta herramienta para orientar e informar a los pacientes tanto en el manejo de su enfermedad como en una utilización más racional y eficiente de los servicios sanitarios.

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