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ENTREVISTA | Aurelio Tobías, investigador

“Las empresas no deberían permitir que sus empleados trabajen en plena calle en las olas de calor”

El investigador del IDAEA, Aurelio Tobías

Teguayco Pinto

España ha sufrido este año varias olas de calor de bastante intensidad y durante los últimos años varios estudios han señalado a la zona del Mediterráneo como una de las regiones donde más aumentarán este tipo de fenómenos meteorológicos extremos debido al cambio climático. Aun así, España no está entre los líderes mundiales en olas de calor registradas, como dio a entender el CSIC hace unos días.

Lo hizo al hacer referencia a un estudio internacional con participación española publicado en la revista Environmental Health Perspectives. En él se analiza la relación entre las altas temperaturas y la mortalidad y sus resultados indican que el riesgo de fallecimiento aumenta entre un 10% y un 20% durante una ola de calor.

Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron datos recogidos entre 1972 y 2012 en 400 ciudades de 18 países de todo el mundo, entre las que hay 51 capitales de provincia españolas. Hablamos con uno de los autores de este estudio, el investigador del Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua, Aurelio Tobías.

¿Qué diferencia hay entre una ola de calor y las altas temperaturas del verano?

La ola de calor es un periodo de calor extremo que se observa de forma inusual. Por ejemplo, si la temperatura media en verano de una ciudad como Barcelona es de entre 25 y 28 grados, el hecho de que se superen los 30 grados se podría definir como ola de calor, porque es una temperatura muy inusual. Además, durante una ola de calor las temperaturas son tan extremas que aumentan la mortalidad de forma exponencial.

¿Los efectos de las olas de calor son iguales en todo el mundo?

No, nuestros resultados indican que los efectos de las olas de calor sobre la mortalidad existen en todas las ciudades del mundo, pero son más importantes en las áreas de temperaturas moderadas, donde no son frecuentes los días muy calurosos ni los muy fríos.

¿Tiene esto algo que ver con la aclimatación?

Sí, de hecho, la primera ola de calor del año es la que más afecta a la mortalidad y la que más impacto tiene sobre la salud. Esto sucede porque la población todavía está aclimatada a una temperatura moderada y al entrar el calor extremo es cuando se ven los efectos más graves. A partir de la primera ya empiezan a subir las temperaturas y para las siguientes olas de calor la población ya está aclimatada.

España en un país de temperaturas moderadas. ¿Cuál es la situación aquí?

Pues España es uno de los países analizados donde más efectos tienen las olas de calor y donde más aumenta la mortalidad debido a las altas temperaturas, algo que también sucede en Italia y en otros países de la zona mediterránea. Además, si atendemos a las predicciones del IPCC [Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático], en esta zona es donde más se va incrementar el número y la intensidad de las olas de calor debido al cambio climático, lo que agravará el problema.

Entonces, el calentamiento global no solo supone un aumento de las temperaturas medias sino también un incremento de las olas de calor

Las predicciones indican que debido al cambio climático las temperaturas aumentarán una media de entre 2 y 4 grados dependiendo del escenario. Pero este aumento no será lineal, es decir, que no es que la temperatura habitual en verano vaya a subir entre 2 y 4 grados, sino que habrá muchos más días de calor extremo y son estos días los que hacen que aumente la media.

El mes pasado falleció un trabajador que asfaltaba una carretera en plena ola de calor. ¿Qué le parece?

Me sorprende mucho ver a trabajadores en plena calle en los días de calor con temperaturas superiores a 30 grados y es algo que se sigue viendo habitualmente. Durante las horas de luz en los días de olas de calor no se debería realizar ninguna actividad en el exterior y las empresas no deben permitir que sus empleados trabajen al aire libre. Es una cuestión de sentido común.

Según un estudio de la Comisión Europea publicado la semana pasada, un aumento de 4ºC provocaría olas de calor de hasta 55ºC, ¿qué supondría esto?estudio

Pues el impacto en la mortalidad se dispararía, porque el riesgo crece exponencialmente con la temperatura. Por ejemplo, si en un escenario de calor moderado el riesgo de fallecer puede aumentar entre un 1% y 3% por cada grado, si estamos en una ola de calor, el riesgo de mortalidad puede aumentar hasta en un 30% por cada grado de más.

¿Se sabe cuántas personas fallecen como consecuencia de las altas temperaturas?

No hay un número preciso, pero sabemos que entre 1990 y 2010 entre los meses de junio y septiembre fallecieron en España cerca de un millón de personas, de los que más de un 1% han sido atribuidos a las altas temperaturas, lo cual es un número considerable.

¿Cómo ha sido la progresión en los últimos años?

En la mayoría de países los efectos del calor extremo, aunque todavía siguen siendo importantes, se han reducido desde la importante ola de calor de 2003, especialmente en España, debido a que ha habido una aclimatación. Ahora la población es más susceptible a los problemas que conlleva el calor extremo, suele haber planes de alerta a nivel nacional y local, mucha más gente tiene aire acondicionado… Pero, aún así, existe un efecto muy claro sobre la mortalidad.

Entonces nos estamos adaptando bien al incremento de las olas de calor.

Sí, aunque el problema es que parte de la aclimatación viene de un mayor consumo eléctrico a través del aire acondicionado, lo que lleva a más emisiones y a una mayor contribución al cambio climático. Es el pez que se muerde la cola.

Pero las muertes por golpe de calor han aumentado en los últimos años, ¿cómo es posible que disminuya la mortalidad?

La mayor parte de los fallecimientos asociados al calor son de personas que ya tenían una patología previa, con lo que el motivo del fallecimiento es el empeoramiento de dicha patología debido a las altas temperaturas. Las muertes por golpe de calor siguen siendo poco frecuentes y no contribuyen mucho a la mortalidad. 

En los últimos 25 años en España solo ha habido unos 270 muertos por golpes de calor, de los que aproximadamente 60 se produjeron en la ola de calor de 2003. Lo que nos sugiere el aumento de estos fallecimientos en los últimos años es que estamos sufriendo olas de calor con más frecuencia y de mayor intensidad.

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