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La ciencia española también se aprovecha de investigadores gratis

Protesta de un grupo de científicos por los recortes en I+D

Teguayco Pinto

“Volví a España muy animado, había mejorado mi currículum, había conseguido publicar dos artículos científicos, pero al llegar descubrí que las puertas, no es que estuvieran cerradas, es que ni siquiera había puertas a las que llamar”. Luis, nombre ficticio, es uno de los muchos investigadores que trabajan gratis en España. No quiere dar su nombre porque está haciendo su tesis sin contrato laboral en un laboratorio del CSIC y teme que puedan quitarle la que, a día de hoy, es su única opción.

El caso de los cocineros que trabajan gratis en grandes restaurantes, destapado por el El Confidencial, reabría la semana pasada el debate sobre las condiciones laborales de aquellas personas que inician su carrera profesional. Sin duda, en España existen muchos entornos laborales en los que hay personas jóvenes que trabajan gratis como única salida para obtener experiencia o seguir siendo competitivos, y el sistema de I+D español no es una excepción. 

En la ciencia española el trabajo gratis se ha convertido en algo habitual incluso entre científicos con varios años de experiencia. “La falta de dinero para investigar y la escasez de plazas obliga a muchos investigadores a trabajar gratis para poder competir por un puesto”, explica a eldiario.es Elena Carretón, vocal de la Federación de Jóvenes Investigadores/Precarios.

No es la única en apuntar este problema, de sobra conocido dentro del sector. Aunque no existen cifras sobre el número de investigadores que trabajan sin cobrar en laboratorios y centros de investigación de todo el país, el director general de la Fundación COTEC para la Innovación, Jorge Barrero, reconocía el pasado año que “es un hecho que sabe bien quien conoce cómo funciona la formación de investigadores en este país”.

“Los responsables políticos del ministerio [de Economía] y de la Secretaría de Estado [de Investigación] saben perfectamente cómo funciona esto y cómo se trabaja, lo que pasa es que es rentable”, explica a eldiario.es Javier Sánchez, portavoz del colectivo Ciencia con Futuro, quien asegura que es algo tan habitual, “que muchos de nosotros hemos pasado por esa situación”.

La falta de recursos abona el terreno del trabajo gratis

Para Carretón, es la falta de recursos de muchos laboratorios y el bajo número de plazas ofertadas lo que hace que la competitividad sea muy grande y que nadie quiera parar. “Es habitual que los investigadores predoctorales quieran hacer méritos, tratando de tener artículos publicados o ponencias en congresos que les permitan tener un nivel de competitividad alto para acceder a un contrato predoctoral”.

Ese es el caso de Luis, quien asegura que “pasarse uno o dos años sin publicar nada es la muerte académica”. El camino de este joven investigador comenzó el año en el que el ministerio dirigido por José Ignacio Wert no sacó la convocatoria del principal programa de contratos predoctorales. Sin posibilidad de acceder a esta opción, Luis decidió hacer un máster y al terminar le ofrecieron trabajar gratis. 

Fue su primer contacto con el mundo de los trabajadores de salario cero, pero no aceptó. No podía. Luis había pedido un préstamo para poder hacer el máster y aún lo estaba pagando. “No me podía permitir estar trabajando sin cobrar”.

Tras el varapalo inicial este joven investigador decidió irse a Gran Bretaña a probar suerte. “Tardé menos de un mes en encontrar trabajo como técnico de laboratorio y a los dos meses me ascendieron a investigador. Así conseguí pagar el máster”.

Pero, tras más de un año fuera, Luis volvió a España por motivos personales. “Ahí es cuando el mundo se me vino abajo, me pasé varios meses sin nada y entonces fue cuando me planteé hacer el doctorado, aunque fuera trabajando gratis, con la esperanza de que en esos cuatro años saliera algún contrato”.

La cultura del trabajo gratis

El problema actual de la ciencia española no es solo la falta de recursos, sino la cultura de trabajo gratis que se ha instalado entre muchos científicos ante la pasividad de las administraciones públicas.

“Hay investigadores senior que pelean por que sus investigadores tengan algún tipo de contrato, pero hay otros muchos que no le dan importancia al hecho de tener personal trabajando gratis. Está tan asumido como parte del proceso de formación de un investigador, que apenas se lucha contra ello”, explica Carretón.

Sánchez también asegura que “se ha extendido y se ha aceptado la idea de que hay personas que durante su formación no necesitan cobrar” y llama la atención sobre el hecho de que se siga llamando “becarios o estudiantes a personas que ya tienen un grado o un máster y que están realizando labores de investigación importantes”.

Luis asegura que en el centro de investigación en el que trabaja hay más de 10 personas en su misma situación y que cuando alguno de sus compañeros saca el tema delante de los directores de tesis, “la conversación se acaba con una mirada condescendiente y un 'así es el mundo de la investigación'”.

Sánchez asegura que esta cultura, unida a los importantes recortes en ciencia que se han dado durante los últimos años, ha provocado “una situación financiera en los grupos de investigación que hace que la única manera de sacar adelante los proyectos sea empleando mano de obra barata o gratis”.

También entre investigadores con experiencia

Si hay algo que distingue el mercado laboral de la ciencia española del resto de los ámbitos en los que se trabaja gratis es el hecho de que también hay trabajadores con incluso 10 años de experiencia en esta situación. “Muchos nos vemos en la necesidad de continuar investigando, aunque sea gratis, hasta conseguir el siguiente contrato”, explica Carretón.

A partir de la lectura de la tesis, los investigadores se enfrentan a varios años en los que deben ir ligando contratos posdoctorales temporales, cuya duración varía entre uno y cinco años. Según esta investigadora, “en esos periodos entre que terminamos un contrato y conseguimos otro es habitual trabajar gratis para no perder el hilo, para no dejar experimentos a medias y para no perder currículum y dejar de ser competitivo”.

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