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En primera persona

El partido de la selección, visto por una joven futbolista: aunque hubiesen perdido, también habría sido una victoria

Marina y sus amigos viendo la final del mundial
20 de agosto de 2023 16:19 h

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Aunque hubiésemos perdido, también habría sido una victoria. Sé que la gente se habría volcado con ellas y se habría dado cuenta de que es un deporte igual de entretenido que el masculino.

Ayer me costó mucho dormir, me desperté varias veces llena de inquietud. Estaba muy nerviosa. Por la mañana, hemos bajado a la urbanización de Manzanares el Real (Madrid) donde estamos pasando el verano, a ver el partido en una tele que habían puesto en el club social para que lo viesen juntos los vecinos. Seríamos unas 30 o 40 personas y llevábamos camisetas y bufandas. Gritábamos como nadie, sobre todo el gol.

En el penalti estábamos todos angustiados con la incertidumbre de si lo admitirían, aunque habíamos visto claramente que había sido mano. Nos hemos alegrado un montón. Hemos gritado el nombre de Jenni para apoyarla, como si nos pudiera escuchar. En los cinco minutos finales antes del final estábamos todos gritando para que acabara: “¡Que pite ya, que pite ya!”.

Lo curioso es que la mayoría de la gente que estaba ahí no había visto un partido de fútbol femenino en su vida. Incluso había gente que no veía ni fútbol femenino ni masculino y que también bajaron. Como mi abuela, por ejemplo, que nunca ve el fútbol. Estaba muy emocionada y hasta se puso a llorar cuando han ganado. Y había más gente llorando. Alguna lágrima se me escapó a mí también.

Yo juego en el Madrid Club de Fútbol Femenino y esta va a ser mi sexta temporada. Tengo 18 años. Empecé desde pequeña en el colegio, jugando en el patio. En cuanto pude, en tercero de Infantil, mi madre me apuntó y ya nunca lo he dejado. Cuando juego al fútbol se me olvidan mis problemas y todo lo demás, en mi cabeza ya solo está el fútbol y eso me ayuda a desconectar.

Cuando yo era pequeña, era la única chica que jugaba y había compañeros —y también sus padres— que les decían a sus hijos que cómo se dejaban regatear por una chica. A menudo se tiraban al suelo y decían que yo les había dado una patada porque no querían admitir que un chica les había regateado. Cuando pasaban esas cosas, a veces prefería retirarme y no jugar, pero al final el fútbol era lo que me hacía feliz y por lo que me levantaba cada día de la cama. Hacía que me levantase con ganas y eso siempre gana.

Estoy segura de que las chicas de la selección también reciben comentarios machistas. Hay muchas personas que piensan que el fútbol femenino es un deporte diferente del masculino, gente que me pregunta si es un mundial de verdad y que no entiende que es el mismo deporte pero con diferentes personas.

Cuando entré en mi club, mi entrenadora era una jugadora de fútbol de primera división, pero ella tenía que hacer varios trabajos para poder vivir. Años más tarde, cuando ha comenzado el auge de la selección española, he empezado a pensar que sí se podría vivir de esto, aunque creo que solo van a poder hacerlo las muy buenas. Antes jugabas al fútbol porque te gustaba, pero no porque pensaras que fuera algo de lo que pudieras vivir. A mí me gustaría mucho para mí, aunque lo veo muy difícil porque también ocurre que cuanto más auge hay, más chicas se animan a intentarlo y más difícil se vuelve.

Ahora mismo, tras el partido, con la copa recién levantada, me siento muy emocionada, me siento muy contenta. Siento mucha ilusión porque sé que es algo muy importante lo que han hecho estas jugadoras. Ver que el fútbol femenino tiene posibilidades de llegar lejos es algo grande no solo por ellas, por las que estoy muy orgullosa, sino también por la publicidad en periódicos y televisiones y por cómo hace eso crecer la afición.

Nunca pensé que fuesen a llegar tan lejos. Yo, desde que juego, he tenido mis referentes femeninos; gente aparentemente normal, que no eran famosas. Antes a Alexia Putellas nadie la conocía y ahora es reconocida mundialmente. Me hace sentir mucho orgullo primero por ella, por sus méritos, y luego por ver a una sociedad que se interesa por otro equipo que no es masculino. Sé que la selección conseguirá más éxitos, algunas jugadoras han faltado y creo que si cambian al seleccionador, volverán.

La victoria en el mundial dará importancia a las canteras femeninas. Antes les dejaban a los peores entrenadores, los peores días, los peores horarios. Y esto hará que haya un futuro en el que se las entrenen bien. La afición crecerá, habrá más interés y vendrá más gente a vernos jugar. Incluso mi abuela.

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